El presidente del Consejo General de Castilla y León, Juan Manuel Reol Tejada, en el monolito de Villalar el 23 de abril de 1979.ARCHIVO REOL
1978: pistoletazo de salida a la autonomía
165 aniversario de El Norte de Castilla ·
El 22 de julio de 1978 se constituía en el castillo palentino de Monzón de Campos el Consejo General de Castilla y León, encargado de iniciar el proceso que culminaría en el Estatuto
Juan Manuel Reol Tejada, diputado de UCD por Burgos, «fue elegido ayer en Monzón de Campos (Palencia), presidente del Consejo General de Castilla- León, una vez disuelta la Asamblea de Parlamentarios y constituidos el Pleno y la Junta de Consejeros». El 23 de julio de 1978 El Norte de Castilla se hacía eco del «histórico acto, celebrado en el castillo de Monzón, propiedad de la Diputación Provincial -y en boca de su presidente 'el castillo más antiguo de Castilla'-», en virtud del cual se daba el pistoletazo de salida al proceso autonómico en Castilla y León.
Y es que con el avance de la Transición, la regionalización del Estado se convirtió en un proceso imparable. Si ya en febrero de 1977 el Gobierno de Adolfo Suárez había creado el Consejo General de Cataluña, tras las elecciones generales de junio se puso en marcha la Asamblea de Parlamentarios catalanes, y en septiembre fue repuesta la Generalitat, con Josep Tarradellas en la Presidencia. Al mismo tiempo, también en junio de 1977 fueron restauradas las juntas generales y las diputaciones forales de Guipúzcoa y Vizcaya, y se reguló la nueva organización de la Junta General de Álava; el Consejo General del País Vasco apareció formalmente en enero de 1978.
Sin embargo, el proceso autonómico en Cataluña y País Vasco despertó tanto recelos como deseos de emulación en muchos otros territorios.En el conjunto del país comenzaron a oírse voces en pro de la autonomía y de igualarse a catalanes y vascos: buena prueba de ello fue la proliferación, tras las elecciones generales del año 1977, de asambleas de parlamentarios. Finalmente, el Gobierno decidió extender las preautonomías a todo el territorio nacional por el procedimiento del Decreto-ley.
Toma de posesión del burgalés Reol Tejada en la Diputación Provincial de Burgos.
ARCHIVO REOL
En las provincias de Castilla y León las elecciones generales del 15 de junio de 1977 ofrecieron una amplia victoria de la UCD, que con una abstención del 17,66%, alcanzó el 51,6% de los votos emitidos, mientras que el PSOE obtuvo el 23,74%, AP el 11,75% y el PCE el 3,70%. El 31 de octubre de 1977, en la Feria de Muestras de Valladolid, se constituyó la Asamblea de Parlamentarios de la región, con presencia –por ahora– de representantes de todas las provincias de Castilla la Vieja y de León, y con una amplia mayoría política de la UCD, convertido en la instancia política decisiva para el desarrollo de la preautonomía regional. Inmediatamente, el proceso se encontró con la evidencia de que Santander y, más claramente todavía, Logroño se decantaban mayoritariamente por la opción uniprovincial. El caso de León, en cambio, se convirtió en una incógnita, pues en esos momento el PSOE no tenía una postura decidida, y la UCD, dirigida por Rodolfo Martín Villa, ministro de la Gobernación hasta abril de 1979, había optado por mantenerse a la expectativa, sin integrarse en la Asamblea de Parlamentarios de Castilla y León, pero sin decantarse tampoco por la autonomía uniprovincial.
Así estaban las cosas cuando en la Asamblea de Parlamentarios celebrada en Ávila el 18 de febrero de 1978, UCD y PSOE consensuaron el texto preautonómico para negociarlo con el ministro Clavero Arévalo. La negociación se desarrolló durante varios meses, y en ella ya no participaron los parlamentarios de Santander, Logroño y León. Finalmente, el 13 de junio de 1978, un Real Decreto-Ley concedía la preautonomía, definía un ámbito potencial de actuación formado por 11 provincias y establecía el Consejo General de Castilla y León como órgano político-administrativo encargado de preparar el acceso al régimen autonómico: Logroño y Santander no llegaron a incorporarse la preautonomía, y León tardó dos años en hacerlo. El Consejo General de Castilla y León estableció su sede en Burgos, y su primer presidente fue el centrista burgalés Juan Manuel Reol Tejada, un licenciado en Farmacia convencido de que Castilla y León terminaría por «hacerse en España». La actividad del Consejo se vio marcada en principio por la precariedad: contaba con poco más de 66 millones de pesetas de presupuesto y solo el presidente tenía un sueldo asignado.
Aunque la pelota del juego autonómico iba progresivamente quedando en el tejado de los partidos, las reivindicaciones regionalistas mostraron entonces una capacidad de movilización no desdeñable. Meses antes de la constitución del Consejo General, el 5 de marzo de 1978, 4.000 personas en Burgos y 75.000 en Valladolid salían en manifestación para reivindicar «Castilla-León por su autonomía», pensando en poder contar, en breve espacio de tiempo, con Logroño y Santander. En 1978 tuvo lugar también en Villalar la mayor concentración regionalista nunca conocida, que reunió a una multitud formada por unas 200.000 personas.
Ante un ministro
El 23 de julio de 1978 la periodista Maribel Rodicio firmó en El Norte de Castilla la crónica de la constitución del Consejo General de Castilla y León, germen de lo que en el futuro sería la autonomía. El acto fue presidido por el ministro para las Regiones.
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