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Vista aérea del barrio del Cuatro de Marzo en los años sesenta. Archivo Municipal
1959: inauguración del Cuatro de Marzo

1959: inauguración del Cuatro de Marzo

165 aniversario de El Norte de Castilla ·

Una década después de su última visita, Franco regresó a Valladolid para inaugurar el barrio del Cuatro de Marzo, creado para aliviar el grave problema de la vivienda

Martes, 4 de mayo 2021, 07:12

No puedo venir a Valladolid sin sentir la honda emoción de las primeras horas de nuestro Movimiento, de aquellos días en que los mozos castellanos marchaban sobre la capital y bautizaban con su sangre el Alto de los Leones de Castilla». Una década después, la ciudad volvía a escuchar en directo la voz del Jefe del Estado. La última vez había sido en 1949, con motivo de la inauguración de la factoría Sava y de la Granja Escuela José Antonio.

Ahora, 29 de octubre de 1959, el motivo era mucho más cercano al «sentir del pueblo»: Venía a bendecir con su presencia las 2.000 viviendas que darían cobijo a otras tantas familias necesitadas de un hogar decente. El barrio del Cuatro de Marzo debe su nombre al acto de fusión entre Falange Española y las JONS ese día de 1934.

No eran tiempos fáciles. La escasez de viviendas hizo indispensable la actuación del Estado, a través de la Obra Social del Hogar o el Instituto Nacional de la Vivienda. Era una urgente necesidad ciudadana y también un motivo para redoblar la propaganda oficial: «En los últimos veinte años, en Valladolid capital se han levantado más de siete mil casas», podía leerse en El Norte de Castilla aquel 29 de octubre de 1959. Meses antes habían supervisado las obras los directivos, dieron su visto bueno, tomaron fotos y anunciaron la inminente apertura de la barriada.

El Paseo de Juan de Austria, sin asfaltar, en los años sesenta. Archivo Municipal

Llegó el séquito rodante del dictador a las 12:00 de la mañana, en medio de un ameno voltear de campanas. Por orden gubernativa se habían suspendido todas las actividades comerciales e industriales y las clases; la ciudad mostraba su mejor cara, engalanada con gallardetes y banderas. La plaza de San Pablo estaba a rebosar. El caudillo y su esposa entraron en el edificio de la Diputación, en cuyo salón de sesiones Emiliano Berzosa Recio, a la sazón presidente de la institución provincial, impuso al jefe del Estado la primera Medalla de la Provincia; un galardón para agradecer, en palabras del secretario, señor Negueruela, «todo cuanto esta provincia debe al Caudillo por su engrandecimiento».

El discurso de este no escatimó honras para una ciudad laureada por su contribución a la sublevación del 18 de julio de 1936. Lo recordó y se reivindicó como primer luchador contra el sistema soviético, pues «se reconoce por todos los países del Occidente en estos momentos que el mayor peligro para los pueblos es el comunismo».

El barrio debe su nombre al acto de fusión entre Falange Española y las JONS, que se produjo el 4 de marzo de 1934

La inauguración del barrio fue a las cinco y diez de la tarde, entre miles de ciudadanos transportados desde la plaza Zorrilla en autocares cedidos gratuitamente por la empresa Carrión y las autoridades. Otros habían ido a pie, en una suerte de gigantesca marea humana. Acompañaban a Franco el ministro de la Vivienda, José Luis Arrese; con su director general, García Lomas; su colega de Arquitectura, señor Bringas, y el de Urbanismo, señor Brigador; tampoco faltaba en el séquito el secretario general del ministerio, David Herrero, así como el jefe superior de la Vivienda, señor Santander, y el arquitecto regional, Luis Matarredona Perol.

Franco y su mujer visitaron primero el local destinado a mercado, para pasar a la tribuna levantada en la explanada central. Allí le esperaba el arzobispo, José García Goldáraz. A las preces siguió la bendición de los nuevos edificios, que revestía de magnificencia la nueva «hazaña» en materia de vivienda. Luego le tocó el turno al arquitecto Matarredona, quien habló someramente de las nuevas construcciones, iniciadas en 1954, sus ventajas y virtudes, para terminar anunciando una entrega simbólica por parte del caudillo.

Los primeros beneficiarios de las 1.947 casas de la barriada fueron Manuel Serrano Martín, Julián Burguillo, Lorenzo Martínez, Daniel Gómez Valcárcel, Ángel Orosa, Manuel Enríquez, Amando Conde, Ángel Luis Martín, Benito García Muñoz, Gregorio Negueruela, Julián Milán, Antonio Fernández Gallego, Julián León y Secundino Mantecón.

«Dos mil viviendas equivalen a dar satisfacción a dos mil necesidades familiares», señalaba El Norte. «En total se han construido, en las distintas operaciones, 10.557 viviendas en Valladolid y en sus pueblos en 20 años», aseguraba, 7.000 de ellas en la capital. El del «4 de marzo», compuesto por bloques abiertos de cinco plantas en paralelo o en manzana cerrada y torres aisladas de 11 plantas, constituía, «un hermoso barrio de bella traza, que se asoma al río y ahí refleja la armonía de sus estructuras… Una obra perdurable que el tiempo no borrará jamás». Ocupaba 164.611,50 metros cuadrados y contaba con iglesia con centro parroquial, colegios, centro del Frente de Juventudes, 23 locales comerciales y un parque central.

Clamorosa acogida

El 29 de octubre de 1959 El Norte dedicó su portada íntegra a la visita de Franco a la ciudad, donde fue «clamorosamente recibido» y escuchado por una «impresionante multitud».

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