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Obreros levantando el muro en la calle Bernauer de Berlín en agosto del año 1961. Efe
1961: Construcción del muro de Berlín

1961: Construcción del muro de Berlín

165 aniversario de El Norte de Castilla ·

En la noche del 12 al 13 de agosto de 1961, las autoridades de la Alemania oriental comenzaron a levantar el muro que dividía en dos Berlín, para evitar más fugas de habitantes de la ciudad a Occidente

Martes, 18 de mayo 2021, 07:15

La noticia causó verdadero impacto entre los lectores: «Fuerzas del Ejército y la Policía de la Alemania Oriental han impedido hoy a millares de berlineses de la zona comunista se trasladaran al Berlín Oeste para trabajar (…). Se cree saber que los comunistas han llevado a la ciudad una división blindada para apoyar a los millares de agentes de Policía y elementos de las milicias obreras». Aunque publicada en El Norte de Castilla el 15 de agosto de 1961, la información correspondía a lo sucedido el día anterior. Y alertaba sobre lo que muchos presentían pero pocos se imaginaban: que en la noche del 12 al 13 de agosto, sin previo aviso, las autoridades de la Alemania oriental habían emprendido la construcción de un imponente muro que separaba Berlín en las dos zonas en que quedó dividido el país –y el mundo entero– tras la Segunda Guerra Mundial: la occidental capitalista (República Federal Alemana, RFA) y la oriental comunista (República Democrática Alemana, RDA).

La causa no era otra que la necesidad de contener a los alemanes que trataban de pasar a la zona occidental, alentados por el creciente desarrollo de la RFA y del Berlín oeste, que además se regía por un sistema democrático. Esta huida de berlineses orientales en busca de unas mejores condiciones de vida repercutió negativamente en la RDA e incrementó las labores de vigilancia y represión.

Labores de construcción de otro tramo de la barrera entre las dos partes en las que se dividió Alemania.

El asunto trascendió las fronteras alemanas y preocupó a las dos superpotencias. Tal es así, que en junio de 1961 el presidente de la URSS, Nikita Kruschev, entabló negociaciones con su homólogo estadounidense, John Fitzgerald Kennedy, en las que no se llegó a ningún acuerdo. Es más, Kennedy se ratificó en su exigencia de mantener la presencia de la OTAN en la parte occidental y permitir que los berlineses pudiesen elegir democráticamente su régimen político.

La reacción comunista consistió en zanjar de manera radical el problema mediante la construcción de un muro de 45 kilómetros de extensión, más otros 115 que rodeaban su parte oeste, que denominó Muro de Protección Antifascista. Era, sin duda alguna, el símbolo más dramático de la Guerra Fría, y ha pasado a la historia como el Muro de la Vergüenza. Para evitar más huidas a la zona occidental, la barrera se acompañó de un foso, una alambrada, una carretera por la que circulaban constantemente vehículos militares, sistemas de alarma, armas automáticas, torres de vigilancia y patrullas acompañadas por perros durante las 24 horas del día.

La barrera incluía foso, alambrada, carretera para vehículos militares, armas automáticas, alarmas, torres y patrullas 24 horas

De esta manera, la Alemania comunista trataba de frenar la huida hacia el oeste cerrando 69 de los 81 puntos de control que existían a lo largo de línea que dividía a la ciudad en dos. Aun así, los intentos no cesaron: «La Policía comunista ha abierto fuego contra los alemanes orientales que huían a Occidente y los comandantes aliados en el Berlín-oeste han culpado a Rusia de las actuales medidas 'ilegales en la ciudad'. (...) En la noche del sábado al domingo, el Gobierno de la Alemania oriental ha cortado todos los accesos a Berlín-oeste», informaba El Norte de Castilla el 16 de agosto; y ocho días después, este mismo periódico daba cuenta de un trágico suceso: «Ayer una mujer se produjo la muerte al saltar desde un tercer piso de su casa, en la zona oriental, a una calle del Berlín occidental, también en busca de la libertad. En casi todas las casas fronterizas con las calles del sector occidental se han tapiado las puertas y ventanas hasta el primer piso, a fin de evitar la huida de sus habitantes a Occidente».

Cuatro días después de levantarse el muro, «cientos de miles de berlineses occidentales llenaban la plaza en la que se levanta la Alcaldía de Schoeneberg, en manifestación de protesta, contra las restricciones impuestas por los comunistas en su frontera con el Berlín-oeste». Las restricciones continuaron en los días posteriores, como demuestra esta información publicada por el decano de la prensa el 24 de agosto de 1961: «Los alemanes orientales han comenzado hoy a tapiar algunos de los doce puntos de cruce entre los dos sectores de Berlín, en cumplimiento de las nuevas órdenes de las autoridades comunistas alemanas por las que se restringen el número de puntos de cruce según la nacionalidad de los viajeros. Según las nuevas normas, cuatro puntos de cruce han sido destinados a los berlineses occidentales, dos a ciudadanos de la República Federal y uno a extranjeros».

El Muro de Berlín se mantendría en pie hasta el 9 de noviembre del año 1989. Se calcula que 270 personas perdieron la vida intentando cruzar a la parte occidental.

Reacción violenta

El 15 de agosto de 1961 El Norte alertaba de que «el cierre de fronteras» ocasionó «una violenta reacción del pueblo berlinés».

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