El arquitecto José Antonio Hoyuela Jayo, que desarrolla importantes proyectos en Brasil, posando para la entrevista en la calle Santiago de Valladolid LAURA NEGRO
Doctor de la UVA en Río de Janeiro

«La democracia también es patrimonio de la humanidad de Brasilia, y han atentado contra ella»

José Antonio Hoyuela cuenta cómo se está viviendo el asalto violento a los tres poderes de Brasil

Laura Negro

Valladolid

Jueves, 12 de enero 2023, 00:03

Brasil es, actualmente, un país al rojo vivo que ha visto despertar el fanatismo entre aquellos que no aceptan el resultado de las urnas. Miles de seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro invadieron este pasado domingo el Congreso, la sede de Presidencia y el Tribunal ... Supremo en Brasilia, en la Plaza de los Tres Poderes, en el centro de Brasilia, Patrimonio de la Humanidad reconocido por UNESCO desde 1987. Se trata de un asalto violento a los tres poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, que puede ser interpretado como una clara declaración de golpe de estado contra el presidente electo, Lula da Silva.

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Fueron varias horas de caos e incertidumbre en los que la policía tuvo que hacer frente a los asaltantes, para posteriormente detenerles y desmantelar los campamentos que los bolsonaristas ocupaban desde antes de las elecciones y desde los que pedían el levantamiento del ejército contra el nuevo presidente electo. El mismo Lula da Silva, ante la gravedad de los altercados, decretó la intervención federal en Brasilia, la exoneración del gobernador del distrito federal del cargo por 90 días, y la detención del exministro de justicia de Bolsonaro. El resultado de este rastro de violencia ha dejado más de 1.500 detenidos (500 ya han sido liberados por cuestiones humanitarias), decenas de heridos y considerables daños al patrimonio cultural e histórico del país.

Pero… ¿cómo está viviendo esta crisis democrática brasileña la ciudadanía de a pie? ¿cuáles son sus principales temores? Un equipo de El Norte ha hablado con José Antonio Hoyuela Jayo. Él es Doctor Arquitecto por la Universidad de Valladolid, y arquitecto y urbanista por la Universidad Federal de Minas Gerais, en Brasil, consultor del Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (IPHAN) y de Unesco, para Río de Janeiro, entre 2017 y 2020, y miembro del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, también conocido como ICOMOS, formando parte del comité científico internacional de paisajes culturales y de varios comités científicos de ICOMOS Brasil. Ha vivido 3 años en Río de Janeiro, y 7 años en el estado de Minas Gerais. Actualmente continúa trabajando desde Valladolid, desarrollando proyectos en Castilla y León y proyectando las obras de restauración de los jardines del Museo Nacional de Río de Janeiro.

Este arquitecto ve en el golpe de estado de Temer de 2016 la puerta de inicio del desastre actual. «En 2016 se empezó a complicar todo y lo que ha ocurrido el domingo es una consecuencia de aquello», opina. «El país se ha dividido en dos, casi literalmente. Se ha formado una especie de acantilado social en el que unos quedan a un lado y otros al contrario e, inevitablemente, esto afecta a las familias, a los amigos, al trabajo y a todo. Es algo que, aunque no deseábamos que pasara, pero que todos sabíamos que ocurriría de un momento a otro. La democracia también es patrimonio de la humanidad, como valor inmaterial asociado al conjunto de Brasilia, y han atentado contra ella, un «patrimonio sensible, un símbolo de los valores democráticos de la república», prosigue.

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Según cuenta, los antecedentes, el ataque y sus consecuencias, se palpan en el ambiente general del país. «Todo el mundo tiene un hermano, un amigo o un primo que piensa diferente. Por tanto, se ha dejado de hablar y de alternar y se está perdiendo ese 'bien vivir brasileño'. También se ha exacerbado la crítica tanto por parte de los bolsonaristas, que son el lado más agresivo, como por parte de los partidarios de Lula, que han radicalizado su discurso como respuesta a tanta afrenta. El asalto a los tres poderes ha sido la gota que ha colmado el vaso», dice.

Para este arquitecto, la llegada de Bolsonaro, en octubre de 2018, a la presidencia de la república, supuso un cambio 'a mucho peor», especialmente en aquellas áreas de la política que más afectaban a su trabajo en Brasil, como pueden ser la cultura, el turismo o el medioambiente. «Prácticamente desmontó las políticas que se habían ido construyendo en todos los años de democracia», sentencia Hoyuela Jayo, quien también destaca que Lula hoy acumula apoyos institucionales, gubernamentales, académicos, y sociales, unánimes, tras el asalto fallido a las principales sedes institucionales del país. «Lula ha salido de una reunión de su despacho en el Planalto con el respaldo de los gobernadores y los alcaldes de las principales ciudades, y también con el apoyo de todas las instituciones más relevantes del estado, a nivel federal, de los gobiernos estaduales, y de los grandes municipios. El nuevo presidente tiene un gran apoyo, a pesar de que en las urnas el resultado ha sido muy equilibrado. Creo que todo lo que está pasando le va a ayudar a salir reforzado, aunque el país tendrá que sufrir aún, durante los próximos meses, las tensiones que se han venido acumulando a lo largo de estos últimos años, y curar todas estas heridas», opina.

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Destrozos en el patrimonio cultural y más sensible

Este experto en restauración de paisajes culturales y en la valorización del patrimonio cultural, lamenta que los graves incidentes del pasado domingo hayan ocasionado también daños considerables en la arquitectura de Niemeyer, en pinturas de Di Cavalcanti o Portinari, en esculturas de Ceschiatti o Víctor Brecheret, o incluso en piezas del mobiliario de valor patrimonial incalculable, como el reloj barroco regalado por Luis XIV a la familia real portuguesa. Un patrimonio con importantes atributos históricos, artísticos, científicos o tecnológicos, pero sobre todo, de un alto valor simbólico y sensible. «Las noticias enseguida saltaron en nuestros grupos de trabajo de ICOMOS, tanto a nivel nacional, Brasil, como a nivel internacional, a través de los grupos de los comités científicos internacionales a los que pertenezco. La Plaza de los Tres Poderes de Brasilia, sede de la democracia brasileña considerada patrimonio mundial, debe considerarse bajo la supervisión de ICOMOS, grupo asesor de UNESCO de acuerdo con la Convención de 1972. Nuestra obligación, como miembros de ICOMOS, es proteger no sólo el patrimonio mundial, sino también el patrimonio nacional más relevante, de excelencia y de interés universal en todo el país. Es indudable que el impacto en el patrimonio material ha sido importantísimo, pero el impacto más grande lo ha recibido el patrimonio simbólico y sensible, ya que los lugares asaltados representan la democracia, la república y a todo el pueblo brasileño, y eso, más que nada, será difícil de recomponer», concluye.

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