«Volvíamos por el río cuando, de repente, empecé a oír gritos de auxilio desde la orilla y al acercarme me encontré a un hombre enredado entre las zarzas y con el cuerpo medio sumergido», relata Enrique Navas, 'Tite', un piragüista paralímpico –le falta ... una pierna de nacimiento– de 27 años que este sábado por la mañana no dudó en «olvidarse de todo» a la hora de lanzarse al Pisuerga para rescatar a Manuel, un hombre de 62 años y con problemas de movilidad que acababa de escurrirse desde el camino que discurre al borde del río, entre los puentes de Adolfo Suárez y de Isabel la Católica.
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Tite, con muchas dificultades, logró inicialmente tranquilizar a la víctima y después de despellejarse las manos para apartar las zarzas consiguió sacarle sano y salvo a la orilla. «En un primer momento entras en shock al ver la escena, pero enseguida me repuse y la verdad es que supone una satisfacción enorme saber que he podido salvarle la vida», reconocía poco después del rescate este joven medinense, aunque afincado en la capital, que sueña con competir en los próximos juegos paralímpicos a los remos de su piragua adaptada. «Me despellejé las manos para cogerle en el río y conseguí sacarle sano y salvo», reitera el joven deportista.
Los hechos tuvieron lugar al filo de las once y media de la mañana en el entorno de la Ribera de Curtidores, a los pies de El Cuadro, por la que la víctima, que tiene prótesis en las piernas y camina con muletas, se escurrió por el talud de la ribera y fue a parar al río entre las zarzas. «No podía moverse y la situación era complicada, pero después de conseguir tranquilizarle para evitar que se pusiera más nervioso aún y dificultara el rescate, logré agarrarle de la chaqueta y sacarle», explicaba orgulloso el piragüista antes de recordar cómo el invierno pasado ya vivió una escena similar, aunque entonces ayudó a sacar el cuerpo sin vida de un hombre de avanzada edad prácticamente en el mismo punto.
Tite, sin embargo, sí evidenció cierta falta de solidaridad entre los viandantes que pasaban por la senda a la hora de prestar su ayuda. «Me costó mucho que alguien me prestara su móvil para llamar a la policía y que enviaran una ambulancia», lamenta. Al final logró encontrar ayuda y enseguida acudieron al lugar policías locales y sanitarios. «Creo que Manuel me dio las gracias quinientas veces por salvarle», destaca el joven atleta. Y la víctima, un vecino del entorno, logró salir ileso. «Los sanitarios le han examinado en la ambulancia y está bien», destacan fuentes policiales antes de incidir en que él mismo rehusó que le llevaran al hospital.
«Te sientes orgulloso de haber podido salvar una vida», reitera Enrique Navas, «y más después de lo que viví hace unos meses». El joven reconoce que su discapacidad –utiliza una prótesis en la pierna derecha de rodilla para abajo– nunca «ha sido un obstáculo» y, de hecho, ha competido durante catorce años como nadador y obtenido multitud de títulos nacionales. Ahora entrena con el club gallego Breogán con el objetivo de llegar a ser olímpico.
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