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De aquellos polvos, estos lodos. Algo así es lo que piensan los vecinos de varios barrios de la capital cuando se hartan de dar vueltas alrededor de la manzana de su vivienda y no encontrar aparcamiento. El mayor problema, según recalcan las asociaciones de vecinos ... de Parquesol, La Rondilla, Delicias y Pajarillos, es que no existe dónde guardar el coche. Ni en la vía pública ni en garajes privados. En verano no existen problemas, estamos todos en los pueblos», apunta la presidenta de la asociación vecinal de La Rondilla, María Morán.
«Aquí tenemos los garajes privados muy caros», agrega sobre la oferta y la demanda del alquiler de cocheras en un barrio con un gran número de vehículos por sus calles. Desde que han hecho la almendra nos entran muchos coches. Algunos de esos terminan aparcando por el barrio», continúa Morán.
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La solución del problema para la asociación pasaría por la construcción en altura de un parking. «Realmente el barrio no tiene ningún hueco para crear aparcamientos, además no sabemos por qué el centro de mayores y el de salud no se hicieron garajes. El problema de aparcar aquí no desaparecerá nunca», añade.
En una situación similar, con edificaciones más antiguas, se vive en Pajarillos. «La opción de los garajes no se contempló en su día. Ahora hemos crecido y estimo que en nuestro barrio tengamos unos 8.000 vehículos. Hay horas en las que es muy difícil aparcar», explica la presidenta, Yolanda Matía, sin saber qué opciones hay para solventar el problema.
Donde sí existe una posible solución es en Delicias. Lo afirma el presidente de la asociación Barrio Delicias, Luis Trapote. «Tenemos parcelas donde se pueden instalar. Aquí, cada vez, la doble fila y los problemas de aparcamiento tienden a la baja. De todas formas, los vecinos estamos contentos porque hemos ganado espacio en las aceras. Eso es muy importante», incide Trapote sobre la calle Cádiz.
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Con una construcción más nueva, el problema de estacionar correctamente lleva tiempo instaurado en Parquesol. «Alguien no pensó que el barrio crecería y que los niños se harían grandes para empezar a trabajar y necesitarían un coche para trasladarse fuera. Además, hace cuatro años se suprimieron unas plazas de aparcamiento por colocar árboles y eso sentó mal a los conductores. Se perdió una oportunidad de crear un aparcamiento subterráneo en la plaza Marcos Fernández», lamenta el presidente vecinal de Parquesol, Juan José Álvarez.
Asimismo, los presidentes también abogan por la utilización de los transportes públicos y evitar lo máximo posible los coches. «Tenemos que perder la cultura del coche», concluyen.
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