Saray Horcajada
Valladolid
Domingo, 11 de agosto 2024, 08:34
Es un tópico, pero a veces es imposible negar que la realidad supera a la ficción. Lo saben bien los detectives privados, una profesión todavía muy desconocida, envuelta en el halo de misterio que le han otorgado las películas de Hollywood y la literatura negra, ... que muchas veces no responde a la realidad pero que en ocasiones esconde historias sorprendentes, anécdotas memorables y un sinfín de curiosidades. Jorge de la Rosa Carbajo, detective en la Compañia Accesit Detectives, operativa en Valladolid desde el año 2000, relata los casos más solicitados por sus clientes, especialmente en estas fechas veraniegas. «El grueso de nuestro trabajo son las bajas laborales fraudulentas, prácticamente el 97% de los casos que manejamos están relacionados con temas laborales. Ahora, en verano, la gente va a la piscina, a la playa y, casualmente, la lesión de tendón se recrudece o hay quien se va a trabajar a otros sitios. En definitiva, la picaresca española», explica.
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Los principales clientes de De la Rosa, que prefiere preservar su imagen, son empresas. De hecho, comenta que la investigación de infidelidades, que tan a menudo se asocia a esta actividad profesional, no es tan común como pueda parecer. «Hoy en día es algo muy puntual, nos piden que hagamos seguimiento de una comida, una cena de navidad o algo muy concreto que no le cuadra a la otra persona, pero nada más», comenta este detective, que también ha investigado situaciones menos cotidianas. «Hubo un caso muy sonado de un empresario que hace unos años vendió su empresa por 14 millones de euros, y en ese momento a su mujer se le ocurrió decirle que quería divorciarse. Había gananciales. Si hay mucho dinero por medio o niños en edades vulnerables, entonces sí se dan estos encargos».
Miguel Ángel Caminero, otro de los detectives que operan en Valladolid, en este caso con su agencia M12 –no tiene despacho físico–, coincide con Jorge en que las bajas laborales fraudulentas acaparan las investigaciones. «Por ejemplo, casos en los que alargan o simulan un tipo de lesión con vistas a recibir una pensión y se aprovechan de esta situación. Esto es algo coyuntural a nivel nacional». Caminero recalca que «nosotros no los pillamos, mostramos lo que hacen. No ponemos ningún cebo ni nada raro».
Pero el trabajo de detective tiene más facetas, muchas de ellas desconocidas para el gran público. «El aporte de un detective privado a los clientes de los despachos de abogados puede servir de gran ayuda para esclarecer el caso que estén llevando», desde «una custodia, una mala utilización de un bien compartido, que puede ser la vivienda, o un contrato de divorcio que una de las partes está quebrantando», comenta Caminero, que considera que «debería instaurar en el futuro» una figura de detective de oficio similar a la de los abogados, ya que «hay personas que no pueden permitirse contratar sus servicios».
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¿Cuál es el 'modus operandi' de un investigador privado y qué cualidades debe tener? De la Rosa lo tiene claro: «Cuanto más natural seas mejor». Esta sería la clave para ser un buen detective, al igual que «pasar desapercibido y no llamar la atención». Este experimentado profesional afirma haber rechazado a personas por no dar el perfil necesario. «Una vez vino una chica guapísima a entregar su currículum, pero le dije que no porque en el caso de que fuéramos al bar de un pueblo o similar iba a llamar la atención. No quiero gente que sobresalga, quiero gente normal». En cuanto a la forma de actuar de estos detectives, se basa en ser prevenidos ante cualquier acción que pueda llevar a cabo la persona a la que investigan. «Cuando estás en un bar tienes que pagar al momento por si la persona se va».Eso sí, «no basta con pillar a la persona una vez, tienen que ser tres. Así lo indica una sentencia del Tribunal Supremo para mostrar que hay habitualidad en los actos», aclara Jorge Juan de la Rosa, que es licenciado en Criminología, una titulación «necesaria» para trabajar como detective.
«La adaptación al medio» es otra de las claves de este oficio «Es primordial saber dónde vas a estar, no es lo mismo un pueblo de 100 habitantes que de 4.000. No es lo mismo estar en el centro de Valladolid, donde pasas más desapercibido, que irte a un barrio o a una zona concreta, donde llamas más la atención», indica Miguel Ángel Caminero, propietario de M12 desde hace ya diez años. Asegura que nunca le han pillado ejerciendo como detective, aunque sí han sospechado de su presencia en alguno de sus desplazamientos.
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Son muchos los que llaman para informarse del precio por contratar los servicios de estas agencias, que suelen establecer dos tipos de tarifas: pagos por día con precios cerrados, o por hora y variables en función de la investigación. Caminero suele cobrar por horas. «Hay veces en que no se puede presupuestar previamente, he llegado a cobrar a mis clientes desde 30-35 euros la hora hasta 60-70, en función de lo que se ha hecho o de si es un caso puntual o no». Según explica, «no es lo mismo mirar una puerta, a ver si se abre y sale una persona para verle la cara, que realizar un seguimiento, que tienes que estar detrás de la persona con un coche durante tres o cuatro días».
Jorge Juan de la Rosa Carbajo
Detective Privado
En cambio, De la Rosa, prefiere cerrar los precios con el cliente de antemano. «Solemos cobrar por día completo, damos un precio cerrado que suele incluir todo, pero puede variar si hay que desplazarse. Intentamos que el cliente sepa lo que va a pagar. Ahora se viene cobrando entre 400 y 700 euros diarios». Su empresa recibe «más de trescientas llamadas cada semana», pero «solo el 5%, aproximadamente, formalizan el encargo».
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Nunca se acepta un encargo profesional que no se ciña a la más estricta legalidad. «Seguimientos a vecinos o exparejas, por ejemplo, no tienen cabida ni justificación. Tiene que haber una legitimación», señala De la Rosa, quien ha tenido que decir que no a alguna de las peticiones que le han planteado.
Lo mismo le ha sucedido a Caminero, quien relata uno de los casos que rechazó. «Una persona se puso en contacto conmigo porque quería localizar en Valladolid a uno de los actores que venía a la Seminci para ir a verlo al hotel», rememora el detective. «No dudé en rechazarlo porque no procedía dar esa información a pesar de haber podido ofrecerla».
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De entre todas las investigaciones que ha llevado a cabo, hay una que Jorge Juan de la Rosa destaca por su dificultad. «Fue bastante laborioso el caso de una baja laboral con dos hermanas implicadas, que eran gemelas. Mientras una seguía con la 'baja' fraudulenta y se había marchado fuera de Valladolid, su hermana simulaba que era ella en su ausencia. Después de muchos días de investigación, lo descubrimos porque a la hora de pagar en un supermercado lo hizo con la mano izquierda, cuando ella era diestra. Y comprobamos a la hora de la firma que era su hermana», comenta este detective, que destaca la complejidad del caso por el parecido «casi idéntico» de las dos hermanas.
Las redes sociales se han convertido en una herramienta muy útil para afrontar las investigaciones. «Se está evolucionando mucho con redes sociales y las OSIN, que son las páginas de Internet o de información abierta. Además, están los cursos de ciberseguridad para poder meterte y sacar de ahí la información, que además es libre», indica Caminero, que puntualiza que «solo son búsquedas para encontrar indicios, salvo que sean contenidos en directo». «Como detective, hacer una investigación de la actividad diaria de alguien no me vale. Está muy bien como información, pero hay que comprobarlo. Es necesario hacer una investigación de calle», recalca.
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