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El archiduque Francisco Fernando y su esposa Sofía antes del atentado que les mató.
1914: Primera Guerra Mundial

1914: Primera Guerra Mundial

165 aniversario de El Norte de Castilla ·

El asesinato del archiduque de Austria en Sarajevo a manos de un joven nacionalista serbio, el 28 de junio de 1914, fue la causa inmediata de la Primera Guerra Mundial, que provocó 10 millones de muertos

Martes, 30 de junio 2020, 10:57

Acaba de recibirse la noticia de haber sido asesinados en las calles de Sarajevo (capital de Bosnia y Herzegovina) el archiduque Francisco-Fernando, heredero del trono austro-húngaro, y su esposa la archiduquesa Sofía. No se conocen pormenores del atentado. Sólo se sabe que, a poco de realizado, fallecieron los augustos esposos».

No era un atentado cualquiera el ocurrido el 28 de junio de 1914. La muerte violenta del archiduque Francisco Fernando a manos de un joven nacionalista serbio fue la gota que colmó un vaso repleto de tensiones políticas, económicas, sociales y culturales que convulsionó el panorama político mundial hasta el extremo de provocar la Primera Guerra Mundial.

Las causas del conflicto venían de atrás; de las rivalidades económicas entre las potencias y de las políticas de alianzas establecidas desde el último tercio del siglo XIX, que dividieron a las grandes potencias en dos bloques, la Triple Alianza (Alemania, Austria-Hungría e Italia) y la Triple Entente (Francia, Reino Unido y Rusia); pero también de las rivalidades imperialistas y de la suma de puntos explosivos, como Marruecos o los Balcanes, que calentaron hasta extremos insospechados el sistema de relaciones internacionales. Si en Marruecos entraron en colisión los intereses franceses y alemanes con el arbitrio de Reino Unido, en el avispero de los Balcanes se enmarañaron Austria contra Bosnia-Herzegovina, generando gran malestar en Rusia, comenzó a desmembrarse el Imperio turco y hasta Italia mostró sus afanes imperialistas.

Ejército alemán en la Primera Guerra Mundial. Biblioteca Nacional

Junto a las rivalidades políticas y económicas tuvieron gran impacto lo que los historiadores han denominado causas psicológicas, en concreto el incremento de un estado de ánimo colectivo que propició el clima de guerra, a lo que hay que sumar la intensa carrera de armamentos y el predominio creciente de los ejércitos.

El detonante o causa inmediata fue el asesinato, el 28 de junio de 1914, del archiduque Francisco Fernando, heredero del trono de Austria-Hungría, por un joven nacionalista perteneciente a la organización terrorista Mano Negra, formada por bosnios nacionalistas a los que apoyaban oficiales del ejército serbio. Un mes más tarde, Austria declaraba la guerra a Serbia, como demostró el bombardeo de Belgrado, el 19 de julio de 1914. Rusia, que se consideraba guardián de todos los eslavos, se sumó de inmediato al lado de Serbia, lo que provocó que Alemania le declarara la guerra, lo mismo que a Francia.

El 2 de agosto de 1914, El Norte de Castilla daba la noticia: «Se asegura insistentemente que Alemania ha enviado a Francia y Rusia esta madrugada un ultimátum concebido en los términos siguientes: A Rusia le exige que en menos de doce horas cese la movilización de sus tropas. ENnel dirigido a Francia, Alemania exige que en el interés de la seguridad del mundo no intervenga en el conflicto austro-serbio. El plazo para cumplir el ultimátum expira a mediodía de hoy- En este momento corre un rumor sensacional: se dice que Alemania ha declarado la guerra Rusia. La noticia causa inmensa sensación en todas partes».

Artillería francesa en acción durante la contienda. Biblioteca Nacional

La cadena del desastre comenzó el 4 de agosto, con la invasión alemana de la zona neutral de Bélgica con objeto de avanzar hacia Francia; de inmediato, Inglaterra se sumó al conflicto, que terminaría escindiéndose en dos bandos, el de la entente y el de los imperios centrales; el primero, liderado por Francia, Reino Unido, Rusia, Serbia y Bélgica, al que luego se incorporaron Grecia, Rumania e Italia; y el de las potencias centrales encabezado por Alemania y Austria-Hungría, al que luego se sumarían Bulgaria y Turquía.

Aquella contienda, de gran duración, extensión y de carácter total, se extendió desde agosto de 1914 al noviembre de 1918, y trastocó no solo el sistema de relaciones internacionales y el mapa de Europa tras la derrota de las potencias centrales, poniendo fin a los imperios (ruso, austro-húngaro y turco), sino que produjo una convulsión cultural de enorme alcance, que también incluyó una profunda crisis de conciencia en Europa y el cuestionamiento del propio sistema político y económico. Se estima, además, que murieron en torno a 10 millones de personas y que más de 21 millones sufrieron heridas graves; las consecuencias económicas fueron importantes, y desde el punto de vista social se intensificaron los conflictos como consecuencia del enriquecimiento de una minoría y el empobrecimiento de las clases medias y trabajadoras. Para muchos historiadores, con la Primera Guerra Mundial se abrió una nueva etapa en la Historia Contemporánea.

Bomba y pistola

El 29 de junio de 1914 El Norte de Castilla dio cuenta del asesinato de los herederos del trono austro-húngaro. «No fué uno; fueron dos los atentados», explicó. El primero, «una bomba de dinamita», de la que salieron ilesos. «Horas

después» les dispararon.

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