Los okupas vuelven a tomar La Molinera tras la marcha de la Policía Municipal

Concluida su labor los agentes locales abandonaron el lugar, lo que fue aprovechado por alrededor de una veintena de activistas que se concentraban fuera para volver a entrar y reocupar el complejo. De su interior expulsaron a dos representantes de la propiedad –un fondo de inversión– e incluso a un policía nacional. Lo hicieron en medio de los aplausos de los presentes, que gritaban consignas como «¡Ni nos vamos ni nos echan, La Molinera resiste!».

Los dueños habían desplazado hasta allí a dos operarios con el objetivo de instalar una nueva cerradura y una alarma, profesionales que no pudieron realizar su trabajo y también abandonaron el edificio.

La salida de todos ellos fue aprovechada por miembros del colectivo para abastecer de agua y víveres para las próximas horas a sus compañeros encerrados en su interior. Fuera la Policía Nacional había desplegado un dispositivo preventivo de antidisturbios.

La vieja harinera desalojada y vuelta a ocupar se encontraba vacía cuando se ha procedido a ejecutar la orden judicial, a primera hora de hoy, puesto que el único inquilino 'formal' había salido. En cuanto tuvieron conocimiento de este hecho activistas y usuarios del complejo acudieron para expresar su desacuerdo con lemas como «Especuladores, fuera de nuestros barrios» y «La Molinera se defiende».

Junto a esto, reclamaban que se les permitiera acceder al interior a recoger sus enseres. además de calificar la intervención como «ilegal» porque, según explicaron, se dirigía contra los propietarios del hotel de cinco estrellas.

El pasado noviembre los usuarios del CSO (Centro Social Okupado) La Molinera aseguraron haber recibido una notificación del Juzgado informando de un «posible desalojo inminente» tras la «adquisición del crédito de la deuda por la empresa Kelona Invest». Esta circunstancia les llevó a organizar una manifestación en diciembre de 2021 por las calles de la capital vallisoletana a la que asistieron más de 500 personas que reclamaron su continuidad. El colectivo ocupó el hotel Marqués de la Ensenada en 2018, después de limpiarlo y acondicionarlo para ponerlo «al servicio de todos» los ciudadanos.