

Secciones
Servicios
Destacamos
Para muchos puede resultar paradójico que la región donde tanta fuerza tuvieron en los años 30 las candidaturas agrarias apenas diera visos de esperanza al primer partido que abanderaba la vocación rural y agraria en los albores de la Transición democrática. Porque eso es lo que decía representar el Partido Ruralista Español (PRE), formación creada en Valladolid en agosto de 1977. Presidida por Fernando Pérez Sánchez, su auténtico líder era su secretario general, el profesor del Instituto Nevares de Empresarios Agrarios (INEA) Joaquín Sanz Guijarro, quien, además, era un latinista y humanista consumado, doctor en Teología y Filosofía, y que había comenzado en política dentro del Partido Socialdemócrata de Castilla y León.
Inscrito oficialmente el 8 de agosto de 1977, el PRE presentaba una ideología ecléctica que, en palabras de Mariano González Clavero, le ubicaba «en el centro de la escala izquierda derecha». En efecto, además de defender a las clases campesinas y reivindicar los intereses del mundo rural, se oponía tanto a «la opresión del hombre por el hombre» como a la lucha de clases. El mismo Sanz Guijarro, en la presentación del partido en Quintanilla de Onésimo, decía abanderar «una ideología cristiana y socialista» y que su máxima aspiración era unir a los hombres del campo en un grupo homogéneo que le permitiera tener voz propia y representantes en el Parlamento. Se trataba, en fin, de una tercería vía: «El humanismo ruralista».
Su primera prueba fueron las elecciones generales de marzo de 1979, a las que se presentó insistiendo en que era el partido «de los campesinos en activo». El esfuerzo de Sanz Guijarro fue ingente, pues, según sus propias palabras, había dado más de tres mil mítines desde la legalización, «mientras los políticos de oficio se dedicaban a los almuerzos y cenas». «Bastará -añadía-, que esta vez metamos la cabeza en el Parlamento y en las próximas seremos la minoría parlamentaria por el bien de España y de la humanidad». Pero no hubo suerte. No consiguieron un solo representante, sumaron 10.324 votos (0,06%) y en Castilla y León obtuvieron los mejores resultados en Segovia (2.912 votos, el 3,5%) y Valladolid (3.528 y 1,44%). En esta última provincia lideraban la lista Nicesio Conde, de Wamba, para el Congreso, y Ángel Martín, de Campaspero, para el Senado.
Las municipales del mes siguiente les procuró 108 concejales en toda Castilla y León y 17 alcaldes en total, siendo de nuevo Valladolid (67) y Segovia (41) donde mejores resultados obtuvieron. En la provincia vallisoletana, el PRE se hizo con las alcaldías de diez localidades: Bahabón, Castrodeza, Torrescárcela, Montemayor, Villabáñez, Velilla, Peñaflor de Hornija, Robladillo, Quintanilla de Arriba y Valdearcos de la Vega, además de conseguir un diputado provincial. Ratificada su vocación municipal, para las elecciones generales de octubre de 1982 el PRE solo presentó candidatura en Segovia. Las municipales del año siguiente animaron a los líderes de Valladolid a ir en coalición con el Bloque Agrario y Ruralista Español, y, para llegar al máximo número de municipios, pactar con Acción Castellana Popular, partido creado en Soria por el ex militante de Alianza Popular Pablo Luis Velilla.
El avance, sin embargo, no fue el esperado, pues el Bloque Agrario obtuvo 152 concejales en toda la Comunidad Autónoma. Las candidaturas de corte ruralista consiguieron ahora mejores resultados en Soria, con 88 concejales. Valladolid tuvo que conformarse con 1.967 votos y 39 concejales, lo que suponía un claro retroceso respecto de los comicios municipales de 1979, pues solo consiguió cinco alcaldías: Velilla, Torrescárcela, Vega de Valdetronco, Quintanilla de Arriba y Quintanilla de Trigueros. El resto de alcaldías en Castilla y León se las repartieron entre Soria (18), Salamanca (7) y Segovia (2). Eran los últimos coletazos de una formación ruralista que, cuatro años después, solo obtendría dos concejales en toda Castilla y León: los de Mayorga de Campos, en la provincia vallisoletana.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Almudena Santos y Lidia Carvajal
Juan J. López | Valladolid y Pedro Resina | Valladolid
Rocío Mendoza | Madrid, Álex Sánchez y Sara I. Belled
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.