Los seis trabajadores de la fábrica que han ofrecido su testimonio tras el anuncio del cierre. El Norte

Valladolid

El drama detrás del cierre de Bimbo: «Me veo en la calle con hipoteca y dos niños»

Los trabajadores señalan que la edad media de la plantilla es alta: «Soy demasiado joven para jubilarme y demasiado viejo para estar en paro», apunta uno de ellos

Marco Alonso

Valladolid

Jueves, 19 de septiembre 2024, 06:41

El cierre de la fábrica de Bimbo en Valladolid va a cambiar la vida de los 166 empleados de la factoría y la de sus familias. Detrás de esta decisión empresarial hay un sinfín de dramas, de personas que dicen adiós a su medio ... de vida, que no saben cómo van a pagar la hipoteca o que desconocen si van a tener cambiar de lugar de residencia y alejarse de sus seres queridos. Buena parte de los empleados de Bimbo en Valladolid tienen más de cuarenta años y son conscientes de que les va a costar empezar de nuevo si las negociaciones no resultan favorables para sus intereses.

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Algunos de los trabajadores han querido compartir sus impresiones horas después de la noticia. Estos son sus testimonios:

«Soy demasiado joven para jubilarme y demasiado viejo para estar en paro»

Benjamín González 53 años

«Soy demasiado joven para jubilarme y demasiado viejo para estar en paro»

Benjamín González tiene 53 años y ha pasado 24 de ellos como trabajador en la factoría que ahora echa el cierre. Entró a trabajar en el turno de noche pocas horas después de que se supiera la noticia y, poco antes de afrontar su jornada de trabajo, explicó que se sentía así: «Tengo mucho desánimo porque hoy no es un día más. Es el día de recibir un jarro de agua fría y del trago amargo de comunicárselo a nuestras familias. Ha sido duro. Ir con una noticia así a casa, cuando no te lo esperas, es un golpe difícil de encajar», apunta Benjamín, que se agarra a la posibilidad de que la empresa reubique al mayor número de trabajadores en la fábrica de Medina del Campo. «Espero que este cierre sea lo menos lesivo para todos, que haya compañeros que puedan prejubilarse y que exista la posibilidad de recolocaciones. Hay una fábrica en Medina del Campo y espero que podamos acabar allí para que los despidos sean lo menos dañinos posible», asegura.

¿Y ahora, qué? Es la pregunta que se hacen todos los trabajadores de la fábrica, y Benjamín reconoce que su edad hace que la respuesta a esa cuestión sea más complicada todavía. «Soy demasiado joven para jubilarme y demasiado viejo para estar en paro», sentencia este hombre, que no está dispuesto a tirar la toalla pese a las circunstancias. «Me pilla en una edad mala, pero tengo dos brazos, dos piernas y un corazón. Así que, con ánimo, lo afrontaremos todo», zanja este trabajador con entereza.

«He visto a compañeros llorar al conocer la noticia»

Ramiro Sanz 52 años

«He visto a compañeros llorar al conocer la noticia»

A Ramiro Sanz le hicieron fijo en la fábrica en el año 2.000, pero antes estuvo dos años con contratos eventuales. La noticia del cierre de la factoría le ha pillado también en una edad complicada y con una situación financiera difícil. «Esto me pilla, como a todos, con una hipoteca con una deuda de 85.000 euros a mis 52 años», indica Ramiro, quien incide en que el adiós a la elaborada de Donuts, Donetes y Tigretones es un mazazo no solo económico, sino emocional para toda la plantilla. «He visto a compañeros llorar al conocer la noticia. Del turno de mañana, la inmensa mayoría salía llorando. Aquí trabajamos personas, no somos máquinas», sentencia.

