
1994: cárcel para Mario Conde
165 aniversario de El Norte de Castilla ·
El 23 de diciembre de 1994 Mario Conde ingresó en prisión preventiva, acusado de apropiación indebida, después de que Banesto fuera intervenido para evitar su quiebraSecciones
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165 aniversario de El Norte de Castilla ·
El 23 de diciembre de 1994 Mario Conde ingresó en prisión preventiva, acusado de apropiación indebida, después de que Banesto fuera intervenido para evitar su quiebraEl expresidente de Banesto, Mario Conde, ingresó ayer en la prisión de Alcalá-Meco acusado de estafa y apropiación indebida tras declarar 37 horas durante cinco días ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón. (...) Según fuentes penitenciarias, Conde ha ingresado en el mismo módulo en que se encuentra el ex vicepresidente de Banesto Arturo Romaní y el ex director general de la Seguridad del Estado Julián Sancristóbal, quienes compartían el menú de Nochebuena. Mario Conde que no recibirá ningún privilegio, aunque a diferencia de otros presos fue recibido por el director y el subdirector de la prisión, se encuentra en una celda individual del Módulo de Ingresos y Destinos».
Era el derrumbe del icono de la cultura del pelotazo, de todo un símbolo del enriquecimiento rápido y desmedido en la España de principios de los años noventa. El Norte de Castilla daba la noticia, impensable meses atrás, de la entrada en prisión preventiva del empresario cuyo ascenso, que tantos pregonaron como modélico, comenzó a principios de los años ochenta como director general adjunto del laboratorio farmacéutico Abelló, que dirigía Juan Abelló Gallo. Ambos emprendieron la operación más impactante y exitosa a mediados de esa década: un año después de adquirir Antibióticos SA, la vendieron por 58.000 millones de pesetas al grupo internacional Montedison, lo que les permitió adquirir una parte importante del Banco Español de Crédito (Banesto). En 1987, Conde daba el salto desde su posición de principal accionista y miembro del Consejo de Administración a la Presidencia de Banesto.
Su imagen no tardó en asociarse al emprendimiento modélico y a la posibilidad de enriquecerse rápidamente. Todo se vino abajo, sin embargo, el 28 de diciembre de 1993, cuando Luis Ángel Rojo, gobernador del Banco de España, decidió intervenir Banesto para salvarlo de la quiebra técnica. En ese momento la entidad presentaba un agujero patrimonial de 450.000 millones de pesetas. Meses más tarde, Mario Conde tuvo que hacer frente a varios procesos judiciales por apropiación indebida y falsedad en documento mercantil.
La primera imagen de la caída del otrora ejemplar empresario saltó a los medios el 23 diciembre de 1994, cuando el juez García Castellón dictó prisión provisional para el banquero, al concluir, tras los interrogatorios, «que Mario Conde perjudicó a la entidad que dirigió hasta el 28 de diciembre de 1993 en unos 7.000 millones de pesetas»: «Este gallego de Tuy, que acaba de cumplir 47 años, ha demostrado ser meteórico en casi todo. En su enriquecimiento producto de dos «pelotazos» seguidos tras la venta de Laboratorios Abelló y Antibióticos, en su ascenso al poder de un gran banco, en su permanencia en el cargo tan sólo seis años, y en su estrepitosa caída. El aspirante a mito de una generación de jóvenes españoles, la 'quintaesencia' de la gestión empresarial moderna y hasta la vertiente frívola del Conde apoyado en la barandilla de su yate se ha derrumbado», informaba este diario. Tres años después, en 1997, la Audiencia Nacional le condenaba por el caso Argentia Trust, en el que desaparecieron 600 millones de pesetas que, según quedó probado, fueron a parar a una cuenta de las Islas Cayman. De los seis años de prisión que le impusieron, Conde cumplió año y medio.
Los procesos judiciales, de gran impacto mediático, prosiguieron en los años siguientes: en 2001, la Audiencia Nacional le condenaba a 14 años de prisión por los delitos de estafa y apropiación indebida por el caso Banesto obligándole, además, a devolver 7.200 millones de pesetas a la entidad. Aunque en aquel momento pudo eludir la cárcel gracias al recurso de las defensas y al pago de una fianza de 500 millones de pesetas, en julio de 2002 el Tribunal Supremo aumentó la pena a 20 años. Cumplió cuatro en Alcalá-Meco tras acogerse a beneficios penitenciarios. Mario Conde siempre defendió su inocencia, arguyendo que tanto la intervención de Banesto como las diversas sentencias judiciales obedecieron a conspiraciones del poder político para frenar su ascenso.
La entrada en prisión de Mario Conde, por estafa y apropiación indebida, abrió la portada de El Norte el 24 de diciembre de 1994.
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