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La diosa Isis, la escultura más antigua de ValladolidLa diosa Isis le disputa al dios Neptuno el título de escultura pública más antigua de Valladolid. La escultura de Neptuno fue un regalo de la Corte en 1835 y se colocó en el paseo Central del Campo Grande. Después de pasar por varias vicisitudes se rescató de los almacenes municipales y se reinstaló en una isleta del mismo parque. Mas, el Museo de Valladolid guarda en su colección de arte romano una representación de la diosa Isis a tamaño natural, pues tiene 156 centímetros de altura.
Datada como del siglo II d.C. esta es, probablemente, la escultura pública más antigua que se conoce de Valladolid, si damos por buenas las hipótesis que se manejan sobre su procedencia, que se explican así en su ficha museística: «Esta estatua adornó hasta 1897 una fuente en un jardín particular situado enfrente del Archivo de la real Chancillería, pasando después al Museo de Bellas Artes de Valladolid y más tarde al jardín de la Casa de Cervantes.
Fue recuperada para el Museo Arqueológico en 1940. Agapito Revilla pensaba que se trataba de un hallazgo vallisoletano, creyendo probable que fuera la estatua de mármol blanco hallada en 1863 en la Catedral, si bien también recogió otras noticias que decían que fue encontrada en terrenos de la calle del Prado o del Paraíso».
Alberto Balil, catedrático de Arqueología de la Facultad de Filosofía y Letras de Valladolid –de la que llegó a ser decano-, formula otra hipótesis sobre la procedencia de la escultura. Sostiene que se trata de una obra importada desde Italia en la Edad Moderna, acaso traída a Valladolid para ornato del Prado de la Magdalena cuando se instaló en nuestra ciudad la Corte de Felipe III.
Por cierto, en el jardín que más arriba se cita frente a Chancillería, se construyó posteriormente la actual Residencia de Ancianos de Nuestra Señora del Carmen, que se inauguró el 23 de septiembre de 1918. Una institución protegida por relevantes miembros de la economía y el comercio de Valladolid, entre los que estaban, por ejemplo y acaso más conocidos, Vicente Moliner y Pantaleón Muñoz.
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Desde luego la hipótesis de Balil es más que verosímil, pues la nobleza de la época de la corte vallisoletana tenía en gran estima la arquitectura clásica y adornaba las fuentes de sus jardines con esculturas. En el Palacio de la Ribera, mandado construir por Felipe III, se colocaron varias fuentes y, que se sepa, una adornada con una escultura –«Caín y Abel»-, traída de Florencia, y otra parece una «Diana». Pero es que, además, el Prado de la Magdalena era el lugar frecuentado por el pueblo y la nobleza para pasar las tardes del verano y celebrar las fiestas propias de esa estación, como la de San Juan. Fue, por tanto, un lugar cuidado y embellecido en el se levantó un templete de música que se conoce como «casa de las chirimías».
En definitiva, es muy probable que, efectivamente, el Prado también tuviera adornos que contribuyeran a hacer del enclave un lugar ennoblecido y agradable. Mas, volvamos a la escultura de la diosa Isis. Una diosa que tiene su origen en la mitología egipcia, que se integró en la griega, y que en la época romana se extendió por todo el Mediterráneo.
La Isis del Museo de Valladolid se caracteriza por su vestimenta: una larga túnica cubierta por un fino manto que se anuda sobre pecho de la diosa. Un nudo que se conoce como isiaco.
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Los nudos en el mundo antiguo se vinculaban a la magia, es decir al poder de perjudicar a una persona gracias a cuerdas anudadas. Y en el caso de Isis era una forma de simbolizar su poder como Gran Maga, como con frecuencia el pueblo se refería a la diosa. Marta Poza Yagüe, licenciada en Geografía e Historia y doctora en Filosofía y Letras, define a Isis como la gran diosa madre, señora de las aguas del mar, de los frutos de la tierra y protectora de los muertos. Y tiene diversas formas de representarse.
La de Valladolid, que ha perdido los brazos y la cabeza, mostraría los atributos propios de aquella diosa. En la mano derecha portaría un sistro, instrumento musical parecido a un sonajero, y en la izquierda una caldereta conteniendo agua del Nilo, símbolo de su hermano y esposo, el dios Osiris. Esculpida en mármol, se fecha en el siglo II y es de origen itálico. Se considera como una de las más bellas de las existentes en el mundo. En España hay Isis en otros tres museos: del Prado, Nacional de Arte Romano, y de Burgos.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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