Los trabajadores del colegio público Miguel Hernández, situado en la calle Tordo (Pajarillos), se encontraron el sábado por la mañana con que habían sido víctimas de un robo. Algo puntual, en principio. Los ladrones accedieron por una ventana (subieron la persiana y desencajaron los ... marcos de la ventana corredora) de la planta de la calle y se llevaron dinero –en torno a trescientos euros de un bote de una excursión que no pudo hacerse el curso pasado– y un teléfono móvil –que la Junta les había entregado un mes antes–. Pusieron la correspondiente denuncia y el escenario fue inspeccionado por los policías nacionales. Así que el domingo, dado lo ocurrido, una empleada decidió darse una vuelta por el centro. Así descubrió que los ladrones no solo habían vuelto a entrar esa madrugada, con el mismo método, sino que habían causado muchos más daños. «La segunda vez hicieron más destrozos para forzar puertas y cajones», confirman fuentes del centro. Finalmente, a falta de que terminen el inventario, se llevaron un dispositivo wifi y un portátil.
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Los autores huyeron con dinero, varias tablet, un portátil y un móvil de los dos centros del barrio
Los delincuentes accedieron en las dos ocasiones al centro por ventanas situadas en el patio interior y, además, intentaron también forzar otra ventana de la guardería situado al lado. Allí no lograron entrar. Pero es que además, durante su segunda visita, llegaron a tomarse un par de cafés en la sala de profesores –tiraron después dos tazas a una papelera–, además de unos botes de aceitunas y unos helados que estaban en la nevera de la sala.
Cinco mil euros en daños
El asalto al centro educativo no fue el único registrado en el barrio durante el fin de semana, ya que los delincuentes desvalijaron también el cercano colegio Lestonnac, situado en el número 32 de la calle Cigüeña, a escasos doscientos metros. Allí sus trabajadores descubrieron lo ocurrido a primera hora de la mañana del lunes, cuando se encontraron con una ventana de un baño del primer piso forzada. Los autores, en esta ocasión, huyeron con un botín más cuantioso, valorado en torno a cinco mil euros al reunir dinero y «varias tablet (iPad)», además de los daños causados.
Los directores de los dos centros, uno público y el otro privado, interpusieron las correspondientes denuncias y la Policía Nacional investiga ahora los hechos.
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