Juan Enrique Soto, pionero del análisis de conducta en la Policía
«El detalle es lo que después se convierte en una prueba que consigue una condena»Juan Enrique Soto, pionero del análisis de conducta en la Policía
«El detalle es lo que después se convierte en una prueba que consigue una condena»Llega a Valladolid para presentar su libro 'Vivir en el asombro'. Pero va más allá. Viene con el objetivo de dialogar sobre su trayectoria para llegar al detalle, como lo ha hecho durante toda su carrera profesional como policía nacional. Juan Enrique Soto (Dieburg, Alemania, ... 1966, aunque se crió en Madrid) imparte este miércoles una conferencia en la facultad de Derecho (organizada por el departamento de Psicología de la Universidad de Valladolid) para hablar de la sección de Análisis de Conducta de la Policía y del método de perfilación criminal VERA. Pionero de una herramienta instaurada ya en la Policía ha abordado casos mediáticos como el de Miguel Carcaño o José Bretón.
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-¿Qué se van a encontrar los vallisoletanos este miércoles?
-Aprovechando el libro, que no deja de ser una excusa para hablar de una trayectoria profesional, es llegar al detalle, dentro de lo que podamos, de lo que puede llegar a conformar una profesión sumamente interesante, que ha estado llena de desafíos, también de muchos problemas. Pero mi objetivo, realmente, y siendo un entorno universitario, es motivar. Y al mismo tiempo motivarme, porque escuchar las preguntas y debatir con gente con tanto interés, te pone las pilas. Lo que yo persigo es que lleguemos al detalle de que hay que arriesgar, de que hay que trabajar duro, de que nadie te va a regalar nada si tú no pones de tu parte.
-¿Lleva una vida viviendo en el asombro?
-Sí, absolutamente. Y cuanto más tiempo pasa y más eventos van sucediendo, más asombrado estoy. Y, de hecho, creo que tengo que buscar en el diccionario un superlativo de asombro. Está siendo tremendo.
-¿Y eso tiene que ver con el post de la vida en activo o con el boom del libro?
-Tiene que ver con el post. De alguna manera, toda esa trayectoria profesional, mientras estaba en activo, se traducía en resolución de casos, otros no, en la frustración por no esclarecerlos. Pero tenía que ver con el trabajo en sí, con los casos. Pero ahora todo lo post tiene que ver con las secuelas de esa trayectoria profesional y literaria. Incluso de la fusión de ambas. Estoy en esa fase en la que uno ya tiene una edad en la que se retira para intentar compartir y formar. Y es lo que me tiene alucinado porque no paro.
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-¿Se necesita más psicología dentro de la policía?
-No, porque yo creo que hoy en día, quitando la titulación en Derecho, la titulación en Psicología debe ser la más frecuente en aquellas categorías que requieren un grado, que es de inspector hacia arriba. Por lo tanto, deben ser cientos los que hay con esa titulación. Las posibilidades dentro de una institución policial como es la Policía Nacional, siendo psicólogos, son muy amplias. Hay muchas posibilidades de ejercer alguna especialidad relacionada con la psicología. Con lo cual ahí hay mucha ventaja con respecto a la criminología.
-¿Se siente un pionero al impulsar la sección de análisis de conducta?
-No me queda otra, porque no paráis de decírmelo y he llegado a creérmelo. Pero en cierto modo sí, porque además es un dato objetivo. Hasta que no lo puse en marcha no existía. Entonces eso me permitió no solo crear y poner en marcha una especialidad profesional, sino trabajar lo suficiente como para que en el momento en que yo me fui siguiera esa especialidad. Y hoy en día está mucho más desarrollada de lo que yo la dejé.
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-Habla muchas veces del azar. ¿El azar es parte de un trabajo encubierto?
-He vivido momentos que son realmente azar. La fortuna, la suerte, como lo quiera llamar. El hecho de que en un momento dado me encuentre con una persona determinada que tiene unas intenciones X, eso es pura casualidad. Porque además ni siquiera fue un encuentro buscado. Hay casos que se han resuelto por una casualidad, por puro azar. Y hay otros al revés, que por suerte para el agresor no han salido. El azar tiene su punto. También es verdad que todo lo demás es esfuerzo, es estar en el momento justo. O sea, siempre es una combinación.
-¿Se ha puesto en manifiesto que los pequeños detalles de un interrogatorio, como ha podido comprobar o ha podido analizar, dan más pistas que una escena del crimen?
