El detenido en Bruselas por el crimen de una vallisoletana pertenece a una saga de guardias civiles

M. J. Pascual

Valladolid

Sábado, 29 de octubre 2022, 00:05 | Actualizado 09:43h.

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El guardia civil detenido en Bruselas como presunto autor del crimen de su expareja, la joven vallisoletana Teresa Rodriguez Llamazares, de 23 años, es hijo del Cuerpo y la relación de su familia con la Benemérita se remonta hasta su abuelo, con el grado de ... capitán. César A., vallisoletano, de 23 años, acababa de salir de la Academia de Jaén y prácticamente estrenaba su incorporación al puesto de Portillo como guardia eventual. Sus hermanos, trillizos, también decidieron ingresar en el Instituto Armado siguiendo la tradición familiar, pues el padre también está en activo en la Comandancia vallisoletana. Uno de sus hermanos, también en prácticas en otro municipio vallisoletano, ha solicitado unos días de permiso después de conocer que su hermano, tras acuchillar hasta la muerte a su exnovia y arrojarse por una ventana del céntrico apartamento del número 38 de la Rue Du Marché Au Charbon Kolenmarkt a las ocho y media de la mañana del pasado jueves, había sido hospitalizado y detenido. La Policía belga prosigue las investigaciones y la Fiscalía, que se ha limitado a confirmar la detención del vallisoletano, ha decretado el secreto de las actuaciones.

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En Portillo, donde había sido temporalmente destinado el joven agente, a excepción de sus compañeros de puesto, los vecinos apenas le conocían pues prácticamente acababa de llegar, según señalaba el alcalde, Juan Antonio Esteban, quien expresaba en nombre del municipio la consternación por la trágica muerte de la prometedora enfermera a manos de su expareja.

Según las primeras hipótesis, el guardia en prácticas no habría podido soportar la negativa de ella a retomar la relación cuando se vieron en un reciente viaje que la sanitaria hizo a Valladolid y él habría ido a verla a Bruselas, donde la joven trabajaba como enfermera oncológica y tenía su domicilio desde hacía unos meses, para tratar de convencerla, lo que no habría conseguido. La respuesta a la decisión irrevocable de Teresa habría sido empuñar el cuchillo y causarle la muerte. En su obsesión, el guardia eventual César olvidó que el Cuerpo al que pertenece tiene como lema «el honor es mi divisa». Ahora perderá su condición de guardia civil y tendrá que enfrentarse a la justicia belga.