1939: finaliza la Guerra Civil
165 aniversario de El Norte de Castilla ·
La caída de Madrid en manos del ejército sublevado, el 28 de marzo de 1939, se celebró en Valladolid con vivas a Franco, manifestaciones y balcones engalanadosAyer quedó deshecho el mito inconsistente y sin fundamento del 'no pasarán'», se jactaba el editorial publicado por El Norte de Castilla el 29 de marzo de 1939, titulado, expresivamente, 'Madrid'. Acompañaba a una imponente fotografía de Francisco Franco y venía a celebrar la caída de la capital de España en manos del ejército que tres años antes se había sublevado contra la legalidad republicana.
La rendición de Madrid, el 28 de marzo de 1939, suponía el final de la guerra iniciada en julio de 1936, y la victoria definitiva del llamado bando nacional. Precedida de una durísima pugna interna en el seno del ejército republicano, esta se había resuelto finalmente a principios de mes, con el golpe de Estado del general Segismundo Casado; este pretendía, ingenuamente, pactar la rendición «de militar a militar» con el general Franco, y lograr así una salida digna a los combatientes por la República. El líder de la sublevación, sin embargo, no toleraba otro final que la rendición sin condiciones; y así sucedió.

Por si quedara alguna duda, el editorial de El Norte insistía en que en la caída de Madrid no había mediado transacción de ningún tipo ni negociación entre los contendientes, solo había actuado «la fuerza avasalladora de nuestras armas»; y que si dicho final no había llegado mucho antes se debía, únicamente, «a la magnanimidad, al elevado criterio, al temple del alma y la serenidad sorprendente del caudillo».
En Valladolid los rumores que comenzaron a circular hacia las 11:00 de la mañana provocaron la reacción espontánea de los viandantes en forma de abrazos, vivas a España y a Franco y sonoros aplausos. De inmediato, algunos balcones lucieron los colores nacionales y de Falange mientras grupos de vallisoletanos organizaban manifestaciones callejeras que coreaban gritos de «Franco, Franco, Franco».
Así hicieron, por ejemplo, algunos escolares junto a la Banda de Música de la Guardia Civil, organizaciones juveniles de Falange y grupos de mujeres por las calles céntricas. De hecho, a las 12 del mediodía los comercios cerraron y numerosos vallisoletanos abandonaron el trabajo.

Hasta los ferroviarios de la Compañía del Norte decidieron manifestarse a las cuatro de la tarde y marchar desde los talleres hasta Capitanía para elogiar al ejército; pararon también en la plaza de San Miguel, frente a la sede de la Jefatura Militar de Ferrocarriles, y aplaudieron entusiasmados el discurso exaltado del capitán Navarro.
La Plaza Mayor no tardó en abarrotarse de gente y hasta una banda de música alemana, perteneciente a la Legión Cóndor, se acercó para tocar en honor al «Ejército de Franco». Cuatro aviones encandilaron con sus acrobacias al público congregado a las dos de la tarde, 15 minutos antes de hacerse pública la noticia oficial de la caída de Madrid.
Esta fue recibida con cohetes, bombas y morteros y, desde luego, con una manifestación multitudinaria liderada por las máximas autoridades.
La organizó la Jefatura Provincial de Propaganda, que entonces dirigía Demetrio Ramos Pérez, futuro catedrático de Historia de América en la Universidad vallisoletana.
Tras pasar por Duque de la Victoria y Fuente Dorada, la multitud se dirigió a la plaza de San Pablo apara elogiar al ejército, representado por el general jefe de la región, Marcial Barro García.
Los congregados frente al Palacio de Capitanía asistieron entusiasmados a los discursos de Barro y del gobernador civil, Emilio Aspe, y saludaron con elogios al jefe del Fascio italiano y a los representantes de la Alemania hitleriana (miembro del Consulado, vicecónsul y líder del Partido Nacionalsocialista), el otro gran aliado del ejército franquista.
La intrínseca unión entre los sublevados y la Iglesia católica, expresada en el nacional-catolicismo triunfante, tampoco faltó en esta ocasión. Y es que el colofón de los actos por la rendición de Madrid consistió en una 'Salve' solemne en la Catedral, a las ocho de la tarde, ante la imagen de Nuestra Señora de San Lorenzo, patrona de la ciudad.

La espada de Franco
El Norte del 29 de marzo de 1939 dedicó su portada íntegra, con un retrato del general a gran tamaño, a glosar que Madrid había sido «reconquistado por la espada de Franco».
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