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Él tenía fama de librepensador, bohemio, anticlerical y masón, había abandonado los estudios de Derecho para dedicarse a la escritura y era famoso, además, por su compromiso activo con el ideario republicano. Ella, francesa de nacimiento, era una extraordinaria concertista de piano que encandilaba a un público fascinado por su arte. Remigio Vega Armentero, vallisoletano nacido en 1852, y Cecilia Ritter Mathis, natural de Alsacia y siete años menor, se conocieron mientras aquel luchaba contra las tropas del general Pavía, en pleno golpe de Estado, y ella asistía a los heridos. Era enero de 1874. Se enamoraron de inmediato y se casaron a los pocos meses. Tuvieron tres hijos, María Luisa, Julio y Rodrigo, y protagonizaron una de las tragedias más sonadas en la España de finales del siglo XIX.
Vega Armentero comenzó trabajando en el bufete de su padre antes de entrar como empleado de la Compañía de Ferrocarriles del Norte. Harto de la persecución política que sufría en su ciudad natal, en 1880 se instaló en Madrid con su familia. Dio rienda suelta a su pasión literaria colaborando en diversos periódicos. Dirigió 'El Monitor del Comercio' y, como ya hiciera en 'La Pequeña Revista', 'La Cotorra' o 'La Peñola'', colaboró activamente en 'Las Dominicales del Libre Pensamiento'. Afín al ideario republicano de Manuel Ruiz Zorrilla, en la década de los 80 dio a la imprenta sus primeras obras, caracterizadas por un estilo naturalista radical, cierto regusto romántico y, en ocasiones, un tono transgresor. Así, en 'Un estúpido, un canalla y un infame' (1885) arremetía contra los monarcas franceses Carlos X, Luis Felipe de Orleans y Napoleón III, y en 'La ralea de la aristocracia' (1886) relató el tormento de un joven que comete un crimen al ver frustradas sus expectativas.
Ya entonces su matrimonio era un infierno. Sentía celos patológicos hacia su mujer, a la que el público madrileño, que abarrotaba todos sus recitales de piano, admiraba con verdadera pasión. Ritter también impartía clases de música y de idiomas (francés, alemán e inglés), y, según círculos cercanos al vallisoletano, llevaba más dinero a casa, circunstancia que le exasperaba. Las peleas entre ambos comenzaron a ser frecuentes y preocupantes a partir de 1885. Premonitoriamente, el argumento de 'La Venus Granadina', novela publicada por el vallisoletano en 1888, narraba la venganza del protagonista, de nombre Nicolás, después de que su mujer se fugara con un señorito. Y es que Remigio había recibido un anónimo alertándole de que Cecilia le engañaba con otro hombre. Para colmo, en marzo de 1888 fue objeto de un intento de asesinato en plena calle, y otro día, al beber un vaso de vino en su propia casa, enfermó de manera extraña. Más tarde descubriría que su mujer le había intentado envenenar.
Una tarde de septiembre, después de entregar las pruebas de imprenta de una nueva novela, Remigio se encontró a un desconocido en la puerta de su casa, quien, amablemente, le conminó a subir al carruaje para prestar declaración ante el gobernador civil. El vallisoletano accedió creyendo que se trataba de una disputa política. Su destino, sin embargo, no fue la sede del gobernador sino el Hospital Psiquiátrico del doctor Esquerdo, en Carabanchel Bajo, donde fue recluido a petición de Cecilia. Mes y medio después, al recibir el alta provisional, volvió a su casa y la encontró vacía. Su mujer se había llevado casi todo, incluidos sus tres hijos. Loco de rabia, la buscó sin cesar hasta que el 20 de noviembre dio con ella en la calle de San Lorenzo. Una agria discusión dio paso a las amenazas y a los improperios. Cuando Cecilia le llamó hijo de mala madre, Remigio sacó la pistola: al primer disparo, la mujer cayó al suelo. Luego la remató con otros tres. Cecilia murió horas después en la Casa de Socorro. Llevaba consigo una veintena de cartas de su amante, Enrique Victory.
«Lleva su merecido por mala esposa, por mala madre», explicó el vallisoletano a las autoridades que lo detuvieron. El juicio se celebró en octubre de 1889. Remigio fue condenado a cadena perpetua y a pagar 5.000 pesetas a sus tres hijos. En la Cárcel Modelo, su primer presidio, escribió la novela autobiográfica '¿Loco o delincuente?' (1890), que tuvo gran éxito. Luego lo enviaron al Penal de Cauta, donde su situación se agravó. Incluso fue objeto de una tremenda paliza por negarse a entregar sus documentos a un guardia, pues desde la cárcel denunciaba las circunstancias de los presos en el periódico 'Las Baleares'. La Asociación de Escritores y Artistas, presidida por Gaspar Núñez de Arce, pidió al gobierno el indulto, pero solo consiguió que le conmutaran la pena por doce años y medio de prisión. Remigio Vega Armentero murió en Ceuta el 5 de noviembre de 1893, cuando quedaban pocos días para que fuese trasladado a Cartagena.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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