Detenido un histórico correo de los Monchines con 1.900 dosis de heroína en Valladolid

La detención del Rebusca comenzó a gestarse hace dos meses, cuando los policías nacionales comenzaron a investigar el incremento de la venta de droga en el entorno de la avenida de Palencia y el paseo del Cauce, donde detectaron que un camello, al que posteriormente identificarían, distribuía las papelinas de heroína al por menor pero con un importante 'volumen de negocio'. Y el sospechoso resultó ser nada menos que Francisco, el histórico correo de los Monchines, al que acabaron situando al frente de la 'trama', en principio, unipersonal, que giraba en torno a su propio domicilio de la avenida de Palencia, donde reside, y a un segundo de su propiedad, que estaba vacío, el de Doctor Ochoa, pero que utilizaba como 'caleta' o almacén para ocultar las sustancias estupefacientes.

Los agentes detuvieron el jueves a Francisco y registraron sus dos viviendas. En la primera apenas encontraron nada de interés, al contrario que en el piso de Doctor Ochoa. Allí encontraron 200 gramos de heroína, una cantidad suficiente para la elaboración de 1.900 dosis (a cerca de veinte euros la papelina) y obtener por ellas 35.000 euros en su venta al menudeo. Tenía, además, 1.220 pastillas de ansióliticos (Lormetazepan y Rivotril), de uso común entre los toxicómanos. Eso además de 31.380 euros en efectivo, armas blancas, una carabina y numerosos útiles la elaboración de las dosis, que prepararía, al parecer, en dicha vivienda.

El veterano sospechoso, que suma 17 antecedentes a sus 63 años, y numerosas condenas, ha pasado este viernes a disposición judicial y el Juzgado de Instrucción número 5 ha acordado su ingreso en prisión en calidad de investigado, otra vez, por un delito contra la salud pública.

Francisco G. D., El Rebusca, sumó su primera detención en 1982, cuando fue arrestado con veinte gramos de heroína y salto a la fama, policial, al menos, el 19 de enero de 2000, cuando fue el primero en caer en una macroinvestigación contra el clan de Los Monchines, dueño y señor entonces del tráfico de estupefacientes en Valladolid, cuando ejercía como 'correo' y hombre de confianza de sus cabecillas. Al Rebusca lo detuvieron en el camino del Cementerio en posesión de 3,5 kilos de heroína y cocaína, valoradas en medio millón de euros, en un pase para el clan destinado a narcos llegados desde Zaragoza.

Su detención dio pie al golpe definitivo al clan que desembocaría en la condena a penas que sumaban 108 años de prisión para sus cinco cabecillas y siete cómplices en 2007. Uno de sus colaboradores era Francisco, El Rebusca, al que condenaron a nueve años y medio de prisión. Él protagonizaría una de las escenas más singulares en la vista celebrada unos meses después, cuando pidió su puesta en libertad para cuidar a su hijo recién entonces.

Francisco tenía 41 años cuando fue detenido en el golpe policial al clan de los Monchines. Y ya sumaba un buen reguero de antecedentes por delitos de tráfico de drogas, lesiones o robos. Ahora tiene 63 años, 17 antecedentes en su historial, y acaba de ingresar en la prisión provincial. Los agentes, durante el juicio contra el clan, afirmaron que Rebusca llegó a ser el «principal hombre de confianza» de los monchines.