Detenidos con 2.600 euros robados en una mañana en tres grandes superficies de Valladolid

Los hechos ocurrieron a lo largo de la mañana del 5 de junio, cuando un vigilante de Bricomart, un almacén situado en la calle Níquel, observó a los dos sospechosos en una de sus idas y venidas entre el interior de la tienda y el coche, un A-6, que habían estacionado en el aparcamiento. Sus rasgos le resultaban familiares después de que hace dos meses, el 10 de abril, fueron grabados por las cámaras dos hombres de idénticas características que se llevaron una máquina y otros productos valorados en 550 euros. Uno de ellos permaneció en la entrada en actitud vigilante mientras el otro se daba una vuelta por los pasillos del almacén ajenos a que el vigilante seguía sus movimientos y había avisado de su presencia al 091. Así que los agentes llegaron instantes después a tiempo de parar a uno de los sospechosos cuando se disponía a irse por la zona de salida sin compra.

Este primer sospechoso llevaba encima, encintados en su espalda bajo la camisa, quince bobinas de cobre. Su compañero, al ver la escena, se metió al comercio y fue capturado en su interior. En su caso no llevaba nada encima en ese momento. De manera que hasta ese instante solo se trataba de un hurto menor.

El vigilante dirigió entonces a los agentes al Audi A-6 estacionado en el exterior, que estaba abierto, aunque los sospechosos negaron que fuera suyo. Sí lo era y en el maletero del turismo encontraron los policías el resto del botín con productos tanto del propio Bricomart (enchufes, poleas y ganchos de grúas...) como del Decathlon de Arroyo (seis pares de playeros) y del Leroy Merlin de RÍO Shopping (varias cajas con cerraduras eléctricas). Todo ello valorado en su conjunto en más de dos mil euros. Un abultado botín al que hay que sumar los más quinientos euros de la máquina que sustrajeron dos meses atrás del mismo almacén del polígono de San Cristóbal.

Los detenidos, D. T. C. y M. G. M., de 35 y 37 años, resultaron ser dos delincuentes habituales afincados en Bilbao, en cuyos historiales figuran quince antecedentes policiales por robos en comercios y atracos cometidos, en su mayoría, en el País Vasco. Ahora, dado lo ocurrido aquel miércoles, día 5, habían dado el salto a las comunidades vecinas para hacer acopio de todo tipo de productos con fácil salida en el mercado negro.

Los sospechosos, según pudieron comprobar después los investigadores en las grabaciones de las cámaras, «retiraban con pericia las etiquetas y alarmas para ocultar entre sus ropas los productos». Y así llegaron a salir y entrar en varias ocasiones de los mismos comercios hasta cargar el maletero de su coche, un vehículo prestado que no estaba a nombre de dos clientes demasiado habituales.