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Demetrio Madrid, primer presidente de Castilla y León, a la izquierda, con mineros leoneses. Archivo Municipal
Autonomía con impulso socialista

Autonomía con impulso socialista

Favorecido por el liderazgo nacional de Felipe González, la crisis de UCD y la desorientación de los 'populares', el PSOE ganó las primeras elecciones autonómicas celebradas hace 36 años

Martes, 14 de mayo 2019, 07:27

Hagan sus cuentas y saquen conclusiones: 32 de los 36 años de vida política de Castilla y León como comunidad autónoma han estado presididos por gobiernos del Partido Popular. Y de esos 32 años, 24 con mayoría absoluta. Unas cifras impensables para quienes, aquel mayo de 1983, asumieron la responsabilidad de liderar la nueva realidad político-administrativa que se acababa de crear.

Fíjense si no en aquel contexto: la victoria aplastante del PSOE de Felipe González en las elecciones generales de octubre de 1982 fue la puntilla para la otrora exultante Unión de Centro Democrático de Adolfo Suárez, que acabó disolviéndose en febrero de 1983. Por su parte, la Alianza Popular de Manuel Fraga apenas se tomó en serio aquellas primeras elecciones autonómicas en Castilla y León, pues no solo albergaba en su seno tendencias secesionistas que proponían la salida de Segovia, León y Burgos, sino que tampoco llegó a presentar, al menos formalmente, un candidato a la Junta. Sólo el PSOE demostraba tener una vocación autonomista clara. Incluso en Castilla y León los comicios de octubre de 1982 resultaron favorables a la formación socialista, que obtuvo 18 diputados frente a 13 de AP y 3 de UCD.

Poco tenía que ver, en efecto, aquella realidad política con los tiempos actuales. El mayor ejemplo lo encontramos en la victoria del PSOE en las primeras elecciones autonómicas celebradas en la región. De hecho, no todos en Castilla y León saben, a día de hoy, que esta comunidad se estrenó 'de rojo', con un socialista en la presidencia de la Junta.

Arriba, primer gobierno autonómico liderado por Demetrio Madrid; abajo, carteles electorales. CORTES CYL
Imagen principal - Arriba, primer gobierno autonómico liderado por Demetrio Madrid; abajo, carteles electorales.
Imagen secundaria 1 - Arriba, primer gobierno autonómico liderado por Demetrio Madrid; abajo, carteles electorales.
Imagen secundaria 2 - Arriba, primer gobierno autonómico liderado por Demetrio Madrid; abajo, carteles electorales.

Y eso que los de Felipe González tampoco lo tuvieron fácil: el 12 de febrero de 1983, trece días antes de la aprobación del Estatuto de Autonomía, Juan Antonio Arévalo Santiago, hasta entonces secretario regional del partido y su principal líder durante el proceso preautonómico, presentaba su dimisión irrevocable. Aducía su labor en pro de la consecución del Estatuto y consideraba, por tanto, que su etapa al frente del socialismo regional había sido colmada.

Las razones de fondo aún son motivo de disputa entre historiadores y periodistas. Hay quien aduce las discrepancias entre Arévalo y Gregorio Peces Barba, diputado entonces por Valladolid, aunque lo cierto es que las causas reales obedecieron más bien a una decisión personal nunca aclarada del todo. «Yo tenía pensado desde hace tiempo que mi futuro político no pasaba ya por las elecciones regionales, tampoco por las municipales, y eso que me habían ofrecido liderar la lista por Valladolid. Nunca me he considerado un político profesional», confesaba hace unos años el mismo Arévalo, al tiempo que admitía su error: «No obré bien, no calculé muy bien lo que estaba a mi alcance; con el paso del tiempo me he arrepentido de haber presentado la dimisión aquel día».

Para solventar la situación se reunió, en primer lugar, la Ejecutiva del PSOE, en la que Arévalo presentó a José Constantino Nalda como su sucesor. Sin embargo, la mayoría de sus miembros optó por el zamorano de Villaralbo Demetrio Madrid López, diputado nacional desde 1977 que, además de su destacada labor en la etapa preautonómica, había llevado a cabo una relevante intervención en defensa de la aprobación del Estatuto de Autonomía de Castilla y León en el debate de la Ponencia Constitucional celebrado los días 20 y 26 de enero de 1983.

