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Patricia González
Valladolid
Sábado, 1 de mayo 2021, 08:15
En un año consumimos los recursos que el planeta produce en dos y medio, la demanda va en aumento, las materias primas se agotan, los residuos se acumulan y el cambio climático se agrava. «Hoy más que nunca es necesario cambiar nuestro modelo de producción ... y consumo ya que es obsoleto», asegura la vallisoletana Laura Franco Henao, directora del programa Circula Economy Show de la Fundación Elle MacArthur. A su juicio, la economía circular ofrece una «oportunidad increíble para ser parte de las soluciones a nuestros desafíos principales del siglo XXI».
Esta joven de 25 años, además de desarrollar su labor profesional en la Fundación a nivel mundial más puntera de Economía Circular, también colabora con la ONU con la publicación de artículos en los que plasma su interés por las intersecciones y vínculos entre este nuevo modelo económico, las nuevas tecnologías y otros retos sociales para garantizar una transición inclusiva y justa.
-¿Qué rol tiene la economía circular en la era post-covid?
-Antes de la covid ya vivía un momento muy fuerte. En la última década, hemos visto cómo empresas punteras y líderes, instituciones y órganos de gobierno ya han comenzado esta transición hacía un nuevo modelo al ser más conscientes del cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la elevada contaminación de nuestros océanos y de la escasa resiliencia y fragilidad de nuestra economía. La crisis actual hace que la economía circular sea más relevante que nunca. Lo que la covid ha hecho es poner de manifiesto los problemas que ya conocíamos como la fragilidad de muchas cadenas de suministro mundiales.
-¿Este nuevo sistema es un revulsivo a la hora creación de nuevos puestos de trabajo?
-Estudios en América Latina y el Caribe indican que la adopción de la economía circular podría crear un incremento neto de 4,8 millones de puestos de trabajo en la región. La Comisión Europea señala que podría generar alrededor de 700.000 nuevos empleos en Europa, pero es importante que tengamos en cuenta que la aplicación de tecnologías de Industria 4.0 podría derivar en la pérdida de algunos puestos de trabajo.
-¿Qué tipos de empleos?
-Para describirlos utilizo la categorización de Circle Economy, una organización de Países Bajos que los define como «cualquier ocupación que implique uno de los elementos de la economía circular o que apoye indirectamente dichas actividades». El abanico es muy amplio, con sectores como las energías renovables, reparación y gestión de recurso y residuos, ingenierías, tecnologías digitales, educación, logística o sector público.
-En este nuevo modelo uno de sus pilares fundamentales es la optimización al máximo de los recursos naturales ¿Cómo afectará al sector agrícola?
-La agricultura, la silvicultura y el uso de la tierra son responsables de una cuarta parte de nuestras emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Un tercio de la comida se desperdicia en algún momento de la cadena de suministro. Producimos nuestros alimentos de forma degradante para nuestro medio ambiente. La economía circular representa la mayor oportunidad para que el sistema alimentario deje de ser uno de los principales contribuyentes al cambio climático y pase a convertirse en un actor importante en la solución con la expansión de prácticas de agricultura regenerativa como son los fertilizantes orgánicos, rotación de cultivos, el pastoreo rotativo, la agrosilvicultura y el uso de una mayor variación de cultivos para promover la biodiversidad.
-En 2050 seremos cerca de 9.100 millones de personas, por lo que el consumo se disparará ¿Cómo podemos hacer frente a esto?
-Los consumidores tenemos que hacer desde ahora un consumo más consciente. Pero la atención debe ponerse sobre los dos principales actores económicos que pueden y deben cambiar esto : el sector público y las empresas.
-¿Cómo podría regular el consumo el sector público?
-La Comisión Europea ha establecido el plan de acción de economía circular y el Green Deal europeo. En España tenemos la estrategia 'España Circular 2030' con planes trianuales, habiéndose apenas publicado el primero este año. Este plan debe marcar directrices. Los responsables políticos tienen que establecer las reglas del juego y el marco regulatorio para que las empresas y los consumidores actúen consecuentemente.
-¿Y las empresas?
-La economía circular les ofrece una oportunidad económica increíble para ser parte de las soluciones a nuestros desafíos principales del siglo XXI. Nuevos modelos de negocio como, por ejemplo, la venta de segunda mano, el alquiler y la reparación están despegando en todos los sectores y con las nuevas tecnologías y la industria 4.0 viene una revolución importante. Necesitamos más innovación para resolver la crisis climática. No me cabe duda de que veremos muchos más billonarios y empresas exitosas en las próximas dos décadas. Es esencial que España no recorte en innovación e invierta en desarrollar una economía circular que fomente la prosperidad económica y medioambiental.
-¿Es Valladolid un buen ejemplo de economía circular?
-Está tomando decisiones importantes, algunas visibles, como la movilidad, con carriles bici, y promoviendo el transporte público. Hace nada ha recibido un premio de la entidad internacional The Climate Reality Proyect por su compromiso con la sostenibilidad. También se han otorgado ayudas públicas a diversos proyectos de economía circular a nivel municipal. Estamos en el buen camino, pero nos queda bastante trabajo para definir Valladolid como una ciudad circular.
-¿Debemos centrarnos principalmente en movernos hacia energías renovables?
-Un cambio a energías renovables puede paliar un 55% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, pero no es suficiente. El otro 45 % consiste en las emisiones más difíciles de reducir y provienen del uso de la tierra y la producción de alimentos, así como de la fabricación y uso de edificios, vehículos, electrónicos, ropa, alimentos, envases y otros bienes y servicios que utilizamos diariamente. Un estudio realizado por nuestra fundación, a finales de 2019, determinó que si se aplican estrategias de economía circular a cuatro sectores industriales claves como son el cemento, acero, plástico y aluminio, se podría reducir en un 40% las emisiones de dichas industrias hasta el 2050. Cuando se aplican al sistema alimentario, la reducción podría llegar al 49% el mismo año. Esto significa casi reducir las emisiones a la mitad de este sector.
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