

Secciones
Servicios
Destacamos
Él mismo dejó escrito que su mandato corría el peligro de ser considerado «el eslabón perdido de la Transición», tanto por su brevedad -casi veintidós meses- como por la imponente talla política de su antecesor (Adolfo Suárez) y sucesor (Felipe González). Y en gran medida acertó, pues buena parte de la historiografía y de la opinión pública siguen juzgando el gobierno de Leopoldo Calvo-Sotelo (febrero de 1981-diciembre de 1982) como «un interludio breve y escasamente relevante entre los presididos por Adolfo Suárez y los que tuvieron a la cabeza a Felipe González». Una injusticia histórica, a juicio de José-Vidal Pelaz López y Pablo Pérez López, catedráticos de Historia Contemporánea de la Universidad de Valladolid y de Navarra y autores del libro 'Consolidar la democracia. El Gobierno de Leopoldo Calvo-Sotelo (1981-1982)', que acaba de publicar la prestigiosa editorial Marcial Pons.
Son 436 páginas que analizan en detalle una de las etapas menos conocidas de la historia de nuestro país, pero no por ello menos enjundiosas. De hecho, como demuestran los autores, en aquellos veintidós meses del último gobierno centrista de España, se sentaron las bases de muchos de los avances que luego remataría Felipe González, desde la entrada en la OTAN hasta la armonización y cierre del mapa autonómico. Marcada su ejecutoria por dos hechos tan impactantes como la dimisión de Adolfo Suárez y el intento de golpe de Estado del 23-F, Calvo-Sotelo, aquel hombre de perfil burocrático, con fama de gestor y tan alejado del carisma de Suárez, lideró una etapa breve pero decisiva para la consolidación de la democracia tras la dictadura de Franco.
La investigación, iniciada hace años por ambos autores en la Universidad de Valladolid (Pérez López se trasladaría luego a la Universidad de Navarra, donde seguiría con el proyecto), es fruto de un equipo consolidado sobre la historia de la Transición que ha dado lugar a numerosas tesis doctorales y publicaciones, y cuenta, como gran novedad, con un apoyo documental inédito: el archivo personal de Calvo-Sotelo, que amablemente les dejó consultar la familia del ex presidente, repleto de rica y desconocida documentación. Los autores han consultado otros archivos, tanto públicos como privados, y fuentes hemerográficas, y han entrevistado a una docena de personalidades de la época, como Rodolfo Martín Villa, Alberto Oliart, Miquel Roca, Rafael Calvo Ortega, Óscar Alzaga y Javier Solana.
Acompañado de material fotográfico, el libro desvela la cantidad de iniciativas emprendidas en tan breve espacio de tiempo, algunas de enorme trascendencia a medio plazo. El lector podrá encontrar, por ejemplo, todo lo relacionado con la incorporación de España en la OTAN, tarea en la que Calvo-Sotelo puso especial empeño; la aprobación de la ley del divorcio, que permitió avanzar en la secularización de la sociedad española; el cierre del proceso autonómico, consensuado con Felipe González y jalonado con la aprobación de doce Estatutos de Autonomía y la celebración de elecciones autonómicas en Andalucía y Galicia (saldadas, por cierto, con sendos fracasos del partido en el gobierno); los avances en el proceso de integración europeo; medidas que afianzasen la preeminencia del poder civil sobre el militar, incluido el recurso al Tribunal Supremo de la sentencia del 23-F; los primeros pasos de las candidaturas de Sevilla para la Expo 92 y de Barcelona para los Juegos Olímpicos de ese año; el inicio de medidas económicas como la reconversión industrial y otras de concertación social, como el Acuerdo Nacional de Empleo.
De modo que en 1982, señalan los autores, la democracia estaba ya lo suficientemente asentada como para que se produjera la alternancia política con total normalidad y llegara al poder el PSOE, como así sucedió en las elecciones generales de octubre, lo que supuso, por tanto, el cierre definitivo de la Transición. Pero el libro no oculta los problemas que acecharon a España en aquel periodo de gobierno. Entre ellos, la crisis económica, la inflación y el aumento del paro, el terrorismo etarra (a pesar de que se mejoraron las dotaciones policiales, se buscó la colaboración internacional y se consiguió la disolución de ETA político militar), y la gestión del envenenamiento por aceite de colza desnaturalizado, la mayor crisis sanitaria de la Transición. A todo lo dicho se sumó la grave crisis de la UCD, aspecto que también abordan los autores incidiendo, como no podía ser de otra forma, en el papel de Calvo-Sotelo y sus complejas relaciones con Adolfo Suárez, aportando así nuevos elementos para reinterpretar lo que fue el proyecto centrista y explicar su descalabro electoral en 1982.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras y Jon Garay
Quique Yuste | Segovia
Jon Garay e Isabel Toledo
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.