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Como el aficionado al fútbol que habituado a celebrar lo justo el gol de su equipo, para celebrarlo con fruición cuando el videoarbitraje termine por validarlo, el anuncio de que el lunes España empezará a desescalar el cierre de buena parte de su actividad ha ... dejado un regusto de incertidumbre entre los sectores obligados a aguantar sin actividad desde mitad del mes pasado.
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Son comunes a todos ellos las dudas sobre bajo qué circunstancias podrán retomar su labor, especialmente ante las medidas de seguridad e higiene que tendrán que adoptar, y cómo casarán con los ERTE a los que decidieron acogerse para capear la crisis generada por la covid-19. Así lo expresa el presidente de Fecosva, Jesús Herreras, que considera la comparecencia de Pedro Sánchez un «anuncio de medidas generales que dejó muchas incógnitas». Echa de menos más concreción, porque algunos negocios contarán con muy poco tiempo para adaptarse a unas exigencias que aún desconocen, aunque se muestra satisfecho de que haya un calendario pautado para el desconfinamiento. «Es bueno que sea poco a poco, pero ha generado mucha incertidumbre», incide. La palabra más recurrente es ERTE, porque de él depende buena parte de la supervivencia de las empresas. «Conocemos el calendario, pero nos falta la letra pequeña», coincide Alejandro García Pellitero, presidente de Avadeco, que pide flexibilidad en los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo para no provocar «más papeleo» y facilitar la vuelta de las empresas mientras se enfrentan a un escenario «con muy pocos o ningún ingreso y mayores costes porque hay que invertir en seguridad», valora, seguro de que si el cliente no se siente protegido «no habrá ventas».
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Conviene con él Mariano Castaño, presidente de Aseimpeva, que no tiene «tan claro» que las peluquerías y salones de belleza vayan a abrir el lunes. A pesar de que su federación ha sido previsora y proveerá de guantes, mascarillas e hidroalcohol a las 200 empresas a las que ampara, asegura que es «una incongruencia» que Castilla y León abra sus salones a la vez que el resto de España «si es la cuarta más afectada».
Luis Chico, presidente de los empresarios de turismo rural defiende el papel «dinamizador de las comarcas» de negocios como el suyo y apremia al Gobierno a «marcar unas pautas básicas en función del alojamiento» porque hay hasta quince variables dentro de un sector (casas, hoteles y posadas rurales de una a cinco estrellas) que alquila establecimientos enteros. Pese a que falta por conocerse el grueso de la regulación a la que tendrán que amoldarse, se muestra positivo ante el nuevo escenario porque el calendario obligará a los negocios a «ponerse en marcha». Más complicado ve el panorama el presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Alojamientos Turísticos de Valladolid, Francisco Posada, seguro de que muchos hoteles no abrirán hasta finales de junio, siempre que para entonces se haya superado ya la tercera fase del desconfinamiento. «Somos rentables con una ocupación media o alta», describe, por lo que pronostica que ningún hotel (más allá de los que están abiertos ahora) levantará la persiana próximamente.
Con las mismas preguntas responde Francisco Heras, propietario de los cines Broadway y Casablanca a las cuestiones sobre su próxima vuelta a la actividad, que considera «difícilmente sostenible» si solo se permite un 30% del aforo. «Estamos ansiosos, pero solo volveremos con garantías de seguridad, económicas y laborales», afirma.
De «precipitada» tacha Jorge González, secretario del sector hostelería y turismo de UGT en Valladolid, la apertura de negocios a partir del lunes, porque «no hay margen para que se adapten a mecanismos de apertura seria». Considera «una buena señal» que haya «intención» de poner en marcha todas las actividades, pero considera que falta «diálogo» con los agentes sociales para articular el regreso. Vicente Andrés, secretario general de CCOO en Castilla y León se muestra más optimista porque el plan «ofrece posibilidades que se pueden ir modificando en función de la evolución». «Todo es mejorable, pero debemos de mandar un mensaje de responsabilidad a la hora de aplicar los protocolos», defiende.
Las cosas no son diferentes en la Archidiócesis de Valladolid, que desde el día 11 podrá celebrar ante sus fieles, una apertura que se afronta «con ganas» porque muchas eran las voces que pedían esta medida. Pese a ello, se muestran cautos a la espera de conocer las medidas a tomar porque, afirman, se adaptarán «a lo que se les pida», después de no abrir los templos durante este tiempo «por responsabilidad».
El presidente de Fecosva considera que la llegada del plan de desescalada ha sembrado más dudas que certezas y espera recibir más instrucciones «lo antes posible» para que el cliente «entre en los establecimientos sintiéndose seguro».
Para el presidente de los comerciantes de Valladolid la desescalada será un periodo con más costes, «destinados a la mejora de la seguridad» y con ingresos muy bajos o «inexistentes en algunos casos. «Hay que flexibilizar los ERTE», opina.
«Mientras no se derogue el anterior decreto ley, abrir es ilegal», recuerda Mariano Castaño, que defiende que las empresas de imagen personal adscritas a su asociación recibirán medidas de protección porque han sido «previsores».
«No hay margen para mecanismos de apertura seria», defiende el secretario del sector hostelería y turismo de UGT en Valladolid. Para él, es necesario dialogar con los agentes sociales para desarrollar la desescalada de forma unánime.
Para el secretario regional de CCOO, el calendario anunciado por el Gobierno es «positivo» porque ofrece «un abanico de opciones que se puede ir modificando». «Queremos pedir responsabilidad y que se apliquen los protocolos», incide.
Lleno de dudas se muestra el dueño de los cines Broadway y Casablanca, consciente de que un negocio que se reduce en un 70% es difícilmente viable. «No vamos a saber qué hacer cuando nos dejen salir», reflexiona sobre la nueva realidad.
«Los hoteles son rentables con una ocupación media o alta y sin movilidad interprovincial no se va a alcanzar», pronostica el presidente de los hoteleros de Valladolid. Por ello, cree que muchos no abrirán hasta que se supere la tercera fase.
Reivindica el presidente de los Empresarios de Turismo Rural su papel «dinamizador» para las comarcas a la vez que valora el calendario pese a que ofrece «muchas dudas»: sirve para que los negocios «empiecen a ponerse en marcha».
Desde la Archidiócesis de Valladolid se considera una «buena noticia» que desde el día 11 se pueda celebrar ante los fieles, aunque se está a la espera de conocer qué medidas se les recomiendan en esta fase tras cerrar sus templos «por responsabilidad».
En una nota de prensa, los empresarios de Valladolid consideraban ayer «prioritario» conocer «de forma clara» cuándo van a poder iniciar su actividad y en qué condiciones para no «prolongar un escenario de destrucción de empresas y empleos».
Los hosteleros de Valladolid ha expresado públicamente su descontento con el plan del Gobierno considerando «totalmente inviable» mantener un negocio con un 30% del aforo sin un protocolo sanitario y sin ERTE flexibles». «La hostelería no podrá abrir»
En la misma línea, CECALE ha pedido en una nota más información sobre el inicio de la desescalada para cumplir con el doble objetivo de «preservar al máximo la seguridad de los trabajadores y reactivar la actividad económica lo antes posible».
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