Juicio por el asesinato de Paloma e India
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Juicio por el asesinato de Paloma e India
David Maroto: «No recuerdo nada, me dieron fentanilo la tarde del crimen»Era una de las declaraciones más esperadas y ha llegado al mediodía de este viernes, durante la tercera sesión del juicio por el doble crimen del Paseo de Zorrilla en enero de 2023 y tras una breve interrupción después de que el padre de la ... pequeña India y otros dos hombres se abalanzaran sobre él.
En torno a las 14:15 horas, David Maroto, acusado del asesinato a cuchilladas de Paloma Pinedo y la hija de esta, de 8 años, ha comenzado una declaración ante el juez en la Audiencia de Valladolid que se ha prolongado durante poco más de treinta minutos. Respondiendo únicamente a las preguntas de su abogado, Maroto ha asegurado no recordar «nada» de lo sucedido aquella madrugada en el número 66 del Paseo de Zorrilla porque, según ha dicho este viernes, le «dieron fentanilo aquella tarde».
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Ante el magistrado y los miembros del jurado, ha aseverado que fue Julio Sanz, amigo suyo desde la infancia («conocido», según apuntó el testigo) y que fue uno de los que declaró el jueves al haber sido una de las personas que estuvo esa tarde con él, quien le proporcionó la droga. «Tenía una droga nueva y la rechacé dos veces, pero a la tercera llegué a caer. Me puso la raya», ha comentado David Maroto, que ha insistido en que desde ese momento tiene recuerdos vagos de esa noche hasta que empieza a ser asistido por los sanitarios.
De aquel día, además, ha relatado que recogió a su hijo para ir a Medina del Campo. Tras dejarle en casa de los abuelos maternos, puso rumbo a Tudela «para ver a sus hermanas» pero paró en el establecimiento en el trabaja Julio Sanz por un asunto laboral, «relacionado con unos presupuestos para obra». Se tomó una cerveza y este, según Maroto, «me ofreció una droga nueva». «Me he enterado después que Julio trafica con fentanilo», ha continuado. Finalmente se metió esa raya. «Sé que no era cocaína porque sé cómo reacciona mi cuerpo cuando me la metí».
Una versión, la del acusado, que contradice a los hechos relatados el día anterior por el propio Julio, que, además de apuntar que no se dedica al narcotráfico, afirmó tajantemente que dejaron a Maroto en perfectas condiciones. De ahí, el acusado, Julio y otra persona (finalmente se ha rechazado su declaración) pusieron rumbo a La Rondilla en el coche de Julio. «Tengo un vago recuerdo de ir por la carretera de Soria y de una bandera latinoamericana en un bar», ha declarado Maroto.
David Maroto
Acusado
Ese viaje hasta el barrio vallisoletano concluyó, según Julio, a las 22:00 horas (tres horas antes del crimen). Se tomaron tres copas y el acusado se quedó solo en ese momento. «No recuerdo nada. Yo siempre voy con el coche a todos los lados. Además dejé las llaves de casa y la cartera en el coche. Nunca me voy sin ellas», ha incidido sobre una noche de la que no tiene recuerdos. «No recuerdo haber consumido alcohol, no sé cómo llegué al Paseo de Zorrilla, no entiendo que nadie me viera cuando debí estar deambulando por la calle, no recuerdo las llamadas a Paloma, no recuerdo estar en casa, ni en el suelo», ha enumerado el acusado ante su abogado a quien le ha dicho también que no culpabilizó a su exmujer de la muerte de la madre y su hija. «Ese mensaje que la mando le escribí a las 17:00 horas. No sé por qué se envió a esa hora (1:30 horas del día del crimen). Se lo mandé por nuestro hijo. Era culpable de la situación del niño y de los problemas con la comida y de dormir», ha continuado.
Asimismo, durante su declaración, además de recalcar que tenía una buena relación con los familiares de Paloma, ha agregado que Paloma no le dijo de dejar la relación y mantenía una relación «fenomenal» con India. «Siempre estaba dispuesto y disponible para ayudarla. Pasaba más tiempo con ella que con mi propio hijo», ha subrayado en el final de la declaración en la que ha «lamentado desde lo más profundo de mi corazón lo que he hecho».
El relato de los hechos y ese perdón llegó a la conclusión, si bien en el inicio de la intervención estuvo marcado por desmentir la prueba practicada durante las primeras sesiones del juicio contra él. Aseguró que sí que tenía trabajo estable y que tenía un proyecto laboral, junto con Paloma, relacionado con la estética en Madrid. Insistió en sus problemas de adicción al alcohol y a las drogas, pero que nunca consumió delante de la familia de Paloma por «respeto». «A veces me escapaba para consumir», ha reconocido.
Además se ha definido como una persona «antiviolencia» y ha incidido en que los que le conocen le tildan de «buena persona».
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