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El reloj ha marcado las 10:00 horas cuando Clara Lucas caminaba junto a sus amigas hacia los Museos Capitolinos, en Roma. El grupo había ... hecho un pacto, nada de comprobar la nota de la EBAU hasta que no hubieran visto la exposición. Y ha sido ahí, en una de las calles de la ciudad eterna, donde esta joven vallisoletana no ha resistido y ha sacado el móvil. «Me he quedado parada y mis amigas me preguntaban, ¿estás bien, qué te pasa?», relata la joven. Lo que pasa es que acababa de convertirse en la calificación más alta de la EBAU en Valladolid. Un 13,96 sobre 14.
«No lo esperaba para nada, es difícil no tener un pequeño fallo. Es que cuando lo he visto he dicho, esto está mal. No puede ser», confiesa la joven estudiante del colegio Compañía de María. A pesar de no tenerlo muy claro, hay una cosa que ella sí sabía desde el principio, donde está su futuro. «Quiero estudiar Medicina en Valladolid», afirma sin dudar. Pero lo que Clara todavía desconoce es que comparte pasión con Lucía Giralda, que con un 13,85 es la segunda nota más alta de la EBAU en Valladolid.
Ambas se ven estudiando la carrera de Medicina cuando arranque el curso universitario y todo apunta a que serán compañeras de clase. «Estaba muy indecisa, dudaba también si empezar Historia para ser profesora. Al final me he decantado por Medicina. Tenía claro que quería trabajar en algo donde puedas ver los resultados y qué mejor que cuidando la salud de las personas», explica Giralda. La joven incluso va más allá y ya tiene claro que se especializará en pediatría. Su más que probable compañera de clase se decanta por neurología.
Para llegar hasta este punto cada una ha seguido un método de estudio. Muy diferente entre ambos, todo sea dicho. «Después de hacer los exámenes globales tienes el temario muy reciente, pero es imposible abarcar todo. Me tomé un descanso de un fin de semana y desde la mitad de mayo empecé a tope», explica Lucas desde Roma. «Yo la verdad soy más de estudiar los días de antes», contrasta Giralda, quien concreta que comenzó a repasar durante la última semana de mayo. «Lo que más me costó fueron los temas de literatura y biología. Historia e inglés es lo que me ha resultado más sencillo», destaca. Para Lucas, la asignatura que le ha puesto en mayor aprieto ha sido física, que también le supuso la mayor dificultad durante la prueba escrita. «El método que seguí fue estudiar primero las más teóricas y los últimos días los dediqué a la parte más práctica, como las matemáticas», explica.
Los días pasaron y llegó la EBAU. Durante tres días las dos alumnas se examinaron de seis asignaturas, una más -química- en el caso de Lucas. En concreto cuatro exámanes de la fase general: Historia de España, Lengua Castellana y Literatura II, Inglés y Matemáticas II. Además de las de la fase específica, Biología, Química y Física. Fueron unas horas intensas donde las dos demostraron que tenían la lección aprendida. Para Giralda, la fecha clave fue el 8 de junio, la segunda jornada de la EBAU. «No salí muy convencida del examen de biología y pensaba que me jugaba todo en el de química. Me puse y estudié todo el temario en una tarde», relata. Al final, biología fue mejor de lo esperado y ha obtenido una calificación de un 9,8. «Encima química -donde ha sacado un 9,4- no me ha ponderado, porque he tenido más nota en el resto de específicas», añade.
La alegría al ver las calificaciones también la han vivido los padres de las dos jóvenes. «Lo primero que he hecho ha sido llamar a casa, me han dicho que ojalá estuvieran aquí conmigo y que cuando vuelva ya lo celebramos», explica Lucas. Giralda estaba con ellos cuando ha llegado el momento de ver las notas. «Me suelo levantar tarde y hoy desde las nueve de la mañana estaba taquicárdica. Aunque más nerviosa estaba mi madre. Mis padres las han visto antes que yo y me las han dicho de menor a mayor. Cuando han empezado y he visto que la más baja era un 9,4 no me lo creía», relata.
Durante los días previos a recibir las notas también han aumentado las dudas de las dos jóvenes, que ansiaban tener la tranquilidad de saber que podían entrar en su carrera soñada. «Es que por muy bien que te lo supieras siempre puedes fallar en algo básico», explica Lucas. Giralda achaca también parte de culpa a las redes sociales. «Me salían vídeos en Tik Tok de cómo veían las calificaciones en otras comunidades. Luego empiezas a ver a gente con el examen y ya hasta piensas que se te ha olvidado poner el título del tema que has escogido y que tienes tres puntos menos. Hablaban de los exámenes y me agobiaba, de verdad que hasta hoy no tenía claro que fuera a entrar en Medicina», relata la joven.
Al final lo han conseguido y las dos tienen la tranquilidad de tener los deberes hechos, con la consecuencia de que las dos piensan en el verano. Clara Lucas, ya de vacaciones en Roma, explica que tiene planes para volver a irse primero con su familia y luego con sus amigos. Lucía Giralda confía en retomar algunos de los hobbies que ha dejado de lado por el estudio, se declara fan de la Fórmula 1 y le encanta leer. Sus referentes en estos campos, Charles Lecrerc y Jane Austen. «También me gusta mucho la repostería, ya hablaré con mis amigas, que nos encantan los pasteles de limón», finaliza.
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Alberto Echaluce Orozco y Javier Medrano
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