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Dos nuevas agresiones en el Zambrana se saldan con la baja de otra trabajadoraDos nuevas agresiones en apenas 24 horas al personal de seguridad y educativo del centro de menores Zambrana. La última el pasado lunes, cuando uno ... de los internos más conflictivos, con poco tiempo en el recinto, propinó una patada «bastante fuerte» en la rodilla a la educadora de referencia de la unidad en la que se encontraba, consiguiendo esta esquivar una segunda.
La docente, que acudía este mismo martes a trabajar, ha tenido que ausentarse del puesto para regresar a la mutua y solicitar la baja médica como consecuencia del dolor por las lesiones ocasionadas. Horas antes, el domingo por la mañana, se registraba otro incidente contra un miembro del equipo de seguridad, que recibió puñetazos y un puntapié por parte de otro interno, quien también trató de morderlo.
El personal del centro ha denunciado mediante un comunicado que ambas agresiones se han producido «en un contexto de mínimos» puesto que no llegan nunca «a la radio de 19 O 20 educadores» prometidos por la nueva empresa adjudicataria, la Fundación Adis Meridianos. Durante la agresión del domingo «eran 16 los educadores trabajadores en turno» sacando el trabajo adelante en «pésimas condiciones laborales».
Estos incidentes han tenido lugar después de que este mismo lunes se produjera el asesinato de una trabajadora social en un casa de acogida para menores infractores en Badajoz, titularidad de la Junta de Extremadura. Temen que la situación se reproduzca en el Zambrana, sino es por una agresión «por un infarto» ante la situación de estrés y depresión en la que está sumida la plantilla, con una edad medía «de entre 45 y 50 años» que acumula en torno a 13 bajas en una estructura de unos 70 trabajadores, explica Rosana, de la sección sindical de UGT.
«Es una indignación absoluta, esta situación de riesgo se viene avisando desde hace mucho tiempo. En Badajoz se estaban manifestanto desde hace meses. Que nos tengan trabajando bajo mínimos con colectivos tan sensibles es inadmisible», denuncia la representante, que trata de «vergonzoso» que la consejera de Familia, María Isabel Blanco, no se haya reunido con la plantilla para conocer «de primera mano» la situación y en su lugar se dediquen a «negar lo evidente».
«Más que educar estamos haciendo un trabajo de contención, necesitamos poder intervenir en condiciones de seguridad», reclama, ante la falta de docentes en proporción a los menores a cargo. «En la unidad de observación nos meten a trabajar con los internos más violentos, muchos de ellos con problemas de salud mental, con un solo educador y sin personal de seguridad», relata.
Además de la labor educativa y de vigilancia en las siete unidades abiertas en el centro, los docentes se encargan del acompañamiento de los menores durante los traslados, lo que supone que en habitualmente queden a cargo de un solo trabajador, explican. «Y lo ven normal, que se quede un solo educador a cargo de la unidad», subraya otro miembro del personal.
«Desde que falleció en 2022 un menor durante una contención por complicaciones derivadas de sus problemas de salud nadie ha querido tomar determinadas decisiones, veremos a ver si ahora con esta desgraciada situación tienen los mismos miramientos con nosotros», se pregunta la sindicalista, que anuncia que la plantilla ha presentado una nueva demanda ante la inspección de trabajo.
«La situación es igual no, peor, que con la anterior empresa gestora», crítica otro de los trabajadores, que pide mantener su anonimato por temor a represalias en lo laboral. Tilda de «negligencia» la falta de supervisión por parte de la Consejería de la gestión del centro, ya que ni el aumento del presupuesto de la licitación ni la nueva empresa gestora, aseveran, han suplido las carencias que los educadores vienen demandando desde tiempo atrás, una de ellas la falta de personal.
«No somos más educadores porque la gente no quiere trabajar allí y los que vienen no duran mucho por sentido común. Y menos gente joven», denuncian, ante la falta de formación y de un periodo de adaptación para la plantilla que se incorpora, ya que la presencia cada vez mayoritaria de personal «poco preparado» supone «un mayor riesgo».
Los trabajadores califican de «sancionadora» la actitud de la empresa gestora, que, aseguran, «deniega sistemáticamente solicitudes de descanso y vacaciones», lo que está ocasionando un «tremendo tapón» por los días acumulados correspondientes al año anterior.
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