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Bomberos, miembros de Cruz Roja y voluntarios evacúan heridos. Efe
1987: el atentado más cruel de ETA

1987: el atentado más cruel de ETA

165 aniversario de El Norte de Castilla ·

El 19 de junio de 1987 la banda terrorista hacía detonar más de 200 kilogramos de carga explosiva en el aparcamiento del supermercado Hipercor de Barcelona, provocando 21 muertos y 45 heridos

Martes, 1 de marzo 2022, 00:29

Quince personas resultaron muertas y 35 heridas ayer por la tarde en Barcelona a consecuencia de la explosión de un coche-bomba, un Ford Sierra, situado en el segundo sótano y primer parking de los almacenes 'Hipercor', propiedad de 'El Corte Inglés', situados en pleno centro de Barcelona. Treinta y cinco minutos antes de la explosión, una voz anónima de un comunicante que dijo pertenecer a ETA había anunciado al diario 'Avui' la colocación de un artefacto en este lugar. Si se confirma la reivindicación, éste es sin duda el atentado más sangriento e indiscriminado de los cometidos por la organización terrorista». La dramática noticia, publicada por El Norte de Castilla el 20 de junio de 1987, ha pasado a la historia de la infamia por tratarse del atentado más cruel de la banda terrorista en España, solo comparable con el perpetrado en 1974 en calle del Correo, de Madrid, en el que fallecieron 14 personas.

El día anterior el comando Barcelona, que había comenzado a operar en Cataluña en septiembre de 1986, formado por Josefa Ernaga, Domingo Troitiño y Rafael Caride, había colocado un potente artefacto explosivo en el maletero de un Ford Sierra, previamente robado, que estacionaron en el aparcamiento del supermercado Hipercor. A los 30 kilogramos de amonal, 100 litros de gasolina, escamas de jabón y pegamento sumaron los 200 kilos de carga explosiva. Al estallar la bomba, la temperatura del aparcamiento, en cuyo techo abrió un agujero de cinco metros de diámetro, se elevó hasta los 3.000 grados. «A las tres horas y veinticinco minutos de la tarde se había recibido en el diario 'Avui' una llamada anunciando la explosión. El redactor que atendió esta comunicación se puso en contacto con los mossos de esquadra, la Policía autonómica, que, a su vez, informó a la Policía Nacional, que se puso en movimiento. Sin embargo, la explosión, producida a las cuatro horas y cinco minutos, sorprendía a los clientes de 'Hipercor' en el sótano primero del aparcamiento. Según testigos presenciales, minutos antes de la explosión se había observado en las inmediaciones del local una mayor presencia de Fuerzas del Orden Público. Ocho coches de bomberos y numerosas dotaciones de Policía Nacional y Guardia Urbana comenzaron a trabajar de inmediato en las tareas de extinción del incendio producido», informaba El Norte de Castilla.

Una densa humareda sale del sótano del supermercado Hipercor en Barcelona tras la explosión. Efe

El Ministerio del Interior consideraba «que la organización terrorista ETA militar ha emprendido una nueva fase terrorista caracterizada por su «indiscriminación absoluta» coincidiendo con la crisis interna que la banda armada viene padeciendo desde hace meses». El saldo final fue de 21 muertos y 45 heridos. «Las víctimas no estaban carbonizadas, sino que habían quedado inmovilizadas por la onda expansiva y murieron por asfixia o se vieron gravemente afectadas y con lesiones», explicó el jefe de bomberos de Barcelona. A esas alturas, la pervivencia de la banda terrorista ETA era una anomalía en el contexto europeo. Aunque en 1982 un sector de la misma, los 'poli-milis', decidió abandonar la lucha armada, la mayoría decidió continuar su estrategia de atentados mortales. Bien es cierto que el número de víctimas disminuyó respecto de la etapa de UCD, pero también lo es que tampoco a los etarras les tembló el pulso a la hora de cometer atentados indiscriminados como el de Hipercor, que tiñó las calles céntricas de Barcelona de escenas de horror: «El pánico se adueñó de los transeúntes y cuantas personas se encontraban en las inmediaciones. Según un testigo que no quiso identificarse, 'hubo una confusión terrible y todo el mundo echó a correr en diferentes direcciones sin conocer el motivo'». El atentado de Hipercor cerró filas en la sociedad civil en contra de ETA y restó apoyos sociales a la banda terrorista.

Los tres miembros del comando Barcelona fueron detenidos en septiembre de ese mismo año. En dos juicios celebrados en la Audiencia Nacional –en los años 1989 y 2003– fueron condenados Josefa Ernaga y Domingo Troitiño a 794 años de prisión como autores materiales de la masacre; Rafael Caride Simón a 790 años y medio como ideólogo y participante, y Santiago Arróspide Sarasola, Santi Potros, a 790 años y medio de cárcel como máximo responsable de la banda terrorista. Los detenidos confesaron que atentaron contra el supermercado Hipercor por creer que se trataba de una empresa de capital francés.

Intenso asco y dolor

El Norte de Castilla sacó a la portada del 20 de junio de 1987 el editorial, titulado «Un clamor de indignación y de exigencias». Junto al más «intenso asco y (...) dolor ante tanta barbarie», el periódico pedía al Gobierno «las oportunas responsabilidades políticas desde la cabeza y (...) los cambios urgentes que sean precisos» para afrontar una situación «como de guerra abierta».

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