Valladolid

Dos de cada tres buses no llegan a su hora: estos son los barrios y las líneas más afectadas

Es la radiografía trazada este miércoles por Vallabús después de explotar más de seis millones de datos oficiales, publicados por la empresa (entre junio y octubre) en su portal de datos abiertos y en tiempo real. «Los problemas de puntualidad generan no solo tiempos de espera prolongados en las paradas, sino también una falta de confianza sobre los horarios e incertidumbre a la hora de planificar los viajes por la ciudad». Lo dice Rubén Martín, uno de los coordinadores de esta «comunidad de usuarios» que nació a principios de 2024. «Somos un grupo de voluntarios que, sin ánimo de lucro, ofrecemos información sobre los horarios y frecuencias de autobuses de forma ágil y fiable».

Para ello, han utilizado los datos abiertos que ofrece Auvasa para diseñar una app que informa, en todo momento, sobre dónde está cada autobús. Y ahora, con esos datos, han analizado si los vehículos han cumplido (de junio a octubre) con esos horarios teóricos. El tratamiento de los registros ha estado coordinado por Héctor Aparicio, ingeniero industrial y máster en Inteligencia de Negocio y big data en la Universidad de Valladolid (UVA).

A partir de ahí, con el análisis durante esos cinco meses «de todos los autobuses y todas las líneas», han llegado a esta conclusión: dos de cada tres buses no llegan a su hora. Este es el panorama general, que se puede afinar todavía más cuando el análisis llega línea a línea. En la siguiente tabla, puede consultar el grado de puntualidad por trayecto. Hay un buscador que permite consultar una línea concreta.

Así, por ejemplo, los mejores indicadores se dan en los servicios matinales y los búho, donde la puntualidad, en algunos casos, ronda el 60%. Es el caso de la M5 (Parquesol-Plaza España), la M6 (Loas Flores-Fuente Dorada) o la M1 (Covaresa-Fuente Dorada). Es más, en estos casos, las situaciones de incumplimiento se dan no tanto en los retrasos, como en que el autobús llegue antes de tiempo. «Mucha gente podría pensar que este no es un problema, que si llega con adelanto, casi mejor. Pero, en realidad, es casi un problema mayor, ya que puede suponer que el pasajero llegue a la hora prevista, pero el bus ya se haya ido y le toque esperar más tiempo al siguiente», indica Martín.

Lo que evidencia este grado de puntualidad en las líneas más madrugadoras y las trasnochadoras es que la presión del tráfico impacta (y mucho) en la puntualidad de los autobuses. Con menos coches en las calles (a primera hora o de madrugada), más agilidad para el transporte público.

Lo reconoce Eduardo Cabanillas, gerente de Auvasa, quien recuerda -a partir de las conclusiones de este informe- que la movilidad en autobús en una ciudad no se puede equiparar, por ejemplo, con la ferroviaria. «Cuando sale un autobús, hay múltiples factores que influyen en la circulación y que hay que tener en cuenta: obras, desvíos, usuarios en las paradas. Estas son variables que este estudio no contempla», indica Cabanillas, quien asegura que este tipo de trabajos «deben seguir unas normas acreditadas que hagan homogénea la información». En cualquier caso, Cabanillas mostró su «satisfacción por que se utilice la información que Auvasa publica diariamente en un ejercicio de transparencia».

Los autores del estudio recuerdan que su objetivo, a la hora de analizar estos datos, es «que el servicio mejore». Y para eso proponen «adecuar la inversión para cumplir los horarios comprometidos, cumplir las frecuencias máximas en todos los tramos horarios y la publicación de un sistema sencillo y transparente que permita medir la calidad del servicio».

La presidenta de la Federación de Asociaciones Vecinales Antonio Machado, Margarita García, aseguró que el servicio público de autobús en Valladolid, en comparación con otras ciudades, «es bueno», pero recordó que «siempre es mejorable». Se preguntó hasta qué punto puede influir la apuesta (o supresión) de carriles bus («como López Gómez») y recordó que hay que apostar por estos medios de transporte en la ciudad (junto a los desplazamientos a pie o en bicicleta) en sustitución del vehículo privado. Una encuesta de la OCU publicada la semana pasada concluye que siete de cada diez usuarios cogería menos el coche si mejorara el transporte público en su ciudad.