Demetrio, líder

Lo más curioso es que quienes apostaban por Demetrio Madrid lo hacían sin su consentimiento; de hecho, ni siquiera asistió al Comité Regional del partido que, días después, tras una larguísima jornada, terminó eligiéndolo para el cargo por un estrecho margen de votos frente a Nalda. Fue su amigo Domingo Mañanes, senador socialista por Zamora, quien le comunicó por teléfono los debates y las votaciones.

De ahí que el siguiente escollo a solventar fuera, precisamente, la aceptación del cargo por parte del zamorano: «Tuvo que ser la secretaria de organización, Carmen García Bloise, quien, tras una extensa reunión celebrada en Valladolid, terminara convenciéndome para que aceptara la secretaría regional del PSOE», reconoce el mismo Madrid en el libro 'El arranque de Castilla y León. Una necesidad política'.

Una vez solucionado el problema del liderazgo, la oposición se lo puso fácil a los socialistas: la conjunción AP-PDP-UL no solo excluyó de sus listas a José Manuel García-Verdugo, miembro de la Unión Liberal y presidente del Consejo General de Castilla y León entre 1980 y 1983, sino que ni siquiera presentó un candidato a la presidencia de la Junta: en carta enviada a cada una de las provincias, Fraga alimentaba la confusión al indicar que el candidato a la presidencia de Castilla y León era el mismo que encabezaba la lista provincial. Es decir, según las misivas de Fraga, habría nueve candidatos aliancistas distintos.

A ello se sumaban las fuertes tendencias centrífugas presentes en el seno del partido, pues si en León y Segovia era partidario de la autonomía uniprovincial, en Burgos, quizás como reacción contra el fantasma del «centralismo vallisoletano», abogaba por Castilla separada de León. Solo en Valladolid, cuya lista autonómica encabezaba Santiago López Valdivielso, AP-PDP-UL parecía apostar claramente por la autonomía castellana y leonesa.

En un acto simbólico, los socialistas presentaron su programa electoral en el Hostal San Marcos, de León

En definitiva, en el terreno de las convicciones, el PSOE, que abanderaba el eslogan «Por tu tierra», jugaba con ventaja. En un gesto sin duda simbólico, los socialistas Demetrio Madrid, Jesús Quijano y Javier Paniagua decidieron presentar su programa electoral en el Hostal leonés de San Marcos. Era el 16 de abril de 1983 y en él proponían, entre otros compromisos, «una ley de incompatibilidades de los miembros y funcionarios del Gobierno y de la Comunidad Autónoma. Y otra ley que regule las relaciones entre la Comunidad Autónoma, las Diputaciones, los Municipios y las comarcas (…). Una mayor transparencia e información ante la opinión pública (…) Completar el techo de competencias hasta el marco que fija el Estatuto».

«La campaña electoral resultó frenética: recorrí en taxi prácticamente toda Castilla y León visitando ciudades, pueblos, barrios, minas, centros de trabajo, hogares de la tercera edad, etc.», ha escrito Demetrio Madrid. Eso sí, no hubo mítines multitudinarios ni «estrellas» políticas nacionales. Los 'populares' se sirvieron de Manuel Fraga y el PSOE contó con la presencia de Alfonso Guerra. Y poco más. Pero fue suficiente para que aquel 8 de mayo de 1983, hace ahora 36 años, Demetrio Madrid estrenara la presidencia de la Junta. Con un 71,6% de participación, el resultado de los comicios dio como ganador al PSOE con el 43,39% de los sufragios, lo que se tradujo en 42 procuradores, favorecido sobre todo por la ventaja conseguida en las provincias con más habitantes, como León y Valladolid. AP-PDP-UL obtuvo el 39,05% de los votos (39 escaños), y los tres procuradores restantes se los repartieron CDS (2) y PDL (1).

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