Todo el mundo ha oído hablar del lince ibérico. Pero nadie se acordaba de los últimos gatos monteses. «Era tan desconocido que nos lanzamos desde cero y en Valladolid. Un reto que iluminó después proyectos similares en Galicia y la cornisa cantábrica», explica el presidente ... de la Asociación para la Conservación y el Estudio de la Naturaleza de Valladolid (ACENVA), Jesús Colás.
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El proyecto 'Gato Bravo' es uno de los hitos en los 15 años de historia que está celebrando este colectivo ecologista. Desde cero y sin equipos, lograron anillar con radares móviles tres ejemplares a los que se hizo seguimiento en estaciones de fototrampeo.
Dio para un libro convertido en manual de culto. Resulta imposible hacer estimaciones sobre la presencia de este pequeño predador. «Detectamos monteses puros, también híbridos (mezcla con gato común) pero es difícil un censo. Queríamos ponerlo en el punto de mira de las Administraciones», explica Colás.
Desde 2006, ACENVA lucha por «no tirar la toalla» en la defensa ambiental de la provincia y, sobre todo, en la «sensibilización de las nuevas generaciones». Colás llegó al ecologismo tras una etapa como guarda forestal que le llevó a crear el grupo local de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/ Birdlife). La defensa de las aves y sus hábitat han sido una de las constantes. A pesar de no tener la diversidad de otros territorios, Valladolid tiene una rica fauna que proteger. Parte de esa labor se apreció en la exposición que han ofrecido en el Centro Cívico Este (Pajarillos).
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Paraíso de la caza, hay aves otrora abundantes que están en serio peligro hoy. La ganga ibérica está casi desaparecida; de la ortega pueden quedar unos pocos cientos de ejemplares. Y algo parecido sucede con el sisón, famoso por su parada nupcial, pero que se está quedando sin 'templos' en los que celebrarlas. «Tiene que ver con los cambios de usos agrícolas, las prácticas extensivas y la pérdida de hábitat para las especies», resume Colás.
Los envenenamientos y la mortandad que generan los tendidos eléctricos son otras de las campañas con las que este grupo defiende ese patrimonio. Cada año han convertido en un clásico sus anillamientos del milano, especie invernante que llega desde la Europa norte y central. «Es uno de los censos más longevos de España y de los que más participación de voluntarios logran», destaca Colás. En la provincia tienen controlados cerca de cien 'dormideros' de esta rapaz.
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Entre sus próximos proyectos está la creación de un observatorio de las aves esteparias en peligro que resisten en Valladolid.
Para mejorar las cosas, desde la Acenva reclaman un «paso adelante» en las figuras de protección de la naturaleza. «¿Por qué no hacer un parque natural en Tierra de Campos?», se plantean.
Defensor de un ecologismo amable, Jesús Colás (miembro del Consejo Regional de Medio Ambiente, órgano consultivo de la Junta) es partidario de «sumar adeptos y consenso y no fomentar guerras de guerrillas con sectores clave como los agricultores o el mundo de la caza».
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Lo que no impide hacer un balance pesimista de la evolución del patrimonio ambiental más cercano. «Estamos peor que cuando empezamos. La contaminación ha aumentado. Que la Junta haya tenido que promulgar un decreto de Zonas Vulnerables a la Contaminación por Nitratos y un Código de Buenas Prácticas Agrarias (junio de 2020), es por algo», advierte el presidente del colectivo.
Y que la gestión de Medio Ambiente, «sea un 'apéndice' de la Consejería de Fomento» dentro de la Junta, o que la Diputación de Valladolid «no tengan un diputado específico», son pruebas, a juicio de este colectivo, de que la defensa de la riqueza faunística no acaba de ser una prioridad oficial.
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Una de sus actividades de más éxito surgió hace cinco años con el área forestal El Tomillo, junto a los barrios Santos-Pilarica de Valladolid (junto a la carretera de Renedo-Ronda Norte). Ejemplo de cómo convertir un área degrada en un pequeño oasis con plantaciones autóctonas y zonas de asentamiento de aves. «Hemos logrado la implicación de mucha gente porque está muy bien defender al oso polar, pero siempre es mejor empezar por lo más cercano», reflexiona Jesús Colás.
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