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Ramiro se pregunta ahora de qué han servido todos los esfuerzos que han hecho tanto él como sus compañeros por la empresa. «Hemos cumplido con todo lo que se nos ha pedido. Con turnos extra, cambios de horarios y más cosas. El problema es que aquí no se gana mucho dinero y la gente tiene cargas, así que no les queda otra que ceder», indica este trabajador, quien quiso desvelar su salario: «Yo cobro 1.300 euros al mes después de 25 años aquí, con dos pagas extraordinarias al año», concluye.

«Esto te cambia la vida radicalmente»

Tamara Moro 43 años

«Esto te cambia la vida radicalmente»

Tamara Moro tiene 43 años y ha pasado 24 de ellos como trabajadora de la fábrica que va echar el cierre en Valladolid. Es madre separada de una hija a cargo de 15 años. «Es un palo muy gordo. Esto te cambia la vida radicalmente. Ahora mismo lo veo todo muy negro y solo espero que las negociaciones vayan lo mejor posible», explica con la voz entrecortada esta trabajadora, que recibió la noticia de la siguiente manera: «Estábamos trabajando como cualquier día, nos mandaron para fabricación y nos dijeron que había venido el director general y que el que quisiera podía ir a la sala de reuniones. Podíamos imaginarnos que nos iba a decir que la cosa estaba mal, que nos pidieran flexibilidad o cualquier otra cosa, pero nunca esto», apunta esta mujer, cuya única obsesión ahora es sacar a su hija adelante, pese a la complicada situación a la que se enfrenta tras el cierre de la fábrica en la que lleva más de media vida.

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«Bimbo ensombrece el futuro de mi familia»

Carolina Andrés 52 años

«Bimbo ensombrece el futuro de mi familia»

El cierre de la factoría en la que Carolina Andrés lleva trabajando 27 años ha llegado en el peor momento para su familia. Esta mujer de 52 años relata de esta forma lo que siente horas después de conocer la noticia: «Con mi marido enfermo, una hija universitaria y otro hijo aún adolescente, que Bimbo anuncie su cierre es una noticia muy dura para todos. Es lamentable que después de 27 años en esta fábrica, que funciona perfectamente, Bimbo ensombrezca el futuro de mi familia», apunta con pesar esta mujer.

«No lo entiendo. Se han reformado las instalaciones hace nada»

Almudena Cañibano 46 años

«No lo entiendo. Se han reformado las instalaciones hace nada»

«Acabé la carrera de Magisterio, me metí aquí a trabajar y hasta ahora». Así resume Almudena Cañibano su paso por la plantilla de una fábrica de la que ha formado parte durante 24 años de su vida. Esta mujer asevera que el gran problema al que se enfrentan los empleados de Bimbo en Valladolid es su media de edad, ya que a muchos el cierre les llega en un momento muy complicado para volver a empezar. «Nuestra media de edad es de unos 50 años. A algunos les va a pillar para poderse jubilar, pero somos muchos los que somos de mediana edad y nos hacen una faena», explica Almudena, que no encuentra una explicación razonable a la decisión de la empresa. «Este mismo lunes ha entrado gente con contrato temporal y en las fiestas de Valladolid se han hecho turnos extras. También se han reformado las instalaciones hace nada. Los baños y el comedor son nuevos. La empresa ha invertido. No vemos justificación en esta decisión», indica.

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«Me veo en la calle con hipoteca y dos niños»

David Viñé 44 años

«Me veo en la calle con hipoteca y dos niños»

David Viñé ha completado prácticamente toda su vida profesional en la fábrica de Bimbo que ha anunciado su cierre en Valladolid. A sus 44 años, esta noticia ha sido un mazazo para él y su familia. «Tengo dos niños y una hipoteca y me veo en la calle. No esperaba nunca llegar a esta situación porque tenía un trabajo fijo desde hace muchos años. Me parece inadmisible que, después de tanto tiempo al servicio de la empresa, nos hagan esto», indica este trabajador nacido en Las Delicias que, poco después de completar sus estudios, entró a formar parte de la plantilla de la fábrica cuando estaba en manos de Panrico.

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