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El palacio de los Power en ruinas a principios de los años 80. ARCHIVO MUNICIPAL
Dos vascos muy ricos en Renedo de Esgueva
El cronista

Dos vascos muy ricos en Renedo de Esgueva

Los hermanos Power, creadores de la finca y el palacio que hoy ocupa el Valle de los Seis Sentidos, dinamizaron la localidad con su lujoso tren de vida

Enrique Berzal

Valladolid

Martes, 30 de julio 2024, 07:02

Cuentan que aquellas fiestas no tenían parangón en la provincia, que no escatimaban en gastos y en detalles y que hasta sus promotores habían alquilado un autocar para trasladar a sus invitados, todos de familias muy conocidas y muy bien consideradas en Valladolid, desde la Plaza Mayor hasta su finca de Renedo de Esgueva. Eran hermanos, se llamaban José y Ricardo Power Zabala y habían nacido en Bilbao, en el seno de una familia de origen irlandés que se había enriquecido con pujantes negocios. De hecho, hasta 1918 los Power residían en Neguri y eran propietarios de potentes fábricas de derivados de yute en Miravalles y en la Peña, además de participar en prósperos negocios con navieras y metales. Ricardo, que había sido durante unos meses de 1915 alcalde de Bilbao, era también miembro del Consejo de Administración de la Sociedad Anónima «Marítima Vizcaya», mientras que José había viajado por Europa para conocer en persona los avances industriales más modernos.

Hoy, los Power son conocidos porque el conjunto de su antigua finca y palacio -cerca de 18.000 metros cuadrados- alberga desde 2006 el Valle de los Seis Sentidos. Pero hace algo más de cien años constituían lo más selecto de la clase burguesa, eran presentados como modelos de financieros y propietarios y como auténticos dinamizadores del entorno rural, capaces de hacer próspero cualquier pueblo. Su finca, bautizada como «Las Mercedes» en honor a Mercedes Marchal Barbe, esposa de José, era descrita como «un oasis en medio del llano»; «no es esta una simpe residencia de recreo -señalaba una revista en septiembre de 1918-, sino algo más enjundioso, más patrióticamente trascendental».

Y no digamos ya su impactante palacio, construido por el famoso arquitecto Manuel María Smith Ibarra y considerado un claro exponente de «regionalismo arquitectónico de principios de siglo», cuya gran portalada, que era también el ingreso principal de la finca, la había traído Ricardo desde Renedo de Piélagos, en Santander, en una especie de acto de hermanamiento entre los dos Renedos. En este «palacio con figura de casa de labor, decorado y amueblado con gusto exquisito», como señalaba El Norte de Castilla, se celebraban todo tipo de fiestas y encuentros culturales, incluida aquella deslumbrante jornada de mayo de 1920 en honor a la novelista Emilia Pardo Bazán, que llegó acompañada de su hija Carmen. Aquel día, los Power organizaron unas danzas con doce parejas de «bailarines ataviados con las galas campesinas de los días de fiesta mayor», un té multitudinario y una lectura del primer acto del drama histórico 'Castilla por Doña Juana' a cargo de su autor, Juan Arzadun.

Arriba, la finca de los Power cuando era Vivero Municipal; abajo, el palacio en su uso actual dentro del Valle de los Seis Sentidos, y José Power. ARCHIVO MUNICIPAL/DIPUTACIÓN PROVINCIAL
Imagen principal - Arriba, la finca de los Power cuando era Vivero Municipal; abajo, el palacio en su uso actual dentro del Valle de los Seis Sentidos, y José Power.
Imagen secundaria 1 - Arriba, la finca de los Power cuando era Vivero Municipal; abajo, el palacio en su uso actual dentro del Valle de los Seis Sentidos, y José Power.
Imagen secundaria 2 - Arriba, la finca de los Power cuando era Vivero Municipal; abajo, el palacio en su uso actual dentro del Valle de los Seis Sentidos, y José Power.

Según las crónicas de la época, fue ni más ni menos que Santiago Alba, ministro y propietario de El Norte de Castilla y buen amigo de los hermanos, quien les convenció para que trasladaran su residencia a la provincia de Valladolid. Y no solo adquirieron la finca y construyeron el palacio, sino que, enamorados de Castilla y fascinados por sus gentes, también instalaron una fábrica de alpargatas, con maquinaria adquirida en los antiguos talleres de fundición Miguel de Prado (germen de lo que luego sería 'Nuevas Industrias Castellanas, S.A.') y organizaron una explotación agrícola, casi toda de regadío, dando así trabajo a cerca de un centenar de personas. Ricardo fue senador por la provincia y José, alcalde de Renedo. «Los señores de Power vinieron hace años de tierras en donde las bajas pasiones discuten límites y nacionalidades y ellos, leales españoles y sinceros devotos de Castilla, la ofrendan a los viajeros que cruzan la meseta para recordarles que aún alienta el alma de España», señalaba este periódico en pleno auge de los negocios y las fiestas de los hermanos.

Eran los felices años veinte, por supuesto. La estrella de los Power comenzó a declinar al mismo tiempo que lo hacían sus aventuras financieras y empresariales. «Eran unos verdaderos señores, de los que ya no quedan casi», le contaba una mujer a Antonio Corral Castanedo, en los años 70, durante una visita a Renedo para documentar un capítulo más de su famoso libro 'Villa por Villa'. «Yo todavía me recuerdo, aunque era muy chica, de la cantidad de personal elegante y bien trajeado que a la casa llegaba. Pero todo se lo llevó la trampa. Normal. No hacían otra cosa que gastar y obsequiar a los demás. Pero mi madre decía que, cuando se arruinaron, parecía que no se habían arruinado y que hasta eran todavía más señores que antes». Durante la Guerra Civil, el palacio sufrió graves deterioros y fue utilizado como hospital de soldados italianos y parque militar antes de caer en la ruina total. Ya entonces, José había fallecido (su muerte en Bilbao, en marzo de 1937, la anunció El Norte de Castilla), pero Ricardo fue mucho más longevo, pues vivió hasta 1974.

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