La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia del covid el 11 de marzo de 2020. Dos años de restricciones, ingresos y muertes. Ahora parece tocar fin. El doctor José María Eiros Bouza analiza este recorrido y el futuro de las pandemias.
Publicidad
–¿ ... Es la primera pandemia de coronavirus? ¿Toda una sorpresa?
–En los albores del siglo XX se enfrentaron a una pandemia de gripe sin conocer el agente etiológico y solo 15 años después aislaron el primer virus de la gripe A curiosamente en el ganado porcino y tuvo que transcurrir un periodo de tiempo pequeño hasta que lo aislaron en el ser humano. No tenemos noticia de que, con anterioridad, haya habido una pandemia de coronavirus porque la propia limitación de la virología nos impide documentar si circularon o no. Habría que ir a estudio de arqueología forense y saber si las hubo. El modo de cómo ha tenido lugar la pandemia no ha sido homogéneo en todo el mundo, según cada continente ha variado e, incluso, dentro de la propia Europa. Creemos que es la primera de coronavirus y agradecimos que, justo ahora hace dos años, la OMS la decretara como tal pero es mucho lo que desconocíamos. Y, de hecho, aunque se trata de un virus de transmisión respiratoria las consecuencias en el ser humano trascienden con mucho el árbol respiratorio y provoca consecuencias inusualmente graves, alteraciones en la coagulación, fracaso multiorgánico tipo sepsis...
–¿Cómo son los cambios de los virus, las variantes, qué los motiva?
–Los virus poseen genomas pequeños, la central de inteligencia –aclara–, adoptan tiempos de generación cortos y, al menos en el caso de los virus con ácido ribonucleico (ARN) en su genoma, se encuentran dotados de enzimas de replicación –mecanismos de corrección, explica– que son propensos a cometer errores. En consecuencia, evolucionan mucho más rápidamente que otros organismos lo cual proporciona oportunidades únicas para estudiar los cambios de las poblaciones de virus circulantes. El estudio de la evolución del SARS-CoV-2 para identificar con agilidad la existencia de cambios en su genoma (sustituciones, inserciones o deleciones) que puedan inducir un cambio en el comportamiento vírico es una tarea esencial para el seguimiento de la pandemia y sus consecuencias para el manejo clínico y el abordaje de su prevención.
–¿Cuáles son esas consecuencias? ¿Qué han aprendido ustedes?
–Es importante primero describir las modificaciones que le confieren mayor capacidad de transmisión y en consecuencia un incremento de su velocidad de difusión. En segundo lugar, es preciso determinar su poder patógeno en términos de gravedad y así definir su potencial para originar no solo infecciones sino para establecer la enfermedad y condicionar formas graves así como la letalidad. En tercer lugar, ver cómo interfiere con la respuesta inmunitaria, tanto por infección natural como por las vacunas. Y, en cuarto término, es preciso evaluar si conlleva algún tipo de alteración en la utilización de pruebas diagnósticas bien sean de tipo directo basadas en detección antigénica o en técnicas moleculares (PCR) o en las indirectas que muestran la respuesta innata o adaptativa. Finalmente cabe establecer su repercusión en el tratamiento que se prescribe a los infectados o enfermos con antivíricos y con anticuerpos monoclonales.
–¿Cuál ha sido el papel fundamental de la Microbiología en tiempos de covid?
–Medimos la proporción de nuevos positivos mediante pruebas tipo PCR sobre el total de solicitudes que nos llegan y así conocemos la prevalencia de nuevas infecciones. Cada cuatro minutos efectuamos una determinación de PCR. Cada hora, 15. Hemos llegado a hacer una cada 20 segundos. Ese marcador con ser grueso tiene validez porque ha sido mantenido y nos ha facilitado prevenir las olas, saber qué proporción ingresará y cuánta mortalidad provocará. La letalidad del covid es superior a la de otras epidemias, del 1%. La gripe estacional es menos, dos logaritmos inferior. Con ese indicador podemos saber la actividad: positivos, urgencias, ingresos en planta, en UCI. Ahora está en el 5%; pero hemos llegado al 25% en la sexta ola.
Publicidad
–¿Qué toca ahora?
–Como todo en Ciencia y Medicina, hay que evaluar las repercusiones de una pandemia por un agente nuevo y eso requiere estudio, ponderación, valorar su impacto y poner en marcha el análisis de cohortes. Delimitar la transmisibilidad, conocer cómo causa daño, si se escapa a sistemas de detección, cómo se genera la inmunidad y cómo responde a los tratamientos.
–¿Cuándo acabará la pandemia?
Publicidad
–Cuando su impacto sea soportable en términos de infecciones, ingresos y muertes, cuando lo tengamos asumido y en la medida que el virus se haga endémico y se estacionalice como han hecho otros coronavirus. Desde la Microbiología podemos prestar un servicio sencillo pero muy válido. Es una especialidad modesta pero muy objetiva. Monitorizamos indicadores muy simples que nos permiten conocer tendencias. Ahora estamos en franco descenso pero tenemos incertidumbre no sabemos cuando pueden aparecer brotes más o menos localizados.
–¿Estamos realmente en el final?
–Creo que puede resurgir alguna actividad concreta; pero tras dos años de pandemia, la inmunidad de la población ha ido creciendo de forma natural o por las vacunas. Es un efecto protector y dificulta la transmisión del virus. Puede que las variantes perjudiquen al virus o bien que favorezcan su difusión a segmentos vírgenes, que no han tenido contacto, como los niños y las nuevas generaciones como pasa con la gripe. Habría que diseñar estrategias de prevención mantenidas, igual vamos a un modelo de vacunación plurianual. No debemos descuidar que cambios profundos en la composición del genoma del virus que condicionen su estructura y funcionalidad, harán que las actuales vacunas y la inmunidad adquirida pierdan efectividad, por eso resulta necesario minimizar la replicación del virus dificultando las nuevas infecciones, mantener la vigilancia virológica de los casos mediante secuenciación masiva comunicando los hallazgos y potenciar al máximo el desarrollo de tratamientos antivirales efectivos
Publicidad
–¿Habrá más, cuándo será la próxima pandemia?
