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La Policía Municipal de Valladolid desalojó el domingo por la noche el chiringuito de la playa de las Moreras, la Pera Limonera, que triplicaba el ... aforo permitido y en el que no se cumplía con la distancia de seguridad. La intervención se produjo sobre las 23:45 horas, en el ecuador del puente de la Constitución.
El local, situado en el parque de las Moreras, cerca del Puente Mayor, tenía capacidad para albergar en su interior a 58 personas, según informan fuentes policiales. Sin embargo, a su llegada, los agentes contabilizaron dentro a 177 personas, es decir, que había un exceso de aforo del 305%. Asimismo –tal y como apuntan estas mismas fuentes– detectaron que muchos de los presentes no llevaban puesta la mascarilla.
No obstante, uno de los propietarios, Víctor Redondo, del Grupo Bla Bla Bla, considera que lo sucedido «es relativo», pues asegura que el aforo «total de todo el local» asciende hasta las 250 personas. «Identificaron a muchísimas menos, pero no diferenciaron entre dentro del bar y la terraza porque la gente entraba al baño, iba a por la consumición... La gente que estaba fuera iba dentro a pedir y tenemos además todas las puertas cerradas para que no salga el sonido; es complicado que con un aforo de 250 personas estén todos en el lugar que quieras y en el momento adecuado», sostiene este hostelero, al tiempo que admite desconocer qué fue lo que motivó la intervención policial, «si fue porque llamaron o estaban de pasada».
«No sé exactamente por qué vinieron, si fue porque alguien llamó para quejarse o por qué. Nos dijeron que teníamos mucha gente, encendimos la luz y empezaron a contar a todos los que estaban allí», recuerda Redondo. «Le dije a la Policía que me dejara reorganizarlo, porque el aforo completo son 250 personas y en ese momento la gente entraba y salía», continúa.
Una vez efectuado el desalojo, la Policía Local trasladó a los propietarios del bar la posibilidad de reanudar la actividad, aunque informándoles que debían hacerlo con el aforo de 58 personas con el que cuenta para su interior.
No obstante –según explica Redondo– no lo hicieron, pues su hora de cierre los domingos es la una de la madrugada. «No pudimos retomarla, esto fue poco antes de las doce, quedaba una hora para que cerráramos y como encendimos las luces, la gente ya se fue», añade. Asimismo, reitera que él acompañó a los agentes y «estaba bien de espacio». «¿Cómo puede ser que se triplicara el aforo? Algo está mal, o el aforo no es correcto o no sé», concluye.
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