En solo nueve días la capital vallisoletana vivió dos terribles siniestros causados por estallidos de gas butano, el primero en la calle Cardenal Cisneros de La Rondilla y el segundo en Pedro Mazuecos, en el barrio del Cuatro de Marzo
Febrero de 1998 golpeó duramente el corazón de los vallisoletanos. Dos explosiones de gas butano empañaron el año y se saldaron con la muerte de tres personas y graves destrozos en inmuebles de la ciudad. La primera tuvo lugar el día 10 en el barrio ... de La Rondilla, concretamente en un edificio de Cardenal Cisneros esquina Portillo de Balboa: murieron dos personas y medio centenar se quedó sin hogar: «Dos personas fallecieron ayer y otras dos sufrieron heridas de consideración tras una explosión de gas que destrozó por completo un inmueble de cuatro plantas ubicado en la calle Cardenal Cisneros del barrio vallisoletano de La Rondilla. La deflagración se produjo a las 4.45 de la tarde y provocó el hundimiento de todas las plantas de la casa, que sepultaron bajo escombros a los dos dependientes de una tienda situada en el bajo.
Publicidad
Minutos después de la tragedia era localizado el cadáver de Raúl Bartolomé, un joven de 28 años que salió despedido de su domicilio al patio interior de luces. Aurora Medina Medina y José Luis Díez Lara, de 52 y 34 años, fueron rescatados con vida entre los escombros de la tienda dos horas después. El cadáver de la segunda víctima, María Luz Manzana, de 47 años, fue hallado cuatro horas más tarde en la tercera planta, cuando los equipos de bomberos comenzaron las labores de desescombro», rezaba la crónica de El Norte de Castilla sobre aquel terrible suceso que tiñó de horror el barrio de La Rondilla. Al parecer, la explosión fue provocada deliberadamente por el joven fallecido, y fundió la estructura interior de las cuatro plantas del inmueble.
La segunda explosión con consecuencias mortales ocurrió ocho días después en la calle Pedro Mazuecos del barrio del Cuatro de Marzo, y segó la vida de un anciano: «Enrique Valbuena Pinto, de 78 años, murió ayer carbonizado y otras cuatro personas resultaron heridas leves tras la explosión de gas butano registrada a primeras horas de la mañana de ayer en un piso del número 2 de la calle Pedro Mazuecos, en el barrio Cuatro de Marzo.
Esta es la segunda explosión con víctimas que se registra en Valladolid en ocho días, después de que el pasado día 10 murieran dos personas en La Rondilla. El estallido, que destrozó totalmente la vivienda, sorprendió a Enrique recién levantado en la cocina y a su mujer, Domitila Gómez, y a su hija Ana María en la cama. Ambas pasaron la noche en un hotel de la capital». Una treintena de vecinos tuvieron que reventar la entrada al portal, que había quedado bloqueada por la explosión, o salir del edificio a través de una ventana sin rejas del bajo. Días después, concretamente el 20 de febrero de 1998, este periódico informaba de que «la familia vallisoletana, en cuya vivienda se originó la explosión de gas del miércoles, iba a sufrir un desahucio de la casa en marzo. Fuentes municipales informaron que tenían problemas relacionados por la hipoteca».
Este hecho llevó a los investigadores a concluir que, también en este caso, la explosión fue provocada: «Las gomas de las dos bombonas del gas butano que el miércoles provocó la explosión en el número 2 de la calle Pedro Mazuecos, en el barrio Cuatro de Marzo, estaban manipuladas para permitir la salida de gas. Este hecho ha llevado a los investigadores policiales a descartar cualquier fallo técnico en las instalaciones y a sopesar como hipótesis más fiable que el fallecido quiso suicidarse, bien por inhalación de butano o bien provocando el estallido. (…)
Publicidad
Descartado el fallo técnico, los expertos policiales barajan como principal hipótesis que la madrugada del miércoles el propio fallecido, mientras su mujer y su hija dormían, manipuló los conductos del butano con la intención de quitarse la vida por inhalación de gas, aunque tampoco descartan que quisiera provocar la explosión emulando la ocurrida ocho días antes en La Rondilla», podía leerse en la edición de El Norte de Castilla del 21 de febrero de 1998.
Tragedia por el gas
El 11 de febrero de 1998 El Norte relató la «tragedia», dos muertos, por una explosión de gas en La Rondilla. A los ocho días hubo otro fallecido por lo mismo en el Cuatro de Marzo.
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.