Las empleadas del supermercado atracado en Valladolid

«Nos dijeron 'o nos dais el dinero o te mato'»

A pesar de todo, sacan una sonrisa y comentan de forma jocosa el peor día de su vida laboral. «Hasta nos pidieron una bolsa de plástico para llevarse el dinero», rememoran con gracia las dos afectadas. La misma que evidentemente no cobraron.

En ella, los dos jóvenes (M. G. F., de 24 años, y A. B. N., de 16 años) metieron los 4.148 euros que saquearon del supermercado. Recorrieron todos los puntos de la tienda y metieron a L. R., de 41 años, en la oficina para que abriera todos los cajones y la caja fuerte en busca de dinero.

Todo empezó a las 21:30 horas. L. R. cobraba a la última clienta antes de dar por finalizada la jornada. Mientras tanto L. C. se apresuraba a cerrar una de las puertas por donde entra la mercancía a diario. «De repente me encuentro una pistola en la cabeza; en la nuca», recuerda antes de expresar una dosis de sangre fría. «Lo primero que me dijo es que 'o me das el dinero o te mato'. Giré, le miré a los ojos y le dije: 'tranquilo; soy una empleada y te voy a dar todo lo que pides'. Porque no quería que me pasara nada. Este se tranquilizó, pero el otro cogió a mi compañera del cuello y la amenazó», prosigue L. C.

El testimonio de esta historia lo recoge L. R.. Estaba en su caja registradora. «La clienta pudo huir y creemos que fue la que llamó a la Policía», apunta, además de insistir que del pánico no recuerda muchos momentos del atraco. «Estaba en 'shock'. Sé que me metió en la oficina. Cogió todo el dinero. El siguiente recuerdo es estar en una caja del supermercado sin poder desbloquearla del miedo que tenía. Era incapaz de meter la clave», detalla L. R.

Mientras tanto a L. C. la llevaban a otra caja. De los nervios también le costó abrirla, pero en su interior solo había monedas que también metieron en la bolsa de plástico. Hasta los resguardos de los pagos con tarjeta.

Tras abordar todo recoveco con dinero, los dos jóvenes abandonaron el DIA. Se fueron a la carrera, pero los transeúntes de la zona no les perdieron de vista hasta que se escondieron detrás de un contenedor para ser detenidos en una intervención rápida de la Policía Municipal de Valladolid. Tras los atracadores, también salió L. C., aunque ahora piense que actuó un poco «inconsciente». «El barrio estaba lleno de gente y salí gritando 'socorro, socorro'. Un chaval ya estaba hablando con la Policía y me pasó el móvil. Por suerte, les pillaron enseguida», explica.

Con L. C. por el barrio de La Farola buscando a sus atracadores, las dudas asaltaron a su compañera (L. R.). No se percató de que esta había salido del local y pensó que los dos jóvenes la habían secuestrado. «Imagínate. No sabían dónde estaba, así que empecé a decirle a la Policía que se la podían haber llevado. Vaya susto», manifiesta a la par que empiezan a recordar situaciones similares por las que han pasado.

La más grave la sufrió también L. C. en el mismo supermercado DIA del ahora asaltado. Lo fija entre 2011 y 2012. «Estaba cobrando a un señor muy grande. Creo que era guardaespaldas. Entró un hombre con capucha que me empujó y me amenazó con un cuchillo. De una forma rápida, este hombre lo tumbó. Menos mal», rememora L. C., que junto a su compañera hablan también de un robo con fuerza en una madrugada tras romper la verja, además de comentar otros atracos en los supermercados vallisoletanos este año como el del paseo del Hospital Militar en junio.

«Estamos expuestas. Estamos en la primera línea. Solicitamos que todos los establecimientos tengan un botón del pánico y videovigilancia. «¿Quién nos devuelve la vida si nos la quitan?», concluyen.