Estado actual de las aceñas del Puente Mayor. Rodrigo Jiménez
Historia de Valladolid

Un dique protegerá y permitirá visitar las aceñas del siglo XIII en el Pisuerga

El Ayuntamiento aprueba una inversión de 265.878 euros para poner en valor el vestigio industrial más antiguo de Valladolid

J. Sanz

Valladolid

Miércoles, 9 de marzo 2022, 21:49

El objetivo es «poner en valor» el vestigio industrial más antiguo que se conserva en la capital, sin demasiada fortuna, aguas abajo del Puente Mayor. El proyecto, que surgió hace un lustro, podrá plasmarse ahora en la realidad gracias a una inversión, aprobada este miércoles, de 265.878 euros, para consolidar y poner en valor los restos de las aceñas del siglo XIII. De ellas apenas quedan a día de hoy los muros de sus cimientos y del puente de piedra que permitía acceder a ella desde la margen izquierda del Pisuerga.

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El proyecto, que viene a dar continuadad a la excavación arqueológia realizada sobre el terreno hace tres años, implicará la construcción de un pequeño dique o presa aguas arriba de los restos arqueológicos con el fin de protegerlos y hacerlos visitibles. Para este último fin está previsto que el mismo murete pueda servir de pasarela peatonal para adentrarse en las aguas del Pisuerga y poder observar de cerca los restos de las aceñas.

La solución definitiva es aún una incógnita, aunque este es el planteamiento de base para la contratación del proyecto y las futuras obras, cuando sea aprobado, que saldrá a licitación en breve una vez aprobada, por la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de este miércoles, la citada inversión de 265.878 euros para su futura ejecución. La convocatoria reza literalmente: 'Contratación de obras con proyecto para la consolidación y puesta en valor de los restos arqueológicos de las aceñas del Puente Mayor de Valladolid'.

Las aceñas, ya en ruinas, a finales del siglo XIX (1885). E. mazo, parís

¿Qué eran las aceñas? Pues este ingenio hidráulico, construido en 1230 (en esa fecha se han encontrado las primeras referencias a su existencia), fue utilizado inicialmente para la molienda del grano y posteriormente como batán para tupir la lana. Se trataba de una hilera de tres molinos, unidos entre sí, a los que accedía inicialmente desde la orilla, aguas abajo del Puente Mayor (siglo XI), por una pasarela peatonal de madera, que fue sustituida posteriormente por un puente de piedra con tres arcadas (siglo XVIII), parte de cuyos restos aún se conservan.

Plano de Ventura Seco (1738), que muestra las aceñas aguas abajo del Puente Mayor. El Norte

Las aceñas del Pisuerga fueron pasando por distintas manos con el paso de los tiempos, siempre bajo la amenaza de los daños continuos que sufría la infraestructura a merced de las crecidas, y su declive definitivo se gestó a lo largo del siglo XIX, cuando perdieron su uso tradicional para la moler el grano y tupir la lana en 1875. Los molinos, no obstante, aún alargarían su vida útil unos años más, hasta 1886, como 'motor' para impulsar el agua que abastecía a las fuentes de la ciudad. La puesta en marcha del Canal del Duero provocó entonces su abandono definitivo.

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La historia de las aceñas

  • 1230 Primeras referencias escritas de la existencia de las aceñas junto al Puente Mayor (siglo XI), utilizadas entonces como molino para el trigo.

  • 1602 Primer testimonio gráfico de las aceñas en un cuadro de la infanta Ana de Austria, obra de Juan Pantoja de la Cruz. Las aceñas aún se utilizan como molino y como batán para tupir la lana.

  • 1738 La pasarela original de madera para llegar a las aceñas desde el Puente Mayor se sustituye por otra de piedra.

  • 1875 Las aceñas pierden su uso tradicional y se utilizan para llevar el agua a las fuentes de la ciudad.

  • 1886 Las aceñas se abandonan coincidiendo con la puesta en marcha del Canal del Duero ese mismo año y comienza su progresivo deterioro hasta la actualidad.

  • 2022 El Ayuntamiento aprueba un presupuesto de 265.878 euros para consolidar los restos y habilitar un dique peatonal para visitarlos.

Los restos de las aceñas aún fueron visibles en los albores del siglo XX, como demuestran las fotografías de la época, si bien su falta de conservación y las sucesivas crecidas del río fueron arrancando piedra a piedra los muros de los molinos y del puente. El último arco de piedra de la pasarela se la llevó la mayor crecida del Pisuerga, registrada el 6 de marzo de 2001.

La intervención municipal para poner en valor los restos de las aceñas incluirá no solo la construcción de un dique peatonal sino la colocación de «cartelería con distintos elementos divulgativos sobre su historia», según explica el concejal de Planeamiento Urbanístico, Manuel Saravia.

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