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Vista aérea de la Academia de Caballería y, a su derecha, el desaparecido convento de las Carmelitas del Campo, al que pertenecía la iglesia derruida en 1962. ARCHIVO MUNICIPAL
Derribada la primera iglesia del mundo dedicada al Dulce Nombre de María

Derribada la primera iglesia del mundo dedicada al Dulce Nombre de María

La piqueta acabó en 1962 con el templo y con el Colegio de Niñas Huérfanas, impulsados en el siglo XVI, al ampliarse la calle de San Ildefonso

Martes, 11 de octubre 2022, 00:04

Ya se encargó el periodista de repetirlo las veces que hiciera falta. Aquel «pequeño y antiguo templo» que comenzaba a demoler la piqueta era, ni más ni menos, «el primero en el mundo dedicado al Dulce Nombre de María». Además, albergaba retablos y otras obras de acreditada calidad, pues su definitivo fundador fue uno de los pintores más relevantes del siglo XVII vallisoletano. El derribo, anunciado a principios de 1959, comenzó hace ahora 60 años, concretamente el 7 de octubre de 1962, pues el edificio no encajaba en el nuevo diseño urbanístico del Valladolid de los años 60. Curiosamente, una parte del mismo aún pervive en el barrio de las Delicias.

Su origen, tal y como recoge Casimiro González García-Valladolid, se remontaba al asilo o seminario para niñas huérfanas levantado a mediados del siglo XVI. Fueron sus fundadores Bernardino Pimentel y el licenciado Alonso de Guevara, que era canónigo de la catedral de Oviedo. En un primer momento quedó emplazado en el Hospital de Nuestra Señora de la Consolación, en la calle de Santiago, muy cerca de la puerta del Campo. Poco después, Guevara compraría una casa algo más alejada para levantar un convento de franciscanas, a las que encargó la educación de las niñas.

Paralizada la obra por falta de medios, en 1604 Felipe III mandó refundarla al canónigo de la Catedral, y futuro obispo, Francisco Sobrino, estableciéndose ahora en el Hospital Real de San Lázaro, cerca del Puente Mayor. Esta nueva construcción, sin embargo, no sobrevivió al traslado de la Corte a Madrid, en 1606. Seis años después, la muerte del licenciado Juan Bautista de Gormaz, caballero noble que encargó a sus testamentarios fundar una obra pía, posibilitó la refundación. De ello se encargaron los «acaudalados y piadosos» esposos Luis Meléndez de Nobles y Ana del Castillo. El nuevo establecimiento ya estaba listo en septiembre de 1613 frente al convento del Carmen Calzado, y puesto bajo la advocación de San Luis, Rey de Francia.

Tras la muerte de Ana, ocurrida en febrero de 1624, una empresaria de la época llamada Catalina de Canseco ofreció a don Luis construir una nueva iglesia y aportar 400 ducados para reformar las casas que aquel tenía en la calle del Sacramento -hoy Paulina Harriet-, con objeto de ampliar el colegio. Sin embargo, desavenencias entre ambos confluirían en un pleito contra Catalina y en la llegada del sobrino de Ana, el afamado pintor Diego Valentín Díaz Minaya, quien, junto a su mujer, María de la Calzada, decidió consagrar sus bienes a la obra, reservarse su patronato y poner la capilla bajo la advocación del Dulce Nombre de María. Traspasado el patronato en 1658 al obispo, acto seguido se ampliaron los locales al adquirir en propiedad las casas anexas, situadas en la antigua Acera de Sancti Spiritus, hoy Paseo de Zorrilla. Más adelante se encargarían las labores de enseñanza a las Carmelitas terciarias de la Caridad.

Imagen principal - Derribada la primera iglesia del mundo dedicada al Dulce Nombre de María
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Imagen secundaria 2 - Derribada la primera iglesia del mundo dedicada al Dulce Nombre de María

Fue así como en la calle de San Ildefonso, esquina con la de Paulina Harriet, se levantó la iglesia del Dulce Nombre de María dentro del edificio dedicado a la enseñanza y asilo de niñas huérfanas. Concluido el templo en julio de 1653 a expensas de Diego Valentín Díaz, era de una sola nave de orden toscano, tenía forma de cruz latina y contenía varios retablos pintados por aquel. Mostraba incluso un tríptico con una talla de Santa Teresa de Jesús, que sostenía en sus manos una carta redactada por ella misma. Su fachada de piedra constaba de un sencillo y elegante pórtico con las armas de los fundadores. Junto a ello, una inscripción que rezaba: «Colegio de huérfanas nobles y pensionistas». Según algunos autores, el tambor que tocaban las niñas al oficiar la misa por Pascuas de Navidad era el mismo que utilizó Juan de Padilla en la Guerra de las Comunidades.

A principios de 1959 se anunció como inevitable la demolición del conjunto formado por el templo y el colegio, que ya entonces se conocía como Carmelitas del Campo Grande, a causa de la ampliación tanto del tramo comprendido entre el Paseo de Zorrilla y la plaza del poeta como de la calle de San Ildefonso. Según la información publicada en este periódico, una parte de la iglesia, que llevaba el «título preciosísimo de ser la primera en el mundo dedicada al Dulce Nombre de María» -así lo recordaba, de hecho, un cuadro situado en la entrada-, sobresaldría de las futuras alineaciones unos tres metros, por lo que no podía seguir en pie. Al menos se decidió desmontar la fachada para colocarla en otro templo de la ciudad. Así se hizo. La piqueta comenzó su trabajo el 7 de octubre de 1962, hace ahora justamente 60 años. La histórica fachada puede contemplarse en la parroquia de la calle de Canterac, en el barrio de las Delicias, levantada en 1968 y llamada también del Dulce de María. En su interior se conservan también los retablos de Diego Valentín Díaz, así como la tumba de éste y de su mujer.

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