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Cabecera de la manifestación celebrada en la capital vallisoletana contra la OTAN. Archivo Minicipal de Valladolid
1986: los españoles optan por seguir en la OTAN

1986: los españoles optan por seguir en la OTAN

165 aniversario de El Norte de Castilla ·

El referéndum del 12 de marzo de 1986 dio la razón al presidente del Gobierno, Felipe González, que desde 1984 había cambiado su postura anterior, contraria a la permanencia en la Alianza Atlántica

Martes, 15 de febrero 2022, 00:27

En una jornada electoral en la que la normalidad fue la protagonista, los españoles optaron por la opción del Gobierno y refrendaron con sus votos la permanencia de España en la OTAN, aunque la abstención fue la más alta registrada desde 1976. Felipe González, en un mensaje dirigido por TVE, señaló que el resultado refuerza y consolida el camino de paz y progreso emprendido por España y realizó un llamamiento al consenso sobre la política de paz y seguridad del país». Eran las primeras reacciones al referéndum de permanencia de España en la OTAN, celebrado el 12 de marzo de 1986 y que para el Gobierno de Felipe González supuso un serio desgaste.

Para entenderlo en su contexto hay que tener presente que también por entonces el Gobierno socialista había acometido la normalización del ejército español, necesitado de una urgente reforma, a través de medidas como la renovación de la cúpula mediante el apartamiento de los nostálgicos del Franquismo (estaba latente el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981), la restricción de la jurisdicción militar al ámbito castrense, la modificación de los planes de enseñanza del ejército y la aprobación de la Ley Orgánica de Defensa, de enero de 1984, que colocaba a los mandos castrenses bajo la estricta obediencia del presidente del Gobierno y del ministro del ramo, y creaba la nueva figura del jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), en sustitución de la Junta de Jefes de Estado Mayor (JUJEM).

Dentro de este proceso de normalización de las Fuerzas Armadas se insertó también el definitivo ingreso de España en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). La situación para Felipe González era comprometida, pues cuando el Gobierno de Leopoldo Calvo-Sotelo acordó de forma unilateral la integración de España en la Alianza Atlántica, los socialistas se opusieron y prometieron que revisarían dicha medida cuando llegaran al poder. Sin embargo, tras el triunfo del PSOE en las elecciones de 1982 González fue modulando progresivamente su posición hasta el extremo de defender la postura contraria en el XXX Congreso del partido, en 1984. Para el presidente del Gobierno, la permanencia de España en la OTAN facilitaría la modernización del ejército español y la entrada de nuestro país en la Comunidad Económica Europea. Posteriormente, González destituyó al ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, y lo reemplazó por Francisco Fernández Ordóñez, antiguo ministro de UCD.

En el referéndum, celebrado el 12 de marzo de 1986, el PSOE defendió el sí a la OTAN mientras que Alianza Popular, liderada por Manuel Fraga, se decantaba por la abstención. Las plataformas y fuerzas políticas más a la izquierda del PSOE lideraron la llamada Plataforma Cívica, que proponía el no. En el seno de esta última organización nacería Izquierda Unida, formación liderada por el Partido Comunista como alternativa de izquierdas al PSOE. González llegó a amenazar con abandonar el Gobierno si vencía la opción de salirse de la OTAN. Finalmente ganó la propuesta del presidente con el 52,5% de los votos; el 39,8% optó por el no, pero la participación fue baja, cercana al 60%.

«Las primeras reacciones internacionales han sido de satisfacción. En cuanto a los defensores de las otras opciones, Fraga se declaraba también satisfecho por «el triunfo de la abstención» y la Plataforma Cívica destacaba su «victoria moral» que calificaba como una advertencia al Gobierno. El presidente del Gobierno, Felipe González, subrayó que el resultado del referéndum había sido un éxito de todo el pueblo español y no de un sector determinado. Ratificó la voluntad del Gobierno de seguir desarrollando una activa contribución al mantenimiento de la paz y un apoyo decidido a la distensión y a la solución pacífica de los conflictos en el mundo. Aseguró, igualmente que las aspiraciones de paz, democracia y progreso de las opciones minoritarias de este referéndum serían defendidas en el marco de la política que ha sido respaldada», señalaba El Norte de Castilla.

Ese mismo resultado se registró en Castilla y León donde, como informaba este periódico, «la jornada electoral de ayer (…) no se salió de las pautas marcadas por el resto del país. En todas las provincias la tranquilidad fue la tónica general. Prácticamente no hubo retrasos en la apertura de las mesas, y ninguna hubo de suspender la votación a mitad de jornada, lo que da una idea de la escasez de incidentes con que se desarrolló el referéndum».

Paz y seguridad

«España no saldrá de la OTAN». Con este titular resumió El Norte de Castilla, en su edición del 13 de marzo de 1986, el resultado del referéndum celebrado el día antes en relación a la permanencia o no en la Alianza Atlántica. El periódico destacó además que el presidente del Gobierno había propuesto un «consenso de política de paz y seguridad».

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