Olga González y Daniel Miguel en el parque de Las Moreras. Rodrigo Jiménez
Valladolid

Un día de playa que acabó en rescate múltiple

La agente de policía nacional de Valladolid Olga González salvó la vida a dos menores en Suances y su marido, Daniel Miguel, sacó del agua a una tercera

Sofía Fernández

Valladolid

Domingo, 20 de agosto 2023, 00:08

Lo que iba a ser un día de arena y mar en para disfrutar en familia en Suances, playa por excelencia de los vallisoletanos, se convirtió el pasado sábado 12 de agosto en un día que ni Olga González ni Daniel Miguel olvidarán jamás. Gracias ... a su valentía y a su capacidad de reacción consiguieron salvar la vida de dos menores de 15 años que no podían salir del agua y poner a salvo a una tercera, de la misma edad y familia de ambas, que se metió al mar para ayudarlas.

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Olga, policía nacional desde hace veinte años, recuerda que estaba en la orilla junto a su pareja y su pequeña Sofía de seis años. «El mar estaba muy picado, en la playa había bandera amarilla y el agua golpeaba con mucha fuerza. Estaba tumbada en la toalla y, de repente, escuché gritar a alguien pidiendo socorro y auxilio», relata. No pensó, simplemente reaccionó a esa petición desesperada de ayuda que venía de un familiar de las menores que no podían salir del agua.

Rescate múltiple

«Nadé lo más rápido que pude y en esos momentos me di cuenta de que las chicas estaban muy adentro, no hacían pie y, pese a que en ese momento había mucha gente en la playa, nadie reaccionaba», continúa la agente, que lleva una década en el cuerpo de Valladolid.

En vista de la fuerza del mar, pidió que le tiraran una boya de rescate que le sirviera de ayuda, pero no fue posible. «Las agarré como pude y las arrastré hasta que hicieran pie para poder pornerlas a salvo. Yo cogí a dos y una de ellas estaba muy mal porque trataba de vomitar de la cantidad de agua que había tragado. Ambas estaban en estado de shock», narra Olga. Junto a ellas había una tercera chica que fue rescatada por una lancha de salvamento. «Menos mal que aparecieron», cuenta. Todas eran de un extenso grupo familiar de origen sudamericano que presenciaba la escena con impotencia desde la orilla. Mientras Olga sacó a tierra firme a las dos jóvenes para ponerlas a salvo, Daniel evitó que la situación empeorase. «Pedí al hombre que estaba pidiendo auxilio que no se metiera, no tenía muy buena condición física y el mar estaba muy picado, y cogí también a la chica que se quería meter a ayudar a las otras tres y que tenía dificultades porque empezó a tragar agua, así que la ayudé a salir», explica el militar de la Log61, destinado en Santovenia.

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Fue un rescate a todos los niveles, ya que esta pareja evitó lo que podría haber acabo en ahogamiento de al menos dos personas y de otra más por tratar de socorrerlas.

«Una vez que me aseguré de que las dos estaban a salvo y que la tercera estaba en la lancha, realmente ya sabía que las dejaba en buenas manos con el personal de salvamento, que llevó a una de ellas hasta una ambulancia para ser atendida», continúa la policía. En ese momento ni siquiera fue consciente de lo que había hecho. «El resto del día me quedé pensando en lo que podría haber pasado, en que dije a la niña que no se moviera de la toalla y salí corriendo; solo después eres más consciente, pero en ese momento solo quería salvarlas, fue algo instintivo». Olga no sabe en cuánto tiempo sucedió todo, tampoco Daniel porque ambos coinciden en que «se hace una eternidad, como si no pasara el tiempo». Después de su heroico rescate los equipos de salvamento tuvieron que socorrer a un hombre que se había golpeado tras volcar su moto acuática.

Más vidas salvadas

«Después de eso ya pusieron la bandera roja y menos mal», señala la pareja. No olvidarán esa sensación de satisfacción personal, «sientes un orgullo contigo mismo tremendo, una sensación que te dice que hiciste lo correcto pese a ponerte en riesgo, es difícil de explicar». Una sensación que no es nueva para Olga, ya que esta policía hace veinte años fue fundamental en el rescate de dos chicas en una cala de Palma de Mallorca. «En esa ocasión estaba con una antigua pareja en la playa, recuerdo que no había socorristas y me sucedió lo mismo, vi que necesitaban ayuda porque no podían salir y me lancé a por ellas», asegura.

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Una de las dos chicas, presa del pánico, se agarró a su cuello y empezó a hundirla. «Lo pasé un poco peor que esta vez pero me defiendo muy bien en el agua y entre los dos pudimos sacarlas sin que la cosa fuera a más», dice esta agente que siempre ha llevado el valor y la vocación de servicio a los demás en su ADN. No considera que haya hecho algo heroico, simplemente es lo que le nace cuando ve que alguien necesita ayuda en una situación así. «Como policía, en veinte años, he visto muchas cosas y he vivido todo tipo de situaciones», asegura Olga, quien recibió la Medalla al Mérito de la Protección Civil por una intervención en plena pandemia.

En abril de 2020 redujo a un hombre con problemas psiquiátricos que se había atrincherado en su domicilio con un cuchillo. Quién sabe si tras este rescate no recibe otra medalla más. «En vista de la labor que hacen mis compañeros que trabajan en la calle, muchas intervenciones son merecedoras de medalla. Basta simplemente con darle más valor a los que nos protegen cada día», finaliza.

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