![Sucesos en Valladolid: Detenido el repartidor que encañonó a otro en una empresa de San Cristóbal](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202206/23/media/cortadas/pistola-kJfC-U1705173467396k-1248x770@El%20Norte.jpg)
![Sucesos en Valladolid: Detenido el repartidor que encañonó a otro en una empresa de San Cristóbal](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202206/23/media/cortadas/pistola-kJfC-U1705173467396k-1248x770@El%20Norte.jpg)
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La búsqueda apenas duró unas horas, el tiempo que emplearon los agentes en identificar (eso ocurrió en pocos minutos) y detener al transportista acusado de encañonar a otro en la cabeza con un revólver a cuanta de una simple disputa cuando intentaba maniobrar con su vehículo pesado mientras la furgoneta de la víctima entorpecía la maniobra el miércoles por la mañana a las puertas de una empresa del polígono de San Cristóbal. El sospechoso, un hombre de 53 años, resultó ser un trabajador del mismo área industrial y fue localizado y arrestado por los policías nacionales a primera hora de la tarde del mismo día en otra nave cercana.
El sospechoso, que ya contaba con un antecedente policial, entregó de manera voluntaria a los agentes el arma utilizada, un revólver de apariencia real, pero que resultó ser de aire comprimido. De manera que el arrestado, que se encuentra en libertad con cargos a la espera de juicio, tendrá que responder ahora de un delito de amenazas graves (amenazó física y verbalmente a la víctima con descerrajarle un tiro a bocajarro) y de una sanción administrativa por carecer de licencia para portar dicho arma, cuya posesión requiere de un permiso. El primer delito está castigado con penas de uno a cinco años de prisión y la segunda infracción conlleva una pena mínima de 301 euros.
Los hechos ocurrieron al filo de las diez de la mañana en el muelle de carga de la parte posterior de una empresa de paquetería de la calle Topacio, en el polígono de San Cristóbal, donde varios repartidores hacían cola para acceder a las instalaciones con sus furgonetas cuando accedió al lugar el camión del ahora detenido. El hombre, según relatan fuentes policiales y testigos de lo ocurrido, increpó a los presentes «de muy malos modos» por no dejarle sitio para estacionar y uno de ellos, un joven de 22 años, le afeó su actitud y le pidió que se lo pidiera de buenas maneras.
La respuesta del aludido, en presencia de más de una docena de testigos, fue regresar a su vehículo y regresar con un revólver, que «parecía real». Entonces «agarró del cuello» a la víctima y le «encañonó con el arma en la frente» mientras le soltaba un: «¿Quieres ver cómo te pegó un tiro?». Después, al ser increpado por el resto de transportistas, volvió sobre sus pasos y salió a toda velocidad en una furgoneta que tenía aparcada en las inmediaciones. Tanto es así que algunos de los testigos, que intentaron evitar su huida, tuvieron que apartarse para evitar ser atropellado, ya que el conductor «no frenó en ningún momento», añaden fuentes policiales. Solo por esto último podría sumar un delito contra la seguridad vial.
El hombre, una vez localizado (los testigos aportaron la matrícula de su vehículo) en el mismo polígono, entregó de manera voluntaria el arma empleada, un revólver de aire comprimido de 4,5 milímetros, junto a una caja de 250 perdigones, cuyo tambor estaba vacío. El sospechoso, de 53 años, quedó en libertad con cargos después de prestar declaración en la Comisaría de Delicias.
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