Portada de la crónica de la coronación. Biblioteca digital de Castilla y León.

El cronista | Historias de aquí

El día que José Zorrilla se coronó por todo lo alto

El escritor recibió el título de Poeta Nacional el 22 de junio de 1889, en el palacio de Carlos V de Granada

Jesús Anta

Valladolid

Jueves, 20 de junio 2024, 06:53

El 22 de junio de 1889, en el palacio de Carlos V de Granada, José Zorrilla fue coronado como Poeta Nacional. Acto en el que el alcalde de Granada entregó la lira de oro a Zorrilla. Asistieron los alcaldes de las principales ciudades y el ... duque de Rivas en nombre de la regente María Cristina. Para tal ocasión José Zorrilla recitó la poesía Recuerdo del tiempo viejo. Las crónicas del momento dicen que acudieron unas 16.000 personas al acto literario más grande jamás visto en Granada. Durante tres horas estuvieron desfilando ante Zorrilla miles de representantes de gremios, corporaciones, ayuntamientos, etc. En total le entregaron 923 coronas de laurel o flores naturales, también de metales preciosos y otros objetos de gran valor artístico.

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Diploma de la coronación.

En Valladolid todo empezó en febrero de 1889. El Ayuntamiento recibe una carta del Liceo de Granada en la que comunica que ha acordado nombrar a Zorrilla «Poeta Nacional», y le pide colaboración para organizar tan importante evento. Los concejales no lo dudan, y además de saludar tan buena noticia, acuerdan trasladar al Liceo de Granada que se suman a la iniciativa y que prestarán la ayuda moral y material que necesite para el acto.

Aquel entusiasmo no estuvo, sin embargo, libre de discusiones entre los concejales cuando en el pleno de 18 de marzo se enteran de que el presidente del Liceo de Granada pide al Ayuntamiento que contribuya a la coronación con la cantidad de cinco mil pesetas para uno de los premios del Certamen Literario que se va a organizar, y que envíe una comisión oficial acompañada de «los porteros con sus mazas, estandartes y demás atributos de Ayuntamiento».

Ante tal petición se abrió un largo debate, pues algunos concejales pensaban que no se podía asumir ese importe, pues el erario público andaba escaso de recursos. Total, que sometido el asunto a votación, trece concejales votaron en contra y seis a favor el acuerdo de conceder las cinco mil pesetas. Pero sí hubo consenso para enviar una representación a Granada.

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Al parecer aquel acuerdo suscitó críticas entre el vecindario, que se reflejaron incluso en la prensa de Madrid, lo que provocó un pleno extraordinario el 23 de marzo para recovar el acuerdo anterior y aportar las cinco mil pesetas para la «Coronación del ilustre vallisoletano, el insigne poeta D. José Zorrilla».

Nueva discusión y un concejal opina que no es tan unánime la crítica y que, además, recuerda que el Ayuntamiento de Valladolid no tiene en olvido a Zorrilla, pues en su día fue nombrado Cronista de Valladolid «asignándole una remuneración de cuatro mil quinientas pesetas anuales», que desde el año 1882 viene cobrando «religiosa y puntualmente». Más intervenciones, y nueva votación: doce a favor de recovar el acuerdo anterior y, por tanto a aportar las cinco mil pesetas, y diez en contra.

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Un día importante, día de coronarse

Por fin, el 22 de junio de 1889, día del Corpus, como con énfasis indicó la prensa, Don José Zorrilla fue coronado Poeta Nacional en un solemne acto cuajado de altos representantes del Estado como del arte y la literatura, y autoridades civiles, eclesiásticas y militares. Un acto que tuvo muchísima repercusión en la prensa y en los ambientes culturales de España.

El acto vino acompañado de unos fastos nunca vistos en Granada, pues la programación, que habría de durar 14 días (desde el 16 al 29 de marzo) se enmarcó en las fiestas por el Corpus: dianas, desfiles de enanos y gigantones, veladas en los paseos de la ciudad, inauguración de una Exposición regional de Artes Gráficas, varias corridas de toros –una con los diestros Mazantini y Guerrita-, rifas, conciertos en la Alhambra con el famoso compositor Tomás Bretón, concursos de ramos y flores, conciertos de bandas militares, feria de ganado, etcétera. Y el día de la coronación, un banquete en honor de Zorrilla y fuegos artificiales.

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Grabado del día de la coronación.

No es de extrañar que el poeta, que había ido a Granada para una semana, agasajado como un príncipe y alojado a cuenta del erario público, se quedara en la ciudad sin visos de marcharse. Tal es así, que alguna persona, con cierto sentido del humor, pintase en la fachada donde estaba alojado un «vate, vete», tal como relatan algunos historiadores.

Para tal ocasión lo lógico es que el cronista de Valladolid hubiera acudido para dejar constancia escrita de los fastos. Pero el cronista era Zorrilla, y por eso el Ayuntamiento acordó nombrar un cronista provisional, encargo que recayó en una persona muy querida en Valladolid: don Mariano Martín Fernández.

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El enviado especial cumplió fielmente su cometido y el pleno municipal celebrado el 8 de julio de ese año conoce un comunicado del Mariano Martín en el que dice que ya tiene todos los datos precisos para hacer la crónica del evento y ruega que se le indique cuando y en qué forma se desea que se publique. Finalmente, la crónica de la Coronación se reflejó en un libro de 169 páginas.

Recuerdo de la coronación en la Casa Zorrilla.

Mariano Martín Fernández por entonces ya no residía en Valladolid, ciudad en la que nació el 10 de octubre de 1866, realizó estudios de Derecho y se estableció como abogado, actividad que compatibilizó con aficiones literarias y periodísticas. Publicaba bajo varios pseudónimos, como El Bachiller Franquezas, El Bachiller Figueras o El Doctor Blas.

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Fue redactor de El Imparcial, dirigido por Macías Picavea, y en varios periódicos y revistas vallisoletanas. Su amistad con Santiago Alba, con el que coincidió en la carrera de Derecho, le llevó a ser corresponsal en Madrid de El Norte de Castilla, una vez que Mariano Martín se estableció en la capital de España en 1893 para trabajar en el diario madrileño El Liberal, de tendencia republicana. También fue corresponsal del diario La Prensa, de Buenos Aires.

En diciembre de 1888 en el Teatro Zorrilla de Valladolid se representó un sainete cómico escrito por él, titulado «El 13 principal». También escribió algunos libros, uno de ellos titulado «Alba: Apuntes para una silueta», sobre su amigo Santiago Alba Bonifaz.

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Fue diputado por Valladolid y senador por Lugo. Mariano Martín Fernández falleció en Madrid el 18 de mayo de 1940, a los 73 años. La necrológica que publicó El Norte de Castilla comenzaba: «Ha muerto en Madrid, donde residía, el ilustre periodista y abogado don Mariano Martín Fernández, para quien tanto afecto se guardaba en esta casa y tan familiar y conocido de nuestros lectores».

Noticia publicada por El Norte de Castilla el 19 de mayo de 1940.

Ciertamente el Consejo de Administración de El Norte de Castilla sintió la muerte de uno de sus colaboradores más longevos y notables que hasta entonces había tenido el periódico. De su vida, el profesor de Historia de la Universidad de Valladolid, Javier Burrieza, tiene publicada una breve semblanza en el Diccionario de Biografías de la Real Academia de Historia.

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Jesús Anta desgranará la historia del Banco de Valladolid, que nació siendo la Banca de Medina. Esta entidad financiera llegó a tener 720 empleados y sucursales por toda España.

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