Es fuerte y valiente. Alza su voz por las que no tienen fuerzas para hacerlo. «Cuando pierdes a tu marido te quedas viuda, si pierdes a tus padres, huérfana, pero no existe una palabra para describir qué sucede con una madre cuando pierde a su ... hijo», dice Mercedes Gutiérrez, vecina de Medinal del Campo, aunque nacida en Cáceres.
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Sabe bien de lo que habla, perdió a su pequeña Argeme en la semana 37 de gestación y no hay día que no recuerde aquel 25 de septiembre de 2020. Fue el día que la dejó de sentir. Cuenta su historia con serenidad, pero detrás de este estado hay mucho trabajo«, dice sincera. «Pregunta lo que quieras, hay que hablar con naturalidad y dar visibilidad al tema porque hay muchas mujeres que no hablan de ello porque no son capaces, porque no tienen fuerzas. Con nuestra voz, nosotras estamos luchando también por ellas«, afirma esta creadora de contenidos, que ha encontrado en el humor una vía de escape.
«Fui a monitores ese mismo día y me dijeron que el latido estaba bien, todo estaba perfecto pero por la tarde noté que no se movía como todos los días y empecé a encontrarme rara porque ya no estaba tranquila», recuerda.
Al día siguiente, el 26 de septiembre, acudió al hospital. Era época covid y recuerda que estaba sola cuando le dieron la noticia; su marido y su hijo Martxel, de tres años y medio, estaban esperando fuera del hospital. Mercedes fue consciente de que algo no iba bien cuando le cambiaron de sala, «algo pasaba porque la matrona no era capaz de mirarme a los ojos. Su cara me lo dijo todo», admite. Cuando le dieron la noticia de que no había latido asegura que la mente solo entiende que tiene que tratarse de un error.
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Sofía Fernández
«Hay ciertas cosas que no recuerdo por el estado de shock en el que me quedé. Aquello fue un drama», dice Mercedes. Dio a luz a su pequeña Argeme y guardó su recuerdo en forma de foto. Lleva en su colgante las cenizas de su niña y lamenta que nunca sabrá lo que pudo pasar. «Cuando les hacen la autopsia, en la mayoría de los casos se sabe, en el mío no porque a día de hoy han pasado tres años y no sé por qué falleció mi hija, moriré sin saberlo». Después de Argeme tuvo a Maik y una nueva alegría ha llegado hace apena dos meses a su vida, Maysha. «Tengo cuatro hijos, no tres como mucha gente cree, que parece que al no verlos es como si no existieran, no pueden estar más equivocados».
Como muchas madres que han sufrido la pérdida de sus bebés celebra la noticia de poder inscribirlos en el Registro Civil, pero aclara que aún queda mucho camino por recorrer. «Me llamó la ginécologa, que también sabe lo que es esto porque perdió a sus bebés a las 35 y a las 40 semanas, y nos echamos a llorar porque es un paso grande, pero no es todo lo que queremos», asegura.
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Quiere dejar claro que «el amor no se mide por semanas y tanto duele perder a un bebé de 12 semanas como a uno de 40. Además, seguiremos luchando porque figuren en el Libro de Familia, porque siempre formarán parte de nuestra vida y estamos recogiendo firmas para que esto se logre. Queda mucho por hacer, como pasa con las bajas laborales cuando se lidia con algo así. Mi marido tuvo que ir a trabajar dos días después de perder a Argeme, eso es inhumano«, finaliza esta madre, que tiende la mano a cualquier mujer que haya pasado por lo mismo. »Aquí estoy para lo que necesiten porque sé lo que se siente a nivel emocional. Es de las peores pérdidas que se pueden experimentar«.
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