Borrar
Amadeo I de Saboya en la capilla ardiente del presidente del Gobierno. A. Gisbert

1870: atentado contra el presidente del Gobierno

165 aniversario de El Norte de Castilla ·

Juan Prim y Prats sufrió un atentado el 27 de diciembre de 1870, pero los disparos no afectaron a sus órganos vitales; su muerte, ocurrida tres días después, sorprendió a todos

Martes, 28 de enero 2020, 07:22

Era una noticia de última hora, anunciaba El Norte de Castilla aquel 29 de diciembre de 1870. Según el telegrama que el ministro de la Gobernación había enviado al gobernador civil de Valladolid, fechado dos días antes, «el Excmo. Sr. Presidente del Consejo de Ministros, al salir de la sesión del Congreso de hoy, ha sido ligeramente herido por disparos dirigidos al coche en la calle del Turco. La tranquilidad no se ha alterado».

Y era cierto. Juan Prim y Prats, presidente del Gobierno y ministro de la Guerra, acababa de sufrir un atentado pero, a decir de las noticias que llegaban a los periódicos, nada hacía presagiar que fuera mortal. Todo ocurrió en un contexto político más que convulso. Triunfante la Gloriosa Revolución y expulsados los Borbones, en la figura de Isabel II, del trono español, pocos días antes se había anunciado la elección de un nuevo Rey para España: Amadeo de Saboya, que llegaría al puerto de Cartagena el día 30.

Las amenazas hacia Prim arreciaban desde hacía tiempo. De hecho, pocas horas antes del atentado había sido advertido por amigos y conocidos sobre el peligro que se cernía sobre él. Todo se desató en la tarde del 27 de diciembre. La crónica del decano de la prensa comienza con Prim saliendo del Congreso en compañía de sus ayudantes, «los señores Nandín y Moya: Fue asaltado en la calle del Turco el carruaje que les conducía por una cuadrilla de asesinos que estaban ocultos en dos carruajes de alquiler situados en la misma calle, de modo que interceptaban el paso del primero.

Imagen que recrea el asesinato de Prim. Biblioteca Nacional

Al detenerse éste se bajaron de los coches de plaza los bandidos armados de trabucos y carabinas, y rompiendo con el cañón de estos los cristales de las portezuelas del coche en que iba el presidente del Consejo de Ministros, hicieron sobre éste varios disparos a quemarropa, hiriéndole dos balas en el antebrazo y otra en la mano izquierda».

Los asaltantes lograron escapar, «cosa que no pudo serles difícil ante la falta de vigilancia que la actual situación ha ejercido», apuntaba este periódico. Lo cierto es que, pese a los cinco disparos, ningún órgano vital de Prim había sido afectado. Rápidamente lo subieron a sus aposentos, donde fue atendido por el doctor Losada y otro ayudante. Prim no quiere que cunda la alarma, pues considera que su salud no corre peligro. Ya lo apuntaba este periódico: «Las heridas recibidas por el dignísimo general Prim no ofrecen por fortuna gravedad alguna, ni han interesado ningún hueso, y dentro de muy pocos días estará perfectamente curado». De hecho, los dos días siguientes, 28 y 29 de diciembre de 1870, los pasa relativamente tranquilo y reponiéndose. Pero no así el 30, cuando una fiebre alta y repentina convulsiona su salud.

Coincidiendo con la fecha de la entrada de Amadeo I en España, una infección letal acababa con la vida del presidente. El doctor Melchor Sánchez Toca, al que habían llamado de urgencia, no pudo hacer nada por salvarle. Prim falleció entre las 20 y las 20:15 horas del 30 de diciembre de 1870. Una muerte que marcó sin duda la historia de España y que muchos califican de misteriosa.

Una infección letal acabó con la vida del general, aunque hay quien afirma que fue estrangulado a lazo

De hecho, con el paso del tiempo se han ido sucediendo las versiones sobre lo ocurrido en realidad aquel día. Hay quien habla, por ejemplo, del estrangulamiento a lazo de Prim, desvelado en 2012 y ocultado anteriormente por sus enemigos, mientras otros insisten en que el sumario fue manipulado por estos para ocultar, en efecto, la causa real de la muerte. Sin embargo, en 2014, la Sociedad Bicentenario General Prim encargó a un equipo de expertos de la Universidad Complutense de Madrid y de la Universidad de Alcalá de Henares una autopsia del cadáver, cuyas conclusiones desmentían lo aventurado por ciertas versiones periodísticas, descartando por tanto cualquier rastro de violencia en el cuerpo del finado. La conclusión, por tanto, es que Prim murió a causa de una septicemia provocada por el material que acarrearon los proyectiles, lo que, unido a la ausencia de medios facultativos, precipitó el fatal desenlace. Su cuerpo fue velado con honores en la Real Basílica de Atocha, a donde se dirigió Amadeo I nada más llegar a Madrid. El nuevo Rey no pudo tener peor recibimiento.

También hoy sigue siendo motivo de debate la autoría del atentado, pues si bien hay pocas dudas sobre el artífice directo –el republicano federal José Paúl y Angulo, junto con otros hombres–, hay quienes apuntan como instigadores al duque de Montpensier, que ambicionaba la Corona española, y el general Francisco Serrano.

Emboscada en la calle Turco

El Norte de Castilla explicaba, en su edición del 30 de diciembre de 1870, que el carruaje en el que viajaba Prim «fue asaltado» en la madrileña calle Turco «por una cuadrilla de asesinos que estaban ocultos» en dos vehículos de alquiler. Iban armados «de trabucos y carabinas».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla 1870: atentado contra el presidente del Gobierno

1870: atentado contra el presidente del Gobierno