En ese análisis línea a línea, entre los trayectos ordinarios, el 14 (Pinar de Jalón-Paseo de Zorrilla) es el que sale mejor parado. Llegan a su hora el 40% de los autobuses analizados. Le siguen en puntualidad la línea 7 (Arturo Eyries-Belén), con el 42,26%,y en tercer lugar está la línea 1 (Barrio España-Covaresa), con el 40,04%. Este es, además, el servicio con mayor número de usuarios. Entre enero y octubre ha generado 4.049.895 desplazamientos en la ciudad (el 12,59% más que en el mismo periodo del año pasado). En esta línea 1, el 44,28% de los buses llega con retraso y el 13,96% con adelanto, respecto a esa cortesía de dos minutos tomada en el estudio. Otro de los trayectos más demandados (la línea 2, San Pedro Regalado-Covaresa) apenas registra el 24% de puntualidad. El 52% llega tarde y el 23,5% lo hace antes de lo anunciado en sus horarios teóricos.

El análisis puede hacerse no solo por trayectos, sino también en función de la zona en la que están ubicadas las paradas. Así, el análisis de Vallabús también se fija qué barrios son los que más sufren estos desfases en los horarios.

En la siguiente tabla puedes consultar estos datos e introducir el nombre de un barrio concreto en el buscador.

Las zonas donde se registra una mayor puntualidad están, por norma general, en puntos alejados del centro. Así, se encuentran por encima del 40% de horarios cumplidos las paradas ubicadas en Girón, las urbanizaciones El Pichón y Las Aceñas, el polígono de San Cristóbal o Barrio España. Incluso muy cerquita (39% de puntualidad) está Delicias-Canterac, con toda la zona de expansión hacia el hospital Río Hortega. Esto puede explicarse por el hecho de que en estos casos los autobuses tienen que callejear menos y, además, hay menos subida y bajada de viajeros que en los puntos centrales de los trayectos. Pero ojo, porque esto no es garantía de nada, ya que otras zonas periféricas (como Soto de Medinilla, El Berrocal, El Pinar y Puente Duero) se sitúan a la cola en puntualidad. Además, varios núcleos del centro (plaza de toros, Campo Grande y Caño Argales) también están en posiciones de cabeza en los retrasos, junto a Parquesol, el Cuatro de Marzo o la Circular.

El análisis de Vallabús se fija, de momento, en registros generales, sin discriminar aún por horarios ni días de la semana. Sí que han analizado la situación por meses. En junio, el 33% de los autobuses llegaron puntuales. En julio el porcentaje subió al 35% y en agosto, con menos tráfico en la ciudad, alcanzó el 37%. Con septiembre, la vuelta de la actividad y de los colegios, el porcentaje volvió a caer al 33% y en octubre se redujo otro poco (32%).

El informe presentado este miércoles analiza además tres casos concretos. Para ello, tres pasajeros se subieron el jueves 24 de octubre a sendos autobuses de las líneas 1 (Barrio España-Covaresa), 2 (San Pedro Regalado-Covaresa) y Circular. En todos los casos lo hicieron a primera hora de la mañana (entre las 7:30 y 8:25 horas).

En el caso de la línea 1, es posible ver cómo el retraso se acumula a medida que el autobús avanza en el trayecto. El vehículo salió a las 8:17 horas desde Barrio España. Lo hizo con cuatro minutos de retraso. Cuando llegó a su destino en Covaresa, tenía un desfase de quince minutos.

En el experimento realizado en la línea 2, con salida a las 8:25 horas desde San Pedro Regalado, el vehículo partió con seis minutos de adelanto sobre el horario previsto. En tan solo tres paradas ya había perdido esa ventaja. Llegó a la marquesina final con cuatro minutos de retraso, después de recuperar hasta tres minutos en su tramo final, ya al adentrarse en Covaresa.

En el caso de la línea SC, los retrasos se generaron en las paradas que atraviesan La Victoria, La Rondilla, Delicias y Pajarillos, ya que el servicio cumple horarios al circular por Parquesol o Villa de Prado.