-No, es equivalente. Una escena del crimen, si pensamos en un profesional que va con su mono blanco, sus gafas protectoras, sus guantes y mil artefactos, ese profesional va buscando el detalle. Y es el detalle el que realmente luego se va a convertir en una prueba que consigue una condena. En un interrogatorio, en un análisis de conducta o en una perfilación criminal, el detalle es la clave. Y hasta que no encontramos ese detalle, no resolvemos el caso.
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-¿El análisis de conducta está presente ahora en todos los crímenes, en todos los hechos delictivos?
-Como especialidad profesional, no, porque tampoco dan a basto. Calculo que serán una docena de analistas ahora mismo. Y ahí tienen más trabajo del que pueden asumir. Por eso solo trabajan a requerimiento. Pero todos los investigadores hacen análisis de conducta. La clave está en formarles para que realmente sepan lo que están haciendo y puedan controlar ese proceso. Por lo tanto, sí. La respuesta sería sí.
Sucesos en Valladolid
-Habla de Miguel Carcaño, José Bretón... ¿Lo mediático enturbia una buena investigación?
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-Normalmente lo complica. No es lo mismo una entrevista como esta, a una persona que no está inmersa en una investigación, que hacérselo precisamente a un investigador. ¿Por qué? Porque los intereses colisionan. El periodista quiere el dato más actual y el investigador lo que necesita es discreción. Entonces ahí hay una colisión. Pero fuera de eso, puede resultar incluso muy útil para ambos. Hay casos en los que es interesante la participación de los medios de comunicación. Solicitar la colaboración ciudadana ha resuelto muchos casos. Por lo tanto, como todo, podemos convivir mientras que en los momentos en los que podemos chocar seamos capaces de mantener las distancias.
-¿El secreto de una investigación siempre está en los pequeños detalles?
-Son la clave. Y quizá, fíjese, el secreto a lo mejor está en que todos los vemos, solo que el analista de conducta es consciente de lo que está viendo y lo muestra, porque en el momento en el que detectas ese dato y se lo transmites a las personas interesadas, en este caso a la autoridad judicial, a los investigadores, ellos automáticamente dicen, es verdad. Es decir, hacemos, como digo yo muchas veces, hacemos evidente lo que es obvio. Pero que si no has sido capaz de verlo antes, no quiere decir que no hagas bien tu trabajo. Es que cada uno tiene su forma de mirar y su objeto de interés. Pero al final todos acaban llegando a la misma conclusión cuando utilizamos los mismos datos.
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-¿El paso por Homicidios es vital?
-Absolutamente. Además fue el primer destino, y eso fue la puerta que de repente se me abre y que yo entro y digo, leche, aquí no hay nada, pero debería haberlo. Así que es brutal. Estoy seguro de que si en vez de haber empezado en Homicidios hubiera empezado en Extranjería habría sido otra historia, absolutamente distinta.
-¿Con estos métodos, se puede retrotraer uno al pasado para esclarecer crímenes?
-Sí, claro que sí. A mí me ha ocurrido durante los 10 años y supongo que seguirá ocurriendo. Los investigadores van pidiendo a la sección ayuda para casos que están en los cajones porque ya no tienen modo de retomarlos porque se les han agotado las vías de investigación. Y estos análisis exhaustivos llegan a detectar detalles que suscitan nuevas preguntas. Y cada nueva pregunta se convierte en una vía de investigación. Ahí tengo la experiencia, me siento muy orgulloso por mí y por mi equipo, pero esos casos que nos llegaron, que estaban en cajones, la mitad se resolvieron. No quiere decir que nosotros los hayamos resuelto, sino que hemos generado esas pocas preguntas que han provocado una nueva vía de investigación y han terminado resolviendo el caso. Los detalles son importantes y están siempre.
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-Se me viene a la cabeza el crimen de Burgos, de los Barrio.
-Claro, ese es uno de los que nos queda la espinita clavada.
-En Valladolid, recientemente, tenemos el caso de Esther López.
-No estoy al tanto del caso, pero la Guardia Civil tiene una sección de análisis de conducta al igual que la tiene la Policía Nacional y ellos la tienen desde los años 90. Ellos sí que son realmente pioneros. Sus analistas son fantásticos y apuesto a que seguro que están metidos en el caso.
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