–Habrá más. Siempre hemos seguido con entusiasmo las epidemias de gripe; pero desde el año 1500 Fauci y Morens han modelizado los intervalos de aparición de las pandemias de gripe que pueden ser tan cortos como seis años o tan largos como 149 años. Pero donde particularmente hay información más precisa en en el siglo pasado con las tres que hubo, la de 1918, la asiática y la de 2009. Nuestro foco ha estado en la gripe; pero hay que vigilar todos.
–Ahora hay gripe aviar.
–Los virus salvajes pueden pasar a aves estabuladas y ocasionar casos esporádicos en humanos y si logran transmitirse entre ellos con eficiencia tendríamos virus con potencial zoonótico. Tenemos por ello que tener dispuestos los sistemas de vigilancia conjuntamente con la Sanidad Animal, es algo que hemos aprendido. Control mixto, en centros de gripe monitorizaramos la aviar, la porcina y la humana. Y esto dicho en una tierra como la de Castilla con acuíferos, corredor de aves... es fundamental y también el coronavirus hay que vigilarlo claro.
Publicidad
–¿Está preparada España, Castilla y León para nuevas crisis? Sin industria de vacunas ni fármacos...
–Nunca habíamos hecho un simulacro de atender a una pandemia. Y hemos reconocido reiteradamente que no vimos venir esto. La Estrategia 7-1-7 indica que el mundo debiera de ser capaz de en siete días conocer una alerta, en uno asesorarse con expertos y en siete dar una respuesta: pero el mundo no es igual, es muy plural y con medios muy diferentes según países y continentes. Cualquier agente emergente afecta al ser humano, animales y a la producción agrícola. En esta pandemia se ha hecho un gran esfuerzo en la respuesta pandémica, y hay que alabarlo; pero aún así los profesionales arrastran agotados, se han perdido muchas vidas. Deberíamos proveernos de un sistema de producción de fármacos y vacunas, de distribución y logística. Se ha visto que lo necesitamos.
–Economía o salud.
–Es propio de los gobernantes articular un equilibrio entre la amenaza sanitaria y el mantenimiento de la cadena productiva. Ha sido uno de los temas más difíciles y a mi juicio se abordó bien.
Noticia Patrocinada
–Hay confusión entre patologías respiratorias al ser similares sus síntomas. ¿Cómo afrontarlo?
–Sería muy deseable potenciar el diagnóstico microbiológico de manera sindrómica, que ante un cuadro respiratorio, los médicos de Familia y pediatras pudieran tener disponibilidad para identificar los grandes agentes. Saber si es gripe A como ahora que ya circula bien, covid, sincitial, rinovirus... A los ingresados se les hace una tipificación del agente etiológico; pero sería bueno en Atención Primaria y es interesante para conocer qué circula y para implantar tratamiento adecuado y evitar, por ejemplo, el uso inadecuado de los antibióticos. Un buen diagnóstico vírico minimiza su uso.
–Pasará el covid a vigilarse como la gripe.
–Hay una buena tradición en la vigilancia de infecciones respiratorias en la red centinela y la comunidad siempre pionera y un buen sistema apoyado por el soporte del Centro Nacional de la Gripe. El covid será un virus más y habrá que vigilarlo con todos los respiratorios.
Publicidad
–Pero la vigilancia centinela que ya se hace ahora mismo arroja incidencia muy inferior a la del control actual.
–Porque la red recoge lo que se ve en determinadas zonas de salud. Subestima lo que hay porque es centinela, un sistema vigía. Tremendamente útil porque permite conocer las tendencias, los lugares... Además de a Salud Pública también rinde un excelente servicio a Asistencia Sanitaria si se une a la ya existente monitorización de los casos clínicos, de las complicaciones, de los que ingresan. La Red Centinela indica casos y zonas, la tendencia y luego se etiquetan los virus.
–¿Es preciso contar con legislación más ágil en pandemias?
–El mundo necesita articular procedimientos legislativos ágiles que le permitan afrontar una pandemia y que exceden el ámbito sanitario. Afectan a comunicaciones, economía, sociedad...
Publicidad
–¿Es ya el momento de perder de vista las mascarillas en interiores?
–En nuestra mentalidad occidental, su uso nos parecía extraño; pero se ha demostrado como bueno. Creo que pueden revisitarnos en algunas temporadas invernales de actividad de virus respiratorios endémicos, estacionales. Preferiría ser cauto pero, al igual que los países orientales adoptan estos comportamientos en el transporte público, es habitual verlo en el metro de Tokio por ejemplo, pudiera implantarse en España, en Europa. Sobre todo beneficia en que un infectado no contagie y el impacto ha sido positivo. Al aire libre, aislados y distanciados, obviamente no se precisan. Y quiero destacar el papel del lavado de manos, no no hay que minimizarlo. Es importante dar refuerzos positivos en hábitos saludables.
–Y ¿el papel de las vacunas?
–La prevención vacunal claramente ha reducido los ingresos de pacientes y la mortalidad. Las vacunas son el mayor logro de la humanidad. Ahora hay que evaluar la duración de los anticuerpos en las diferentes cohortes, analizar el mantenimiento de anticuerpos con cada vacuna y redefinir las campañas.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.