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El rey Alfonso X, en el centro, dicta las 'Cantigas'. EL NORTE
Alfonso X, un niño feliz en Villaldemiro

Alfonso X, un niño feliz en Villaldemiro

La localidad burgalesa donde se crio y educó el 'Rey sabio' celebró su hermanamiento con Autillo de Campos, residencia de su abuela Berenguela

Martes, 17 de agosto 2021, 07:24

«Porque don Garci Ferrandez e su muger donna Mayor Arias me criaron e me fizieron muchos seruicios e sennaladamiente porque me criaron en Villadelmiro (sic) e en Celada». Era el año 1255 y Alfonso X concedía importantes privilegios a la localidad burgalesa de Celada del Camino en agradecimiento a los cuidados que en ella y en Villaldemiro, perteneciente también a la provincia de Burgos, le procuraron sus ayos, García Fernández de Villamayor y su segunda mujer, Mayor Arias.

Este dato sobre la infancia del 'Rey Sabio', desvelado en las primeras décadas del pasado siglo, animó la celebración del pasado sábado en Autillo de Campos, aprovechando que en este 2021 se conmemora el octavo centenario del nacimiento del monarca castellano. Se trató de un hermanamiento con Villaldemiro, pues si aquí se crio y educó el futuro Alfonso X, en Autillo residió su abuela, doña Berenguela, y fue allí, además, donde abdicó a favor de su hijo Fernando al fallecer su esposo, Alfonso IX de León, uniendo así en la persona del futuro Fernando III las dos Coronas, la de Castilla y la de León. Como padrino del hermanamiento actuó el magistrado del Tribunal Supremo y ex fiscal general del Estado, Julián Sánchez Melgar.

Como señala el historiador Isaac Rilova, académico de número y secretario general de la Real Academia de Historia y Bellas Artes de Burgos, al poco de nacer el pequeño Alfonso en Toledo, el 23 de noviembre de 1221, sus padres, Fernando III y Beatriz de Suabia, lo entregaron al cuidado de una nodriza llamada Urraca Pérez. Pero fue al cumplir los diez años cuando confiaron su crianza y educación a García Fernández de Villamayor y a su segunda mujer, Mayor Arias, pues solía ser habitual que los reyes educasen a sus hijos primogénitos lejos de los grandes centros de población para preservar su salud.

García Fernández de Villamayor había sido mayordomo de doña Berenguela, reina y madre de Fernando III, había batallado con Alfonso VIII en la guerra de las Navas de Tolosa, fundó el monasterio cisterciense femenino de Villamayor de los Montes y residía en Villaldemiro, que era la principal posesión de todas las heredadas de su padre. Ahí también residió su primera mujer, Teresa Muñoz, fallecida en 1212. Casado en segundas nupcias con Mayor Arias, perteneciente al poderoso linaje gallego de los Limia, ambos acrecentaron su patrimonio a base de sucesivas compras y de importantes donaciones reales.

Al ser Villaldemiro lugar de realengo, es decir, perteneciente al rey, Fernando III lo eligió, junto a Celada del Camino (propiedad de Mayor Arias), para la educación y crianza de su primogénito. En ambos lugares y en las propiedades que doña Mayor tenía en Manzaneda (hoy Maceda), cerca de Allariz, en su Galicia natal, transcurrieron los primeros años de Alfonso. Según Julio Valdeón, en esos momentos el futuro Alfonso X entró en contacto con la lengua gallega, que años más tarde utilizaría para la redacción de las 'Cantigas'. Además, el significado que tuvo esta etapa en su educación explica que en las famosas 'Partidas', él mismo ponderase la figura del ayo: «Siendo niños los hijos de los reyes es menester que los guarden el padre y la madre (…) Pero después que fuesen mozos conviene que les pongan ayos que los guarden y los eduquen en su comer, en su beber, en su folgar y en su continente, de manera que lo hagan bien y apuestamente. Y ayo tanto quiere decir en lenguaje de España, como hombre que es dado para educar mozo y ha de haber todo su entendimiento para mostrarle cómo hacer el bien».

Imagen principal - Alfonso X, un niño feliz en Villaldemiro
Imagen secundaria 1 - Alfonso X, un niño feliz en Villaldemiro
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Las primeras noticias documentadas sobre Villaldemiro aparecen en 1062, concretamente en testimonios escritos pertenecientes al monasterio de San Pedro de Arlanza. Además, como señalaba el famoso diccionario geográfico de Pascual Madoz, se trataba de un pueblo «situado en un llano, con buena ventilación y clima frío y saludable». Poco se sabe sobre los tres años que el futuro Alfonso X pasó en ambas localidades, pero es probable que, además de recorrer las posesiones familiares en Castilla la Vieja y Galicia, fuera conducido frecuentemente a la Corte regia y visitara Autillo de Campos, donde residía su abuela doña Berenguela. Como dejó escrito fray Juan Gil de Zamora, la infancia del futuro monarca «transcurrió entre delicias, según corresponde a los hijos de reyes».

El hermanamiento entre Villaldemiro y Autillo de Campos, celebrado el pasado sábado en la iglesia de Santa Eufemia de esa última localidad, fue precedido de una conferencia del catedrático de Historia del Derecho de la Universidad de Valladolid, Félix Martínez Llorente, sobre «La presencia de la Familia Real en Autillo y en Villaldemiro», y la proyección de los vídeos «El pueblo de la proclamación de Fernando II Rey de Castilla», en referencia a Autillo de Campos, obra de Luis Javier González, y «2021: Alfonso X niño, vuelve a Villaldemiro», realizado por María Jesús Prieto.

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