Secciones
Servicios
Destacamos
Está en pleno desfile hacia su eclosión como mariposa. En la capital no se considera aún una plaga al no generar daños relevantes en los árboles en los que se asienta y de los que se alimenta. Sin embargo, la oruga procesionaria del pino, llamada ... así porque marcha en hilera con sus hermanas, no es bienvenida en el entorno urbano, al igual que tampoco en las extensiones piñoneras, donde puede arrasar con la cosecha al provocar graves perjucios en la masa forestal. Los miles de pelos urticantes que la cubren y de los que se desprenden si se siente en peligro son tóxicos dardos que en contacto con la piel de los humanos o con la boca de un perro pueden producir reacciones cutáneas importantes y lesiones muy severas. Los operarios del servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Valladolid y los de las contratas que se ocupan del mantenimiento de las zonas verdes han destruido en lo que va de campaña seiscientos nidos o bolsones de esta especie en el término municipal antes de que estos se deshagan y arranquen las comitivas hacia las aceras o zonas ajardinadas. Primero se retiran de las copas con el máximo cuidado para evitar que reaccionen y más tarde se queman.
Chema Rodríguez, técnico de este departamento, sitúa en tres barrios el escenario de la lucha contra este lepidóptero, que tras enterrarse en primavera para crisalidar surge como polilla a partir del mes de julio.Pinar de Jalón, Huerta del Rey en su primera fase (la más próxima al Pisuerga) y Parquesol son las zonas más críticas. En estos distritos la presencia de pinos es mayor y por tanto es donde la especie encuentra un buen criadero en el que comer defoliando las acículas de las coníferas.
«No hemos notado que haya más procesionaria que otros años y su presencia está contenida porque se realiza un control durante todo su ciclo biológico», explica el experto, quien reconoce que es ahora, en primavera, cuando más avisos se reciben, aunque muchos de ellos sean coincidentes, es decir una misma procesión provoca más de una llamada al teléfono 010. «Se está aclimatando al entorno urbano, la población es importante y es difícil reducirla al 100%, de lo que se trata es de que no vaya a más», acota Rodríguez.
El trabajo del servicio dependiente de la Concejalía de Medio Ambiente para mantener controlada esta oruga comienza en verano con las trampas con feromonas. «Son unas cápsulas que atraen sexualmente a los machos, cuando se acercan a ellas se quedan pegados y mueren», explica Rodríguez. Este sistema es una primera barrera para rebajar su población.
El siguiente paso se da entre septiembre y octubre. Es el momento en el que la especie pone los huevos en las copas de los ejemplares. Durante estos dos meses el tratamiento consiste en la fumigación de los árboles con la bacteria 'bacillus thuringiensis'. Es un tratamiento biológico sobre los pinos que acaba con esta dañina oruga. Esta fórmula contribuye a extinguirla cuando está en crecimiento.
Es el sistema de control más natural y el Ayuntamiento de Valladolid ya lo está probando. Se trata de la introducción de aves depredadoras como los carboneros y los herrerillos, dos pájaros muy voraces con la procesionaria a los que sus pelos urticantes no les produce problema alguno. El pasado mes de noviembre se anunciaba la instalación de 200 cajas nido para dar cobijo a estas especies que pueden consumir hasta 2,5 kilos de insectos al año.
En Valladolid se ha optado por no utilizar productos químicos por los efectos que pueden conllevar para el medio ambiente urbano, aunque en algunas ciudades con más incidencia se apuesta por la endoterapia, que consiste en inyectar un insecticida en el tronco del árbol para que este llegue a las acículas de las que se alimentan.
Para los casos en los que estos tratamientos no hayan funcionado y los desfiles hacia el suelo estén en marcha, el servicio utiliza también el trampeo durante la primavera. Lo hace mediante unos anillos que rodean el tronco de los pinos. Al descender la hilera, la procesionaria queda atrapada en él. En este momento hay colocados una vientena de ellos en las coníferas cercanas a los centros escolares de Huerta del Rey para evitar que circulen por zonas donde hay niños.
.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.