1997: ETA secuestra y asesina a Miguel Ángel Blanco
165 aniversario de El Norte de Castilla ·
El 12 de julio de 1997 la banda terrorista acababa con la vida del joven concejal del Partido Popular de Ermua, después de dar un plazo de 48 horas para que el Gobierno reagrupara a sus presos en el País Vasco
ETA secuestró ayer al joven Miguel Ángel Blanco Garrido, concejal del Partido Popular de la localidad vizcaína de Ermua, y amenaza con asesinarle si el Gobierno no reagrupa a los presos de ETA en un plazo de 48 horas. El secuestro se produjo cuando Blanco se dirigía de Ermua a Eibar. El Gobierno fue tajante al rechazar el nuevo chantaje de la banda terrorista y asegurar que no cederá al ultimátum». La terrible noticia, publicada el 11 de julio de 1997, no solo informaba de un secuestro que heló la sangre de millones de españoles, sino que también indicaba que quedaban 24 horas para que expirara el macabro plazo de los terroristas al Gobierno de Aznar. El asesinato de Miguel Ángel Blanco cambió sin duda el devenir de ETA y endureció más si cabe el rechazo social, también en el País Vasco, hacia la banda terrorista.
Apenas habían pasado nueve días desde la liberación de Ortega Lara cuando la banda volvía a asestar un terrorífico golpe a la sociedad, esta vez en Ermua. «Todos los partidos políticos y organizaciones sociales repudiaron ayer la particular venganza de ETA, de eminente carácter político, al tratarse de un concejal del partido en el Gobierno, y pidieron una movilización general para exigir la inmediata libertad del secuestrado», informaba este periódico. Era la particular respuesta de la banda terrorista al endurecimiento de la lucha contra ella por parte del ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, tanto en la vertiente judicial como policial, pues en aquella época se estableció un marco legal para ilegalizar las organizaciones políticas y civiles próximas a la banda. Fue así como se cerró el diario 'Egin', por ejemplo, mientras el Tribunal Supremo ordenaba el ingreso en prisión de la Mesa Nacional de Herri Batasuna, que había cedido espacio electoral a ETA.
Al buen hacer del Gobierno, que logró liberar a José Antonio Ortega Lara después de 532 días de secuestro, respondió ETA con el del joven edil de Ermua, Miguel Ángel Blanco. Desde el principio, Aznar se negó a ceder al chantaje de trasladar a presos de la banda a cárceles vascas a cambio de dejar con vida a Blanco. La angustiosa espera mantuvo a los españoles pendientes de los medios de comunicación, sobre todo del televisor: «El secuestro de Miguel Ángel Blanco, concejal del Partido Popular del Ayuntamiento de Ermua, ha desatado la más amplia reacción de condena que se haya conocido hasta ahora a una acción de ETA. Los ciudadanos de todas las capitales salieron a la calle para expresar su repulsa y exigir el fin del chantaje de ETA. Las Fuerzas de Seguridad del Estado y la Ertzaina peinan palmo a palmo el País Vasco en un intento desesperado de liberar a Miguel Ángel. Según el ultimátum de ETA, el concejal del PP será ejecutado si a las cuatro de la tarde de hoy el Gobierno no accede a reagrupar a los presos etarras. La Mesa de Ajuria Enea pidió a ETA y HB que no 'traspasen el último límite' que supone el asesinato», informaba este periódico el 12 de julio de 1997, día en que expiraba el plazo etarra.
Y no hubo piedad. A las cuatro de la tarde, los terroristas descerrajaron dos tiros en la cabeza al indefenso concejal: «Minutos antes de las cinco de la tarde de ayer, una hora después de que se cumpliera el macabro plazo de 48 horas dado por la organización terrorista para que el Gobierno procediera al traslado de todos los presos de ETA a cárceles próximas al País Vasco, Miguel Ángel Blanco fue encontrado, con un hilo de vida, por unos vecinos de Lasarte (Guipúzcoa). Sobre las 17:00 horas, vecinos de Lasarte encontraron a una persona herida en el puente viejo de Cocheras de la localidad y, de inmediato, lo trasladaron hasta la calle Mayor, donde fue atendido por una ambulancia medicalizada de la DYA que lo trasladó hasta la Residencia Nuestra Señora de Aránzazu, en San Sebastián. Dos balas alojadas en el cerebro hacen que el joven esté muy cerca de la muerte clínica. La gravedad de su estado es tal que el equipo facultativo que le atiende optó ayer por no intervenir quirúrgicamente al herido. Toda España se había echado a las calles para exigir a ETA la liberación de Miguel Ángel Blanco. La banda desoyó el clamor social que como nunca se registró en la mayoría de las ciudades españolas y descerrajó al secuestrado dos tiros en la cabeza».
El asesinato de Miguel Ángel Blanco sacudió al país entero y animó a una parte cada vez mayor de la sociedad vasca a rechazar el chantaje de los terroristas. Se habló entonces de «Espíritu de Ermua» para calificar la imparable extensión del repudio a ETA, y se creó a su vera la organización pacifista Basta Ya, que exigía a la banda terrorista el abandono inmediato de las armas. El funeral por Miguel Ángel Blanco, al día siguiente, se convirtió en un grito unánime de rabia, dolor y condena a ETA: «Mujeres, ancianos, niños, jóvenes de extraña vestidura, rotos por las lágrimas y con los puños apretados, reventaron en un estallido de rabia e ira nada más superar el estupor que les produjo la llegada a Ermua del féretro con los restos mortales del concejal».
Los responsables de su secuestro y asesinato fueron los miembros del comando Donosti de ETA Francisco Javier García Gaztelu, alias 'Txapote', Irantzu Gallastegui Sodupe, 'Nora', y José Luis Geresta Mujika, 'Oker o 'Ttotto'. Este último se suicidó dos años después. 'Txapote' y 'Nora' fueron condenados en 2006 a 50 años de cárcel.
Amenaza cumplida
El Norte del 13 de julio de 1997 resumió la conmoción que causó el asesinato de Miguel Ángel Blanco en el titular «ETAcumple su amenaza», sobre una foto del joven edil agonizando, y el editorial en portada 'Desolación y esperanza'.
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