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. «Estábamos en la cama cuando comenzó a oler a quemado y, después de unos segundos, me asomé y me encontré con los coches envueltos en llamas», relataba ayer uno de los inquilinos de la casa molinera del número 21 de la calle Monegros, en ... pleno corazón de Barrio España, cuya novia, que está embarazada, y su hijo de un año resultaron intoxicados por inhalación de humo en la madrugada de este martes. La madre y el bebé, que ya han recibido el alta, quedaron atrapados dentro de la vivienda hasta que los policías y los bomberos que acudieron al lugar sofocaron las llamas. Y todo a causa de un incendio «intencionado» de una furgoneta que acabó calcinando otro coche y que dejó inhabitable la casa de la familia, realojada ahora con unos allegados. Los agentes creen que pudo tratarse de un ajuste de cuentas contra el dueño del vehículo y buscan al autor de un incendio que, además de destruir la furgoneta, dejó un reguero de daños colaterales entre los vecinos.
El fuego comenzó en una vieja Renault Express que estaba aparcada a las puertas del número 19 de la calle Monegros, una vivienda que está deshabitada. Las llamas se propagaron enseguida al coche que estaba estacionado detrás, ante el número 21, un Renault Clio que también acabó calcinado, y alcanzaron a otro vehículo aparcado delante –sufrió daños en el portón trasero– y a las dos casas colindantes, las de los números 19 y 21. Fuentes de la investigación, a cargo de la Policía Nacional, confirmaron después que el incendio fue «intencionado» bien contra el propietario de la furgoneta bien contra un conocido –los dos residen en el barrio– que la utiliza con asiduidad.
El caso es que las llamas, además de devorar la Renault Express –unas semanas antes ya habían rajado sus ruedas–, dejaron a una familia temporalmente sin casa y a otro vecino, en ambos casos ajenos a las posibles rencillas que originaron el ataque, sin un coche (el Clio) y con graves daños en el otro (una Opel Zafira).
«Hemos tenido suerte y, al menos, estamos todos bien», coincidían ayer en señalar los dos jóvenes que residen en la vivienda de alquiler del número 21 de la calle Monegros. «Nos han dado de alta a los dos después de pasar unas horas en el Clínico», relataba la madre, de 22 años, mientras ella y su novio sacaban algunos enseres de su domicilio para mudarse a la casa de un familiar.
El padre, al ver las llamas en la furgoneta, salió a avisar al resto de vecinos y ya no pudo entrar a casa, donde su mujer y el bebé se refugiaron en el patio interior, al saltar las llamas al coche de atrás: «No pudo volver y la verdad es que pasamos un rato muy malo, con la casa llena de humo, y ellos allí metidos».
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