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Tanto la laboral como la sexual se investigan desde la misma unidad de la Policía Nacional. Aunque no siempre van de la mano, existen casos en los que esa doble explotación se da a la vez. «Existen las tratas combinadas. Se ve en estos contextos agrícolas. Son obligadas a recoger y si son mujeres son sometidas a las relaciones sexuales. El problema que tenemos con la trata es que a día de hoy es una normativa dispersa. Al no haber una ley integral en materia de trata, se hace difícil acceder a los derechos», describe la responsable de Accem, Carmen Martínez.
El análisis desde la Policía Nacional profundiza en más complejidades. Esa delgada línea se hace más gruesa al incidir en un trabajo que se inicia en el país de origen. «La captación siempre es diferente. Se gestiona el traslado hasta España y un acogimiento para derivarlo a clubes o pisos (proliferaron durante la pandemia)», detallan desde la Unidad Central de Redes de Inmigración y Falsedades Documentales (UCRIF).
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Precisamente, esta actividad en viviendas privadas complica el trabajo de investigación y liberación de las víctimas.
Otra vertiente la halla la Policía con esos denominados pisos utilizados para grabaciones sexuales. «En algún caso, en Valladolid, hemos visto ofertas de trabajos para realizar vídeos virtuales. Lamentablemente, luego les han retirado su pasaporte y les han obligado a otras actividades», agrega el jefe de la unidad.
Ante estas situaciones, desde la Policía Nacional se lanzan consejos para evitar la proliferación de la explotación laboral y sexual, la denominada como la «esclavitud del siglo XXI». «Es complicado porque viven en un contexto aislado. Sin estar rodeados de muchas personas. Lo más importante es que intenten aprender algo del idioma. Además, hay un gran desconocimiento de la legislación española, por lo que es importante que intenten conocerla», detallan.
De vital importancia es el trabajo de las asociaciones, quienes acompañan a las víctimas desde el inicio hasta el final. «Lo importante es que sí que tenemos un elevado porcentaje de éxito. El trabajo da su resultado», concluye Carmen Martínez.
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