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Las quejas de los propios pasajeros, algunos de los cuales entendieron que se superaba el aforo permitido, desembocaron el sábado por la tarde en una intervención policial al regreso al muelle del barco La Leyenda del Pisuerga. Los agentes locales, que fueron requeridos inicialmente ... por una viajera, levantaron un acta en el que constataban que eran 94 los pasajeros que se encontraban en la cubierta del barco turístico, cuando su aforo ordinario es de 133 y, según recogieron, las restricciones sanitarias reducirían dicho aforo a un tercio de su capacidad, lo que supondría que en cada viaje podría transportar a un máximo de 44 personas. La denuncia por este posible incumplimiento se cursó y será remitida a la Junta, la administración competente, para que determine si se cometió o no una infracción por duplicar el aforo.
Los hechos ocurrieron al término de la ruta por el río de la tarde –el barco mantiene su actividad desde junio del año pasado con dos viajes al día–, en torno a las siete y media, cuando los policías esperaban su llegada después de ser requeridos por una viajera, que se quejó del posible exceso de aforo y de que no se respetaba la distancia social. «No hemos cometido ninguna infracción, nuestro aforo no es tan reducido y en nuestra cubierta al aire libre, ya que el camarote del bar permanece cerrado, pueden ir sentadas esas personas respetándose las medidas de distancia y seguridad», ha defendido este domingo una de las socias del negocio, Pilar García, quien afira que el incidente se debió «al enfado de una pasajera con el capitán y con la camarera y no hubo más problemas». La propietaria del barco ha incidido en que carecen «de esa limitación de un tercio del aforo» y reiteró que «desde que retomamos el negocio hemos sido escrupulosos con el respeto de las normas de seguridad». La Leyenda del Pisuerga, concluyó, «cumple con todas las medidas».
La intervención de los agentes no ha sido la única de este fin de semana en lo que a posibles incumplimientos de la normativa sanitarias. Así, los policías locales levantaron acta a un bar del entorno de Coca por tener la terraza cerrada y acudieron al Pinar de Antequera, en las inmediaciones de las piscinas de Fasa, donde identificaron a varios menores y dispersaron a los asistentes a un multitudinario botellón que, además de incumplir las prohibiciones de beber en la calle y sanitarias en cuanto al excesivo número de personas reunidas, dejó un reguero de basuras en el paraje. Los agentes, además, han vuelto a rondar el centenar de denuncias por incumplimientos del toque de queda, no llevar la mascarilla o fumar en las terrazas.
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