Famosa instantánea del estudiante Eugenio Mesonero Romanos.
1906: atentado anarquista contra Alfonso XIII
165 aniversario de El Norte de Castilla ·
El histórico intento de regicidio el mismo día de la boda del soberano, el 31 de mayo de 1906, fue obra del anarquista Mateo Morral, que moriría dos días después
Un unánime movimiento, espontáneo y vigoroso, de indignación, ha agitado ayer todos los espíritus españoles; de todos los pechos honrados ha subido a los labios la reprobación airada, la condenación enérgica contra el criminal atentado anarquista que ha manchado con sangre la fiesta nupcial del soberano español».
La portada de El Norte de Castilla del 2 de junio de 1906 era fiel reflejo de la angustia que sintió buena parte de la ciudadanía española ante lo ocurrido dos días antes, cuando la boda entre Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg, anunciada y preparada hacía tiempo como auténtico acontecimiento nacional, resultó trágicamente enturbiada por un atentado terrorista que acabó con la vida de 25 personas e hirió a más de un centenar.
«Al pasar el coche que conducía al rey y a la reina, una mano criminal ha arrojado una bomba de dinamita. El rey dice el telegrama, cuando la bomba estalló, envolviendo el coche en humo y polvo sanguinolento, abrazó y besó a la joven esposa, en un transporte efusivo y natural», decía la noticia.
El decano de la prensa española no desentonó un ápice de la protesta generalizada contra el activismo anarquista, al que aplicó calificativos como «sediento de sangre», «turba de locos» o «ralea vil de degenerados», al tiempo que ensalzaba la serenidad y fortaleza del monarca, «un joven animoso que es la representación más alta de la patria».
Un total de 18 «despachos urgentes» desde Madrid permitieron al periódico ocupar portada y dos páginas con los detalles más sobresalientes: la bomba oculta en un ramo de flores, lanzada desde el balcón del segundo piso de la casa número 88 (hoy 84) de la calle Mayor al paso de la carroza real, el estruendo ensordecedor, las escenas de pánico, las primeras víctimas (una niña de corta edad con el cráneo destrozado, una mujer con el vientre abierto por la metralla…), los sospechosos… En una misma página rectificó el supuesto suicido del autor del atentado para informar de su huida y no omitió detalles de la confusión creada en Valladolid, puesto que el propio periódico terminó literalmente asaltado por una multitud ávida de información. Morral era un trabajador textil de Barcelona que ya en 1905 había intentado atentar contra el Rey en París. Según parece, la bomba le fue entregada por colegas franceses. Después del atentado se refugió en las oficinas del periódico 'El Motín', que dirigía José Nakens; luego escapó de Madrid pero fue sorprendido cerca de la estación de Torrejón de Ardoz, donde lo detuvo un guarda, Fructuoso Vega. Era el 2 de junio.
La bomba estaba oculta en un ramo de flores, que el autor del ataque lanzó desde un balcón de la calle Mayor de Madrid
Lo que ocurrió luego aún es objeto de debate, pues Morral apareció muerto de un disparo y, junto a él, el guarda que lo había detenido. La teoría más difundida, y que ha estado en vigor hasta hace poco tiempo, fue que Morral logró revolverse y disparar mortalmente a su captor para, acto seguido, suicidarse. Sin embargo, según pesquisas recientes, el anarquista habría fallecido víctima de un disparo pero no se habría suicidado.
«Lo triste, lo doloroso, lo que pone estremecimientos de espanto y agitaciones de indignación en todos los hombres honrados, es esa muchedumbre de víctimas, que han caído en la calle Mayor al tremendo impulso de la explosión mortífera. Muchas mujeres sin esposo, muchos hijos sin padre, muchos hogares de luto... Esta es la obra de esa ralea vil de degenerados que viven para el odio, mintiendo teorías que se dicen basadas en el amor; de esa turba de locos que hacen pensar en cruentos exterminios», condenaba, indignado, este periódico.
Mención aparte merece la histórica fotografía tomada segundos después del suceso y publicada por 'ABC', una auténtica exclusiva informativa obra del entonces joven estudiante de Medicina de 17 años Eugenio Mesonero Romanos, nieto del escritor Ramón Mesonero Romanos. Él mismo se presentó en el periódico y recibió en gratificación 300 pesetas, una cantidad increíble para la época. La fotografía fue un auténtico éxito informativo.
Indignación y luto
El 2 de junio de 1906 el decano de la prensa española informó con «indignación» del atentado que habían sufrido los Reyes en Madrid dos días antes, que condenó enérgicamente.
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